Por ese motivo mi desconfianza desde un principio acerca de que aquel cliente que se halla identificado como pensionista de la SS al darse de alta en un banco, pueda albergar demasiadas esperanzas relativas al éxito de los tintos entrantes aunque sean supuestamente “tipo pensión”.
Otra cosa distinta es la “fortuna” de cada uno en un momento dado y el cómo estén diseñados y cuán fino hilen los programas de cribado y selección de candidatos elegibles para ser retribuidos con el incentivo de una u otra campaña promocional.