La inversión el último día del año tiene mucho más sentido por motivos fiscales que especulativos.
Invertir por motivos especulativos te dará, en todo caso, unos resultados inciertos y pequeños. Quien ganará fijo será tu broker, no tú. Otra cosa son los motivos fiscales.
Imagina por ejemplo que llevas un año espléndido con enormes beneficios en... acciones, derivados, o el conjunto de todos ellos, da igual. La carga fiscal que te va a tocar pagar el año que viene es muy grande, por las plusvalías acumuladas, pongamos que tendrás que pagar 30.000 euros en la declaración del IRPF, te parece una barbaridad, y quieres bajar ese importe un poco.
Entonces, si tienes capital suficiente (solo con las ganancias del año se ve que sí, que lo tienes) puedes comprar a primera hora del último día del año en que haya mercados, cuantos futuros de un índice X puedas, y a la vez venderás futuros por el mismo valor de otro índice Y, muy correlacionado con él (eso implica que, normalmente, ambos subirán o bajarán más o menos lo mismo). El IBEX frente al Eurostoxx, o el DAX frente al Eurostoxx, o similares son buenas opciones, por ejemplo.
Si dejamos las cosas así, el efecto financiero al final del día será cercano a cero euros, aunque estés "arriesgando" teóricamente cientos de miles de euros o incluso algún millón de euros. Lo que ganes con un futuro lo perderás con el otro.
Pero a última hora, miras cómo ha evolucionado el día. Si los índices han subido, cancelas los futuros que abriste a la baja, que tendrán pérdidas, dejando abiertos para 2026 los que abriste al alza, que tendrán beneficios. El efecto será que añadirás pérdidas (pero no beneficios) a tu ejercicio fiscal de 2025 y, en vez de pagar 30.000 euros pagarás 26.000 de impuestos (o lo que sea, según las pérdidas que hayas conseguido realizar en este día, cuantas más, mejor). Si los índices han bajado, harás lo opuesto, cancelar el futuro alcista, pero el efecto final será el mismo: perderás dinero ese último día del año, y bajarás tu factura fiscal para todo 2025.
Este tipo de ajustes son habituales entre los profesionales en los últimos días del año, y son muy eficientes fiscalmente. Los particulares se enteran menos y en consecuencia los hacen menos. Añaden algo de volatilidad, porque estos últimos días hay muchas operaciones cuya motivación no es puramente de mercado, sino meramente fiscal. Pero como las hay en todas las direcciones imaginables, suelen cancelarse unas a las otras, y es difícil prever anticipadamente si va a haber más alcistas o bajistas por motivos fiscales. Normalmente es un fifty-fifty.
En resumen, si te interesa hacer plusvalías o minusvalías que compensar fiscalmente, hazlas hoy. Puedes "prefabricarlas" incluso, como te mostramos en el ejemplo de antes. De hecho ya es tarde, porque muchos mercados no han abierto hoy.
En cambio, entrar por mera especulación puede que no sirva para gran cosa. El último día del año es, en eso, casi un día como cualquier otro.