Vivir en Madrid tiene alguna ventaja y muchas desventajas, entre las cuales una de las peores son las manifestaciones que nos toca sufrir todos los fines de semana. De las de este último quiero destacar dos, una de majaderos y otra de carotas.
Cuando digo majaderos me estoy refiriendo a todos esos bobos que se manifestaron en Madrid, y en otras ciudades europeas, para protestar contra una de las pocas decisiones de gran estadista de un político europeo. En los últimos 20 años España se ha llenado de un montón de extranjeros que vienen a trabajar y de unos pocos cuya motivación no es otra que delinquir y vivir del cuento. Los marroquíes, los negros, los sudamericanos, los europeos, etc. vienen en su grandísima mayoría a trabajar y a prosperar y solo unos pocos de ellos son tan indeseables que vienen al calor de nuestras laxas leyes penales y de nuestro generoso, ¿ingenuo? estado de bienestar. Pero ya digo que estos últimos son minoría.
Hay muchísimos gitanos españoles trabajando (la mayoría lo hacen), igual que son mayoría los rumanos caucásicos que trabajan como cualquiera y que han venido exclusivamente a trabajar. Sin embargo todavía estoy esperando ver un gitano rumano trabajando. Los varones adultos se dedican al pillaje (chalets, cobre, etc.), sus mujeres a la mendicidad y sus hijos a los malabarismos digitales, o sea que son carteristas. Y todos ellos juntos, varones, esposas e hijos, complementan la jugada pidiendo con cara de hambre que nuestras administraciones les den casa.
De manera que estas manis de tontos del culo son más bien como si las víctimas se manifestasen a favor de sus explotadores. Yo no soy el más listo y nunca fui el primero de la clase, pero como de tonto tampoco tengo ni un pelo, en cuanto oigo hablar de política de vivienda y de integración enseguida me doy cuenta de que lo que realmente quieren es que aflojemos la cartera.
La otra manifestación, la de los carotas, como no podía ser de otra forma, estaba formada por los suertudos adjudicatarios de alquileres baratísimos para jóvenes que protestaban porque el ayuntamiento de Madrid, acuciado por las deudas, ha decidido sacar a subasta la propiedad de dichas viviendas en vez de regalárselas por la cara como los susodichos jetas tenían previsto que ocurriría en unos años. Aunque la nueva propiedad de los edificios no va a afectar a los inquilinos, en la calle no escasearon gritos como "Gallardón ladrón, Gallardón especulador".
A ver si se acaban de una vez estas políticas de vivienda social que lo que realmente suponen es más atracos legales en forma de impuestos a los ciudadanos productivos.
Y con esto he dicho todo lo que hoy quería decir. Veo que este post no me ha salido muy políticamente correcto, qué se le va a hacer, pero es que esta nueva religión de la corrección política me parece un poco tontaina.
NOTA FINAL: Casi que preferiría que los comentarios se hicieran solo sobre la mani de los jetas porque sobre la otra se pueden disparar los comentarios racistas, que no estoy dispuesto a tolerar. Lo que se diga, que se argumente sin necesidad de insultar a nadie.