Cómo pasa el tiempo.
¿Recordáis que hace más de cinco años publiqué un post denunciando que un golfo había pagado la deuda de un muerto para hacerse con su piso por la cara? Desde entonces aquél listillo está en mis manos y ni se atreve a toserme.
Pues resulta que aquella práctica de sinvergüenzas se está extendiendo.
Algunos incluso se atreven a consultarme directamente para asegurar mejor el tiro.
E incluso algunos alumnos de mi curso de subastas han intentado alguna vez que les explique la estrategia, con la excusa de que querían conocerla para evitar que a ellos les ocurriera.
(Sí, claro)
El caso es que hace un par de semanas me contactó Jesús, el presidente de una comunidad de propietarios que estaba sacando adelante la subasta SUB-JA-2018-106863, en la que el demandado es alguien que desapareció hace años sin dejar rastro. Y sin pagar las cuotas de la comunidad, como es obvio.
Jesús quería contratar una de mis consultorías porque tenía interés en participar en la subasta y quería asesoramiento sobre ello. Yo le expliqué los vericuetos del artículo 670 de la LEC y algunas cosillas que podría hacer para aumentar su ventaja y la cosa quedó ahí.
Unos días después me escribe contándome que unos tipos muy sospechosos le habían abordado al abogado de la comunidad y después de sondearle con disimulo, le habían propuesto sin tapujos pagar la deuda que el desaparecido propietario pudiera tener con la comunidad, suspendiendo así la subasta.
(deuda de la comunidad: 1.300 euros)
Te van a levantar la casa en tus mismas narices, Jesús. Esta es una estrategia muy antigua y propia de subasteros golferas, como algunos de los de antes. Cuando en una subasta el deudor está desaparecido o muerto, no hay más que pagar la exigua deuda para suspender la subasta. Y luego basta con exhibir un contrato de venta de hace años, con una firma falsa, obviamente, o un contrato de alquiler con derecho al subarriendo, y... voilá, se quedan con la casa por unos eurillos. No hay nadie "vivo" que les pueda reclamar.
Así que o te pones las pilas o vete preparando para renunciar a esa subasta. Ya verás como, si no aceptáis el pago de la deuda, en unos días lo harán directamente en el juzgado. Mostrarán un contratillo de hace unos años y listo. Las tragaderas de los juzgados son famosas por dar cabida hasta a las pollas más grandes. Se las cuelan dobladas porque a ellos les importa un huevo.
Eso le dije a este señor.
Y como conozco la política de hechos consumados de estos sujetos, también le recomendé que levantara un muro de ladrillo para impedir que simultanearan el pago de la deuda con la toma de la posesión por las bravas.
Así además les darían el mensaje de que la comunidad no se iba a dejar vacilar por estos golfos.
Y finalmente, la maniobra llevada a cabo por los tipos sospechosos ha sido contactar esta mañana con la comunidad de propietarios y presentar una escritura notarial por la que un tal Juan Carlos Gutiérrez interviene en representación de las mercantiles BENALSIESTA SL y LA HOGAZA DE LEOLIB SL para elevar a público los acuerdos sociales de la junta general de socios de ésta última, en la que se decidió ampliar el capital social en la suma de 86.000 euros por la aportación por parte de BENALSIESTA SL del apartamento de marras, que, según manifiestan, BENALSIESTA SL le había comprado a Don Pierre Bonorat (el deudor), mediante contrato privado del 12 de agosto de 2002, y cuyo impuesto acaban de abonar el 19 de noviembre de 2018.
¡Bingo!
Me encanta tener razón.
Me apuesto lo que haga falta a que el contrato que exhiben es falso. A nadie se le ocurre comprar una casa en 2002 y dejarla olvidada hasta dieciséis años después. Esta es exactamente la misma operativa de siempre. Aunque otras veces lo que exhiben es un contrato de alquiler con derecho a subarriendo.
Esto ha sucedido esta misma mañana.
El siguiente paso será ir mañana al juzgado a pagar la deuda y suspender la subasta que, por cierto, acaba mañana.
¿Alguna idea brillante para pararles los pies y permitir que la luz de la Justicia ilumine nuestro planeta unos días más?
Yo le he dicho a Jesús que no debe tirar la toalla, que tiene que forzar al tal Gutiérrez, que por cierto, en la notaría dijo ser agente de la propiedad inmobiliaria en Benalmádena, a demostrar judicialmente la veracidad del contrato privado de compraventa y a explicar por qué un profesional de su talla ha estado desaparecido durante los últimos 16 años durante los que no ha utilizado ni explotado el dichoso apartamento que se supone que compró en 2002.
Lo repito, ¿alguna idea brillante?
Hagamos brainstorming.
POSTDATA 8-DIC-18: Abro esta postdata para comentaros que Inversius está investigando a estos golfos y parece que llevan desde el siglo pasado estafando a diestro y siniestro.
ROJ: SAP MA 1956/2016 - ECLI:ES:APMA:2016:1956
Llevan mas de 20 años, llevándose inmuebles de extranjeros y herencias yacentes, pero ahora con otras sociedades, pero son los mismos, y aprovechándose de la publicación del BOE, en la que es muy fácil rastrear herencias yacentes y comunidades lo han extendido a toda España.