Cuando el pasado mes de marzo publiqué el Manual de Instrucciones (para secretarios dummies) para el Portal de Subastas Judiciales, no imaginé que llegaría a tener en mis manos un edicto de subasta como el que os voy a enseñar a continuación, aunque, bueno, lo cierto es que tampoco creo que en este caso haya sido cumpla del secretario (o LAJ, como les llaman ahora).
Estaba tranquilamente examinando unos expedientes en un juzgado de la capital cuando veo que la expropietaria de un piso que me adjudiqué en julio entra en el juzgado y, tras preguntar brevemente a uno de los funcionarios, se dirige con paso resuelto a la tramitadora del expediente de la subasta en la que perdió su vivienda
Cuando me encuentro con un chalado que me dice que su abogado está vendido a la otra parte se que inmediatamente después me contará que también el juez y el secretario judicial están a favor de la parte contraria
A partir de ahora todas las subastas que se publiquen por los juzgados españoles se celebrarán de forma telemática y los postores dejaremos de ser señores elegantes con traje y corbata para convertirnos en el típico guarrete trasnochador que no se afeita y trabaja en pantuflas sin salir de su casa.
Supongo que a estas alturas es innecesario que explique por qué es muy mala idea emprender cualquier negocio de envergadura en un día tan aciago y funesto como hoy, que es martes y 13.
No os preocupéis sobre mi liquidez pues si yo no la tuviera seguro que a mis clientes les sobra. Además, en este caso, teniendo en cuenta que el demandado estaba disfrutando del legendario confort de las cárceles inglesas y que, por lo tanto no podría presentar a un mejor postor, tenía pensado comprar muy barato o incluso que me regalaran el chalet.
Comprar pisos alquilados puede ser un buen negocio porque siempre se compra más barato de lo habitual, pero también pueden torcerse las cosas y presentarse problemas.
Se que por mucho que lo mencione el fenómeno va a continuar sucediendo, pero la diferencia, ahora, es que ni de coña lo voy a permitir.
Qué tendrá que ver el Everest con las subastas judiciales, diréis algunos; pronto lo sabréis.
¿Cómo ha podido suceder que a estas alturas de su vida, Tristán el Subastero, de profesión desalmado desahuciador, haya devenido en uno de esos okupas a los que tanto ha criticado desde esta página?
Las subastas judiciales electrónicas ya están aquí y nadie sabe nada al respecto. Apostaría a que ni siquiera los señores del gobierno saben responder a todas las preguntas que ahora mismo rondan por mi cabeza.
Lo primero ha sido ir al Registro de la Propiedad para recoger el decreto de adjudicación y los mandamientos de cancelación de un piso que compré en el 2014 y que el Sr Registrador rechaza inscribir porque el subnormal del funcionario de turno lo ha redactado todo mal.
Hoy la cosa va de algunos correos que recibo cada día. Cosas como ésta: Buenos días, Sr. Jose Luis Cava. Me pongo en contacto con usted porque es mucha la admiración que siento por su trabajo, siguiéndole desde hace años en sus intervenciones en Radio Intereconomía y leyendo ávidamente su blog y también alguno de sus libros. Es decir, que soy fan suyo desde hace años. Y el caso es que
Una de las peculiaridades de haberme criado en Madrid es haber crecido ajeno hecho diferencial entre españoles. El Madrid de los años 60 y 70 era una ciudad de alubión en la que se estaba volcando la demografía española.
Ha pasado casi un año desde que os anuncié que inauguraba nueva web y todavía ando dándole vueltas al asunto del logo, cuyo primer diseño no me convencía pero que lo acepté porque estaba más centrado en otros asuntos más de comer. Era este: Luego, hace unas semanas lo sustituí por este otro, que tampoco me convence: Y finalmente, lo que he decidido es abrir un concurso en 99designs para