Exactamente, lo has clavado. Los fines de semana son el nuevo cortafuegos emocional del mercado. Se lanza el bombazo (literal o metafórico), se deja que la noticia fermente sin volumen real, y para cuando llega el lunes, ya está todo digerido, explicado, minimizado y, si hace falta, ignorado. El miedo tiene fecha de caducidad: 48 horas.
Y lo más irónico es que el mercado ya no necesita razones para subir, solo que no haya una excusa lo bastante potente para caer. PERs absurdos, tensiones geopolíticas, indicadores adelantados flojos… todo es irrelevante mientras la liquidez siga fluyendo o la narrativa dominante sea "esto se sostiene solo". Hasta que no se rompa el hechizo, seguiremos en esta especie de trance alcista que se retroalimenta con cada no-evento.
Pero como bien dices, basta con que alguien grite que el rey va en bolas y no lo tape ningún banco central, para que todo este decorado se venga abajo de golpe. Y ahí no va a valer ningún fin de semana para amortiguar el golpe.