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Pulso de Mercado: Intradía

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#288705

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Sanciones: percepción y realidad

01/03/2024 | 08:26

Han transcurrido ya dos años desde que se intensificaron las sanciones a Rusia con motivo de la invasión de Ucrania. Rusia ya sufría algunas sanciones de la UE desde 2014 tras la anexión de Crimea. 

El objetivo de las distintas rondas de sanciones a la Federación Rusa tenía como objetivo un desmoronamiento de su economía que dificultara el mantenimiento de la guerra por parte de Rusia. Dos años después, los objetivos pretendidos con las sanciones no se han conseguido. Muestra de ello es la evolución de la economía rusa y la mejora de previsiones del FMI para la economía rusa. Hace dos años el FMI auguraba una fuerte recesión. Ahora, al contrario, espera un crecimiento notable de la economía rusa durante los próximos años. 

Evolución economía rusa
Evolución economía rusa

Existe una percepción errónea muy extendida sobre el alcance de las sanciones. Tiende a creerse que existe un embargo comercial total sobre la Federación Rusa. En realidad, en ningún momento se ha pretendido un embargo comercial total a Rusia, es decir, un aislamiento de la Federación Rusa del comercio mundial, como en su día se hizo con Irán. Sólo se ha sancionado a un número limitado de personas (1.718) y de entidades (419). Se han inmovilizado bienes en la UE de las personas y entidades sancionadas por valor de 21.500 millones de euros y se han inmovilizado activos del Banco Central de Rusia en la UE y en países del G7 por importe de 300.000 millones de euros.  

El comercio internacional con Rusia no está prohibido. Sólo existen una serie de restricciones a la importación y exportación de determinados productos con destino u origen la UE. Es decir, algunos productos no se pueden vender a Rusia desde la UE y algunos productos no se pueden comprar a Rusia desde la UE. Explícitamente se excluyen de las sanciones la exportación desde Rusia de productos alimentarios, agrícolas o fertilizantes. Las sanciones de la UE sólo cubren el comercio bilateral entre la UE y Rusia, no el comercio internacional. 

Lo que ha ocurrido durante estos dos años es que una parte significativa del comercio prohibido con Rusia se ha triangulado a través de terceros países. A modo de ejemplo, Armenia, que no produce vehículos, ha pasado de exportar coches a Rusia por importe de 800.000 dólares en enero de 2022 antes de la guerra, a exportar coches a Rusia por valor de 180 millones de dólares en enero de 2023. La exportación de coches alemanes a Kirguistán se ha incrementado más de un 5.000% desde la invasión rusa de Ucrania. Es fácil adivinar qué país es el destino final de estas exportaciones. 

Con el petróleo y sus derivados que la UE no puede adquirir directamente de Rusia ha ocurrido algo parecido. Entre China e India han pasado a ser receptores del 90% del petróleo ruso. Europa recibía entre el 40-45% del petróleo ruso antes de las sanciones. Ahora no alcanza el 5%. Por su parte, de las importaciones de petróleo de India antes de la guerra procedentes de Rusia apenas eran del 2%. Ahora suponen el 35%. Una parte no despreciable de dicho volumen importado desde Rusia acaba en los mercados europeos. 

Desde diciembre de 2023 existe una nueva cláusula en las sanciones que pretende evitar la reexportación de productos prohibidos a Rusia, es decir, la triangulación de operaciones a través de terceros países. El control sobre estas operaciones sin la colaboración de terceros países no integrantes de la UE se antoja muy compleja. Conviene recordar el mapa de países que no han impuesto sanciones a Rusia

Países que sancionan a Rusia
Países que sancionan a Rusia
 
Al no existir un embargo comercial total, las exportaciones de Rusia se han reorientado hacia Oriente y hacia los países que no aplican sanciones. Así, el comercio bilateral entre Rusia y China ha ascendido en 2023 a 228.000 millones de dólares, la mayoría de este realizado en rublos o yuanes. 

La razón principal por la que no se ha decidido aislar comercialmente a Rusia es doble. Por un lado, sin la aplicación de sanciones secundarias por parte de la UE y de Estados Unidos a aquellos países que no tienen intención de dejar de comerciar con Rusia, el aislamiento comercial a Rusia es inicuo y poco realista. En segundo lugar, quitar del mercado el 100% de las exportaciones rusas de determinados productos como el gas, el petróleo o el uranio implicaría una disminución de la oferta global que dispararía los precios de estos productos a nivel global infligiendo un severo daño a las economías importadoras. 

Rusia exporta diariamente unos 8 millones de barriles de petróleo al día. Suprimir esta cantidad del mercado crearía una disminución de la oferta de petróleo que provocaría fuertes subidas en el precio. En otros productos como el gas, algunos países europeos siguen siendo muy dependientes de Rusia. Austria importa el 98% del gas desde Rusia. No se puede permitir renunciar al gas ruso sin provocar un serio problema a su economía. 

Tras dos años de sanciones a Rusia, claramente no se ha cumplido el objetivo pretendido de debilitar la economía rusa de tal manera que no pudiera continuar con la guerra en Ucrania. El efecto secundario ha sido un encaramiento de la energía en Europa que ha llevado a la industria europea a una fuerte pérdida de competitividad. La falta de un horizonte de cambio de la situación actual está llevando a empresas (como Basf o ThyssenKrupp) y sectores industriales enteros a plantearse la deslocalización de sus instalaciones productivas. El gas barato ruso era esencial para ventaja competitiva de la industria alemana. 

Aunque no era el efecto deseado, tras dos años de sanciones a Rusia, el gran perjudicado de las sanciones "selectivas" a Rusia ha sido la economía europea, incluso más que la propia economía rusa. ¿Por qué no es admisible comprar petróleo a Rusia, pero sí lo es comprarle gas? Difícil respuesta. Una cosa es la realidad de las sanciones y otra la percepción que se tiene de ellas. 

 
Artículo escrito por Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco.

#288707

Re: Pulso de Mercado: Intradía

 
Buenos días. 

Acerca 2.022: 

En mi caso fue el mejor año que he tenido y el 2020 el peor , es posible que aprendiese algo de 2020 o simple casualidad. 

Por otro lado las posiciones que tenemos al finalizar un año bajista si son buenas entidades nos pueden facilitar mucho el trabajo al año siguiente o en mi caso esperar dos años para volver a recuperar mi senda de beneficios. 

Un saludo y buen finde! 

Mañana sabré explicar lo que ocurrió hoy

#288708

Re: Pulso de Mercado: Intradía

En inversiones por supuesto 2022 fue un año malo, pero en trading fue mi tercer mejor año, mi sistema se favorece ampliamente de la volatilidad.

Claro 2023 fue mi peor año por la misma razón.

2024 está arrancando como 2021 entrando con mucha liquidez y cierta volatilidad.

Mis mensajes van de especulación y trading de corto plazo.

#288709

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Nuevos eurobonos para una nueva UE


Debe considerarse otra emisión de deuda común para financiar costosas necesidades estratégicas sin cortar fondos de partidas socialmente relevantes

Andrea Rizzi
02 mar 2024 - 05:00CET

La UE necesita pertrecharse para un mundo cada vez más complicado y peligroso. Elementos fundamentales en los que se apoyó el proyecto —seguridad de EE UU, energía barata de Rusia, comercio con China— se tambalean o están rotos. Tambores de guerra retumban a nuestras puertas. Tal vez, ojalá, los peores riesgos no se materialicen, pero es sabio activarse con fuerza para prepararse bien en caso de que surjan problemas aun mayores que los actuales y para disuadir a algunos que pueden tener malas tentaciones. Lograrlo será caro. Porque hay que ser honestos: los países de la UE, salvo en medida limitada Francia, no tienen una significativa capacidad de combate; porque, en conjunto, vamos rezagados con respecto a EE UU o China en tecnologías clave; porque somos muy dependientes en cuanto a recursos estratégicos. Ante este cuadro, mejorar la eficacia de las inversiones es necesario, pero no suficiente. Hará falta una gran cantidad de dinero. Por tanto, si se comparte el objetivo, hay que pensar bien en cómo financiarlo. La UE debería considerar seriamente una nueva emisión de deuda común.

Por supuesto, hay otras cosas que se pueden hacer. Europa cuenta con mucho ahorro privado, pero un mercado de capitales incompleto e ineficaz no deja fluir de la mejor manera posible el dinero. El exprimer ministro italiano Enrico Letta está estudiando reformas que puedan mejorar el mercado común y pasos en ese sentido serán útiles. Es dudoso, sin embargo, que puedan resultar resolutivos, sobre todo en el corto plazo. Es imprescindible que la inversión pública respalde los nuevos planes.

En ese sentido, una opción es la reorientación de las prioridades del presupuesto comunitario, que sigue anclado mayoritariamente en la política agraria y los fondos estructurales de cohesión territorial. Digamos que no son las prioridades más estratégicas. Pero es políticamente complicado tocar mucho ahí, como vemos con las tractoradas.

Los Estados miembros sin duda pueden y deben hacer más —algunos en mayor medida que otros—. Pero, aquí también, no es fácil hallar mucho margen fiscal. Algo se puede hacer, pero el volumen de lo necesario es grande, y los recursos no pueden proceder de recortes de servicios sociales que son el alma de la idea europea de sociedad. Esos recortes tal vez puedan parecerle bien a algunos políticos liberales y de derecha, pero serían un error. Por otra parte, financiar con subidas de impuestos puede restar competitividad global a la UE, que ya sufre en ese sentido. Y emisiones de deuda nacional para algunos son fáciles; para otros pueden serlo menos.

Naturalmente, debe tenerse en cuenta que los fondos NextGenerationEU, alimentados con la primera histórica emisión de deuda común aprobada para sobreponerse al shock pandémico, siguen en gran medida sin gastarse. Hasta la fecha, se ha entregado algo más de un tercio de los alrededor de 800.000 millones del programa. Queda bastante dinero. Pero ese programa se pensó y perfiló en otro tiempo —otro mundo—. Sin duda, sus inversiones verdes y digitales tenían y tienen sentido. Pero ahora hacen mucha falta otras cosas; el reparto del dinero entre receptores para estas cosas debería hacerse teniendo en cuenta nuevos factores y un largo etcétera que apunta a que el remanente no es la solución al enorme problema que afrontamos.

El Next Generation EU está dando un impulso al crecimiento menor a lo esperado. Hay que reflexionar sobre el porqué y sobre los elementos insatisfactorios de esta experiencia. Pero en conjunto fue una respuesta acertada a un shock exógeno. Ahora tenemos otro, que no tiene pinta de poder desvanecerse en un par de años como la pandemia y cuya resolución no es una cuestión de crecimiento de PIB. Los tipos de interés han sido altos en los últimos trimestres, pero cabe esperar que irán bajando. La deuda de los Estados miembros, tras situarse en un 90% de media en 2020, va bajando, y ahora ronda el 82%. Es un contexto en el que una nueva emisión no puede ser tabú.

Y, de hecho, si bien políticos liberales como el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, han manifestado su rechazo a la idea, o políticos populares de corte ultraliberal al estilo Isabel Díaz Ayuso observan con recelo la implicación pública en la economía, hay otros liberales como Kaja Kallas o Emmanuel Macron que se han mostrado favorables a nuevos eurobonos, a que la inversión pública desempeñe un factor decisivo. Kallas ha propuesto una emisión de 100.000 millones de euros vinculados al esfuerzo para apoyar a Ucrania. Macron se ha referido a ellos en términos más genéricos. Las fuerzas progresistas de la UE deberían poner todo su peso para lanzar un debate, para que este asunto sea parte de la campaña de las elecciones europeas, más allá del apoyo puntual a Kiev. Y, si bien de entrada Berlín no es favorable, no debe infravalorarse el peso de las capitales que pueden tener un interés en ello, una potencial media luna que abarca los flancos mediterráneo, oriental y norte de la UE.

Hay mucho que hacer. No solo será oportuno tener una defensa que disuada a Putin de cometer otras agresiones si unos EE UU bajo Trump miran hacia otro lado. También lo es ser fuertes en capacidades productivas clave —como la de los microchips— o estar en la vanguardia de conocimientos que definirán el siglo —como la IA o la computación cuántica—. Un mercado eficiente es solo parte de la solución.
#288710

Re: La ultima media hora, de infarto

 
Claro, esa diferencia corresponde al tipo de valores que componen cada mercado, pero lo importante es el comportamiento relativo y en este caso vemos que es el mismo. Lo que si es evidente que en cualquier mercado lo productivo es el comercio sin objetivo de plazo y siguiendo las ondas del mercado como por ejemplo el viernes 
#288711

La ultima media hora, de infarto

Lo hicieron, pero sin convicción, dichosa resistencia

#288712

Re: Pulso de Mercado: Intradía

uff yo de China sali rapido con todo lo que paso con Alibaba se la cargaron... una bolsa controlada por comunistas 
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