Hoy quiero mencionar a dos empresarios que han encarado de manera muy diferente las dificultades por las que atraviesan sus respectivas empresas. Ambos las crearon de la nada y consiguieron, con su esfuerzo y su talento, dar trabajo a muchas personas y de paso enriquecerse considerablement
A Ciberet y a Idealista me he enterado de que un juez Guipuzcoano le ha empapelado a una pareja de ocupas y les ha metido una multa de 720 euros por colarse en una vivienda vacía y permanecer en ella durante cinco meses.
Estaba ayer por la mañana escuchando por la radio una entrevista a Gabriela Bravo, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial defendiendo el sistema judicial español y sosteniendo, contra todo y contra todos los que la entrevistaban, que los jueces se hinchan a trabajar y que la mayoría de ellos incluso se lleva el trabajo a casa para continuar por la noche.
Ya hemos comentado en anteriores ocasiones lo muy mantas que son los Juzgados de lo Social a la hora de organizar las subastas judiciales. No cuestiono su capacidad para juzgar acerca de los problemas laborales de los españoles, pero siempre que me he adjudicado una subasta en esos juzgados la misma ha acabado suspendiéndose por unos motivos u otros.
Le faltaban pocas asignaturas para licenciarse brillantemente en Derecho con una de las mejores medias de la historia de la Universidad y tenía la intención de opositar a juez en cuanto terminara. Pero una tarde tuvo un mal encuentro -se echó el novio equivocado- y acabó informando a su familia de que había decidido abandonar los estudios.
A propósito del anuncio del Ministro de Economía, Luis de Guindos, acerca de lo buenos que van ser los bancos a partir de ahora, se me ocurre que sería bueno ilustrar tan buenos propósitos con algo de cruda realidad.
En los próximos días voy a publicar varios casos de estafas, inmobiliarias o no, de las que he tenido noticia últimamente. La de hoy va de permutas, que siguen siendo una fuente inagotable de conflictos judiciales.
Desde hace algunos meses estoy recibiendo en mi mail numerosas peticiones de algunos amables lectores para que de mi opinión sobre una parida que se le ha ocurrido a algún tonto con mente de estafador de quinta.
Unas pocas líneas le bastan a Borges para describir la esencia de la codicia de un hombre y de la posible locura de otro.
Ocurrió hace casi veinte años, pero recuerdo perfectamente, como si hubiera sido ayer, el horror que me produjo el crimen de Olga Sangrador, aquella niñita de nueve años que fue torturada y asesinada por un hijo de puta con cuyo nombre no tengo intención de manchar este blog.
Vaya brasa que nos están dando algunos defensores de causas perdidas con el petardo este de las subastas extrajudiciales. La cosa empezó hace un par de meses cuando alguien descubrió que las ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo en las notarías duraban menos tiempo y la subasta se producía antes que en las ejecuciones judiciales.
El contraste con el TREMENDO DESASTRE JUDICIAL español y la penosa situación de la organización judicial de las subastas y prácticamente de cualquier otro asunto susceptible de estar judicializado, el contraste digo, es mayúsculo. Es de tal magnitud que mencionarlo es una perogrullada.
El ciudadano tiene derecho a recibir información general y actualizada sobre el funcionamiento de los juzgados y tribunales y sobre las características y requisitos genéricos de los distintos procedimientos judiciales.
Benito es asesor fiscal pero yo creo que su verdadera vocación es ser torturador porque estuvo durante días sometiéndome al quinto grado interrogándome una y otra vez acerca de cierta inversión inmobiliaria que quería hacer pero que no se atrevía porque los vendedores no acababan de darle buena espina.
Hace un par de días, un lector habitual del blog llamado Javier, que quiere comprar un piso en subasta ayudado por un subastero profesional, me hizo una consulta acerca de los rangos registrales. Su subastero ya se lo había explicado, pero como la cosa le había parecido un poco enrevesada, buscaba que yo se lo confirmara o no.