Continúo con la serie de julio de "Pesadillas en subastas" que inicié con los Embargos que juegan al escondite. Parece que otro lector ha sido más valiente de lo debido y no ha tenido paciencia para esperar a que el juzgado le diera la Posesión.
Dejémosle expresarse:
Hola tristán, me he metido en un lío y no se qué hacer. Soy lector de tu blog casi desde el principio y me lo he leído entero y algunos post varias veces, tomando notas y consultando lo que no entendía. Me animaba sobre todo lo que has dicho en alguna ocasión de que ser subastero es cuestión simplemente de tener sentido común. Pues bien, en febrero me atreví a dar el paso y me compré un chalet adosado en xxxxxx. Era el sueño de mi vida y los subasteros contrincantes me subieron la puja mucho más de lo que esperaba pero aún así conseguí un ahorro considerable.
El caso es que en marzo me dieron la documentación y como el chalet estaba vacío desde enero, decidí contratar a un cerrajero y entramos para ver qué obra iba a ser necesaria. De verdad que no tenía intención de entrar a vivir ni nada de eso, simplemente quería que el contratista tomara medidas y habláramos de lo que era necesario reformar. La casa estaba medio vacía y solo habían dejado la mitad de los muebles.
Pues ahora me encuentro con que los propietarios me han puesto una denuncia acusándome de allanamiento de morada, manifestando que les han desaparecido las joyas de la familia, un retrato valioso de su abuelo de un tal Vázquez Díaz y un mueble antiguo, todo ello herencia de familia y con documentos de propiedad. Un vecino les chivó que yo había entrado y cuando fueron se encontraron con que había cambiado la cerradura. Lo que dicen del robo es mentira porque solo habían dejado cosas inservibles, como se puede comprobar al entrar en la casa. Yo he presentado un escrito en el juzgado diciendo eso y que vayan rápidamente al chalet para comprobar que lo que digo es cierto y que en la casa ya no puede vivir nadie porque se han llevado todo, pero la secretaria me ha dicho que ellos no pueden entrar así como así en esa casa y que cómo se yo que se han llevado todo. Naturalmente le negué que yo hubiera entrado en la casa, y le dije que un vecino me había dicho que ya habían hecho la mudanza, pero claro, como la cerradura está cambiada... Naturalmente he tirado las llaves y no pienso volver, pero estoy asustado porque estos tíos piensan seguir adelante con su denuncia. ¿Qué puedo hacer? Por favor ayúdame. Estoy desesperado.
Je-je-je-je, te has metido en un lío de narices solo porque te picaba la curiosidad de ver en qué estado había quedado la casa y qué obras iban a ser necesarias. Se ve que no tuviste paciencia para esperar a que el juzgado te diera legalmente la Posesión y has querido ir adelantando movimientos. Pues muy mal.
Si además de leerte los post hubieras leído los comentarios, que son tan instructivos o más que los mismos post, sabrías que siempre aconsejo a los no profesionales que ni se les ocurra meterse en la casa hasta que lo puedan hacer de la mano del juzgado. O eso o pactar la Posesión con el demandado.
Los profesionales, en cambio, podemos valorar otras opciones. En una ocasión un cliente al que le pretendía ceder el remate de un piso de Córdoba me exigió verlo por dentro con antelación. Como yo no quería ni de coña quedarme con ese piso que había comprado mal y que estaba tan lejos de Madrid, me la jugué y contraté a uno de esos cerrajeros estrella que trabajan para la poli y que son capaces de abrir en 30 segundos y no dejar ni rastro de su paso. Estuvimos dentro un minuto y eso bastó para que mi cliente se decidiera a favor de quedarse con el piso. Mientras se llevaba a cabo la operación de comandos una colaboradora mía tenía una conversación telefónica con el demandado para impedir que ningún vecino acusica le llamara para avisarle.
Estas cosas hay que evitarlas y, cuando no queda más remedio que mancharse las manos, hay que hacerlo con cabeza, con mucha cabeza.
La verdad es que no se qué aconsejarte porque nunca me he visto en semejante lío, pero yo de tí ya estaría hablando con algún abogado realmente bueno.