Este año los Reyes magos me han regalado la llamada de la asesora personal de cuentas del Banco de Santander con la noticia de que estoy de suerte porque este año tampoco me van a cobrar comisiones de mantenimiento por la cuenta corriente. Pero que, lamentablemente, la entidad ha decidido, obligada por el BCE, comenzar a cobrar un 0,4% a todas las cuentas cuyo saldo exceda de un millón de euros.
¡Vaya por Dios!
Porque resulta que como todos mis lectores sabéis, soy un firme creyente de que estamos en los meses previos a la apertura de una gran ventana de oportunidad para la inversión inmobiliaria. Y, por lo tanto, llevo doce meses acumulando capital, sentado sobre una liquidez en máximos, y afilando mis cuchillos a la espera de que llegue el momento de la degollina.
Las dos semanas previas al gran confinamiento de mediados de marzo las pasé llegando a acuerdos claudicantes con los ocupantes de mis viviendas. Tanto si eran ex propietarios como si eran okupas, les ofrecí lo que hiciera falta para que me dejaran los pisos vacíos. Solo se resistieron dos que fueron desahuciados la primera quincena de septiembre.
Todas esas propiedades ya han sido vendidas o, al menos, ya he recibido arras para amarrar su venta. Simultáneamente, los pisos alquilados que han quedado vacíos, también han sido vendidos.
Todo esto aprovechando un fenómeno muy raro que no se si achacar a la demanda embalsada que se hubiera podido acumular en los tres meses de confinamiento o a que las familias se han lanzado a comprar vivienda mientras que llega o no llega la crisis. Es un poco como si la gente hubiera pensado comprar vivienda antes de que llegue la crisis y se queden sin trabajo o les restrinjan los créditos. El caso es que actualmente lo tengo todo vendido o afianzado.
Y como consecuencia de lo anterior, mi liquidez actual está en máximos.
¿Y ahora no hay oportunidades, Tristán?
Pues claro que las hay, por supuesto que sí. Pero tendría que tratarse de una oportunidad realmente muy buena para que yo me pusiera a estudiarla. Creo que fue Warren Buffett quien dijo que los mejores inversores eran los más perezosos, o algo así. Lo que quería decir es que nunca hay que tener prisa para invertir.
Y esto tiene ahora incluso más sentido, porque... ¿qué es lo que vemos si miramos al futuro?
Lo que yo veo son unos ERTE que se han prorrogado hasta finales de mayo pero que cuando se acaben van a dejar en paro a cientos de miles de personas. Hoy ya hay muchos empresarios con unas plantillas sobredimensionadas para la situación económica actual y que están deseando que se acaben los ERTE para poder tener las manos libres para despedir a un porcentaje de las mismas, con la intención de dimensionar el número de empleados a lo que de verdad necesitan ahora. O eso o sus empresas se hunden aplastadas por los costes laborales.
También veo que en 2020 ha bajado el precio de los alquileres en las grandes capitales y que este mes de enero hay el doble de casas en alquiler que hace un año. A más casas en alquiler mayores bajadas de precio. Esto lo entienden hasta los hermanos Garzón.
¿Y qué pasa con el precio de los pisos si baja el precio de los alquileres? Esto ya no lo entienden los Garzón, pero yo os lo digo: si baja el precio de los alquileres, a continuación tiene que bajar el precio de los pisos.
A ver amigos, no hace falta ser un lince ni tener una bola de cristal para entender por qué considero que este no es el mejor momento para invertir mi liquidez y para qué la estoy acumulando.
Además, cuando estás en máximos de liquidez no puedes contentarte con comprar sardinillas, tienes que buscar atunes de los grandes.
Y esto me lleva al problema descrito al principio.
El banco me quiere cobrar una comisión del 0,4% sobre el saldo de la cuenta corriente, lo que significa un coste de 4.000 euros por cada millón de euros.
Llevo desde enero de 2009 publicando contenidos en este blog y aportando valor, pero hoy voy a ser yo quien os consulte a vosotros. No en vano, Rankia es la mayor comunidad en español especializada en economía e inversiones. Digo yo que aquí habrá quien me pueda orientar.
¿Qué hago con mi maldita liquidez?
A mi asesora de cuentas del Banco de Santander le gustaría que invirtiera el dinero en alguno de sus fondos. Por otro lado, Robert Kiyosaki, a quien sigo muy de cerca desde que leí su "Padre rico, Padre pobre", no deja de recomendar comprar oro y plata físicos. Los llama, las monedas de Dios. Pero, ¿cómo se compra plata física? He calculado que al precio actual, con un millón de euros podrías comprar 1.215 kg de plata. ¿Está proponiendo Kiyosaki que enterremos toneladas de plata en el garaje de nuestras casas, como hacían los hispanorromanos en la época de las invasiones visigodas?
Otros buenos inversores animan a comprar bitcoin, pero desde las increíble altura de su actual cotización, un mediocre escalador como yo soy, solo ve la inminente galleta que se va a pegar y no concibe que pueda seguir escalando posiciones. Por otro lado yo soy un inversor oportunista y, por lo tanto, va contra mi naturaleza comprar en máximos históricos.
Así que, os lo vuelvo a preguntar...
¿Qué hago con mi maldita liquidez?