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Para hacer análisis fundamental hay que empezar por ver las proporciones que guardan entre si las partidas del balance y de la cuenta de resultados. Para ello solo hay un camino: hacer ratios.

Este paso es obligatorio, es un camino insustituible pero ha de quedar claro que no es la meta, es solo un paso intermedio para llegar al objetivo final que es ver la calidad de la empresa mediante sus proporciones. Las ratios son un medio pero no se deben emplear como un fin.

Para intentar explicarlo mejor utilizaré las enseñanzas del filósofo, ensayista y gran pensador Jose Antonio Marina.

Marina, gran seguidor de Howard Gadner, también atribuye al ser humano varios tipos de inteligencias. De ellas utilizaré para el post la inteligencia generadora y la ejecutiva. Denomina inteligencia generadora a la función del cerebro que actúa como una gran computadora (por eso también la denomina inteligencia computacional) que genera mucha información para acceder a conocimiento. Por lo que nos explica que no vivimos para conocer, sino que conocemos para hacer mejor nuestra tarea. Conocemos para ofrecer medios a la inteligencia ejecutiva a tomar las decisiones.

Denomina inteligencia ejecutiva todas aquellas operaciones mentales que permiten elegir objetivos, elaborar proyectos, y organizar acciones para realizarlos. Son las destrezas que unen la idea con la realización. Por lo tanto está unida la acción con la reflexión, los medios empleados como la forma de ejecutarlos para conseguir el mayor éxito.

Marina considera la inteligencia como un gran barco, dotado de una sala de máquinas y de un puente de mando. En la sala de máquinas está la fuente de energía. También se elabora información sobre la ruta, estado del tiempo y otros datos de interés que se envía al puesto de mando. Pero esta orden no se ejecuta de inmediato ya que el puesto de mando no está para que se ejecute inmediatamente, sino para examinar y encontrar el momento oportuno de realizarlo.

La inteligencia humana tiene que conocer su entorno, saber controlar y aprovechar las emociones, y tomar las decisiones adecuadas. Para ello no basta con conocer los datos, hay que aplicarlos convenientemente.

Cuando disponemos de las ratios del balance de un ejercicio de la empresa ( PER, P/FCF,Valor contable, EV/Evitda, Rent/Div,ROE,  ROA) hemos dado un gran paso para conocer las proporciones de la empresa, pero lo mejor que podemos hacer es no utilizarlo para tomar una decisión de compra, sino utilizando el ejemplo del barco, hay que enviarlo al puente de mando. Allí habrá una información adicional (energía, tiempo) que estará relacionada con los tipos de interés, con el momento del ciclo económico y con la tendencia de los datos macroeconómicos. No es lo mismo un pésimo tiempo atmosférico saliendo del puerto a la espera de una gran ruta que entrando en él, aunque la situación del barco como distancia al puerto sea la misma. Como no es lo mismo un PER con tipos de interés del 10 % que del 1 o 2 %. Tampoco hablo solamente de que ese tipo de interés bajo sea mejor para la empresa, sino de las problemas que puede representar alguna alteración en política monetaria.

Utilizar exclusivamente las ratios para llegar a una conclusión es como utilizar el “solucionador automático de conflictos” (nombre dado por unos psicólogos) que hace operaciones que se acercan a la perfección pero el sistema no sabe lo que hace. Un solucionador de conflictos puede ser el detector de mentiras, facilita mucha información acerca de si el individuo miente pero no detecta mentiras, lo que hace es detectar unas alteraciones en el ser humano cuando miente y por relación se acerca bastante a la realidad; es este caso el puente de mando debería de dar la última palabra ya que en el caso de que el individuo tenga ciertas anomalías psicológicas, el detector de mentiras no las detectaría.

Los bancos también emplean el “solucionador de problemas” con los “créditos scoring” en los que unas ratios deciden facilitar créditos a determinados clientes, pero sirve más de campaña publicitaria que para obtener una buena campaña de aumentar sus activos. El “solucionador de conflictos” busca ratios pero no sabe para qué son, por lo que el ser humano aplica filtros en su aplicación real.

Un caso llamativo es el de Gari Kasparov, gran jugador de ajedrez, que compitió contra una máquina que tenía asumidas muchísimas jugadas. Cuando Kasparov ganó dijo que ganó porque la máquina no tenía sentido del peligro. El equipo ruso estudiaba bastante esta sensación de peligro por lo que lo consideraba muy importante y dedicaba una parte importante de la estrategia a la vulnerabilidad del jugador. La máquina tenía una inmensa posibilidad de jugadas pero no detectaba este factor. Más adelante, como el ajedrez es muy racional, la ampliación de datos le dio la victoria a la máquina.

Hacer ratios? Si, mientras más, mejor; pero sin olvidar que son solo unas operaciones matemáticas que se hacen en el análisis fundamental como una herramienta más.

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  1. #2
    18/03/15 21:19

    Gracias Nairan.

    Como bien dices, las ratios son un medio no un fin. No son el análisis, son los medios para el análisis.

  2. #1
    18/03/15 12:16

    Hola Coe51z:

    Interesante artículo, como de costumbre.

    Yo lo resumo de la siguiente forma: Hay que utilizar los ratios para pensar sobre las empresas, no para sustituir el hecho de pensar.

    Un saludo.


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