Hay un concepto muy extendido de la Independencia Financiera que no me gusta, y sería más o menos este:
Alberto lee a Kiyosaki y su "Padre rico, padre pobre", y le gustan los conceptos de "carrera de ratas", "ingresos pasivos vs rentas del trabajo", "independencia financiera", etc.
De ahí, Alberto saca la conclusión de que, para ser feliz, tiene que ganar el suficiente dinero para dejar de trabajar y vivir de las rentas a los 50.
Mientras que los conceptos de Kiyosaki no me desagradan en absoluto, la conclusión que saca Alberto me parece terrible:
- A nivel de ingresos, el querer maximizarlos le llevará a buscar el trabajo que le permita ganar más dinero, no el que le gusta hacer. Y probablemente, a echarle un saco de horas, y a sacrificar cualquier tema personal en aras de prosperar en el trabajo.
- A nivel de gastos, tijera para todo; euro que pillo, euro que ahorro. Salir es caro, vacaciones es caro, quizá incluso hijos son caros...
Si tiene suerte, Alberto tendrá una vida de mierda hasta los 50 (lástima de sus mejores años), y luego podrá vivir sin trabajar... lo cual parecerá muy deseable después de estar años echándole un saco de horas a un trabajo que no le gustaba; pero para eso se necesita haber ahorrado mucho dinero y que las inversiones hayan ido bien, y quizá Alberto no tenga suficiente a los 50, y tenga que seguir hasta los 60...
¿Y luego, qué? Alberto podrá vivir sin trabajar... vaya cosa. Eso no es tan bueno como parece, he visto varios casos de gente que fundó startups y las vendió por muchos millones, y esta gente no se queda después sin trabajar, por más que podrían de sobra; unos meses de descanso sí, pero después se buscan otra vez alguna actividad, porque es la forma de sentirse realizados, y es mucho mejor que simplemente vivir de rentas.
Y esa es la independencia financiera que no me gusta. Pero lamentablemente, hay muchos Albertos por ahí... este concepto de independencia financiera está muy extendido.
Volviendo a la base, Kiyosaki lo que plantea es que la falta de ahorro te cierra opciones y hace que te pierdas oportunidades de mejorar, y ahí es en donde está para mí el punto clave. La aspiración correcta no es no trabajar, sino no tener que estancarte en un mal trabajo (puede ser malo por el sueldo, o por cualquier otro motivo que haga que no te guste). Y para conseguirlo, se necesita algo de ahorro (pero ni de lejos tanto como para poder vivir sin trabajar), y algo de ir avanzando nosotros en la dirección correcta.
Por ejemplo, supongamos que Alberto está trabajando de último mono en una oficina bancaria, cobrando poco y a disgusto porque tiene que colocarle malos productos a los clientes. En vez de esforzarse para llegar a director y cobrar muchos bonus de objetivos, Alberto se pone a pensar qué le gustaría hacer, y llega a la conclusión de que podría gustarle ser fotógrafo. Entonces, habla con gente que están trabajando de fotógrafos (en prensa, en bodas, etc) y no ve claro que pueda ganar suficiente dinero haciendo el tipo de fotografías que a él le gustaría, y acaba descartando (o al menos aparcando) lo de fotógrafo a nivel profesional; ¿qué otra cosa le gustaría hacer? Quizá ser cocinero y tener su propio restaurante... repite el proceso, hablando con cocineros dueños de restaurante, y aunque no todo es rosa (horarios del restaurante, papeleos por ser dueño del negocio), sí que ve viable ganar el suficiente dinero haciendo el tipo de cocina que a él le gustaría, así que decide intentarlo.
Pero como dice Kiyosaki, para tener opciones se necesita dinero; abrir un restaurante es caro, y poder pasar sin la nómina del banco también, así que Alberto se monta un plan financiero:
- A nivel de ingresos, en vez de matarse en el banco para ganar más, lo que intenta es conseguir algún trabajo en fines de semana sueltos en restaurantes; preferiblemente de cocinero, pero también de camarero, porque si va a ser dueño del negocio conviene tener una visión global. Además, siempre encuentra un ratito para hablar con el dueño del negocio, y les dice que él también quiere montarse un restaurante dentro de cinco años, para que le den consejos y le cuenten su experiencia. Lo que le cuentan le confirma que sí que es algo que le apetece hacer, y además le da algunas ideas (parece que la gestión de empleados es más difícil de lo que parece, y empieza a leer cosas en internet sobre el tema). Y mientras, van cayendo esos ingresos extra que necesitaba; 5.000€ anuales.
- A nivel de gastos, Alberto descubre que con un poco de miramiento es fácil rebajar 10 euros la factura de la luz (25 en los meses de invierno), otros 10 euros al mes en la factura de telefonía, otros 30 euros al mes cancelando algunas suscripciones a cosas que realmente no le aportaban nada, mete la tijera al coche (en su caso, cogiendo el metro para ir al centro, evitando el gasto en parkings) y aplaza al año que viene la renovación del móvil; pero mantiene intactos las vacaciones, la comida, la ropa, Netflix... las cosas que él realmente disfruta. Y en ocio, el gasto se mantiene, pero gastando ahora menos en cine y más en restaurantes, por ir viendo el mercado. En total se ha ahorrado 1500 euros al año, que no es demasiado... pero ayuda, y no ha tenido que perder calidad de vida para conseguirlo.
Año y medio después, Alberto ya tiene experiencia como cocinero, conoce el negocio, y tiene muy buenos contactos en el sector. Y uno de ellos ha tenido una baja, y en quien primero piensa para cubrirla es en Alberto, que rápidamente acepta; ahora gana lo mismo que ganaba en el banco, pero está en un trabajo que por fin le gusta, lo que es una mejora muy importante, y además sigue avanzando en el camino de tener su propio restaurante...
La historia puede tener muchos caminos a partir de aquí, pero lo bueno es que casi seguro acabará bien:
- Puede progresar en este restaurante, o puede dar el salto a uno donde paguen mucho, o a uno donde Alberto aprende mucho de la mano de un chef al que admira
- Puede que descubra el nicho de "fotógrafo de restaurantes", y acabe recuperando su vocación original.
- Puede que esté a gusto de cocinero en el restaurante de otro y decida quedarse (oye, los sueños cambian!), o puede que en 3-5-10 años acabe comprando un restaurante, o puede que monte uno nuevo.
- Puede que su negocio vaya bien, o puede que vaya mal. Si va mal y se había endeudado mucho para montarlo, va a tener problemas (es el único camino malo). Si le va mal pero no se endeudó demasiado, volverá a ser cocinero (que es mucho mejor para él que lo del banco), y quizá en un futuro vuelva a intentarlo...
Como veis, en esta nueva historia de Alberto aparecen muchos conceptos de independencia financiera, pero no el anhelo de vivir de las rentas sin trabajar. Aunque curiosamente... si al restaurante de Alberto le va bien, igual llega a tener el suficiente dinero para vivir sin trabajar.
Planificación vs Agilidad
Y en un sorprendente giro, este enfoque lo explicaría con una analogía del desarrollo de software, que es mi campo. Antiguamente, los grandes proyectos de software tenían una fuerte tendencia a ir de pena; no importa lo cuidadosamente que se planificaran, el resultado era peor que un edificio de Calatrava, con plazos y costes que iban desde 3 veces lo proyectado en adelante, y entregando cosas que, después de entregadas, requerían un costosísimo mantenimiento/adaptación, porque al empezar a usarlas descubrían nuevas necesidades que nadie pensó, o había entrado en vigor un cambio normativo, o la especificación resultaba ambigua y donde alguien quiso decir X otro entendió Y...
Hasta que surgió el movimiento Agile, que propuso un giro copernicano: en vez de intentar hacer un documento de planificación aún mejor y más detallado, se convencieron de que trabajar siguiendo un gran plan no funciona, y se pasó a trabajar siguiendo pequeños progresos. Esta imagen describe perfectamente lo que es el desarrollo ágil:
De este modo, se va entregando valor desde el principio, en vez de tener que esperar a que esté todo para poder utilizarlo. Además, al ir utilizándolo, se va obteniendo feedback que permite corregir fallos, ajustar funcionalidades y cambiar las prioridades estando aún en fase temprana, cuando los cambios son aún mucho menos costosos, en tiempo y dinero. El resultado acaba siendo un software que quizá no se parece a lo que el cliente habría imaginado al principio, ni a lo que los técnicos hubieran diseñado, pero esta vez es un software que sí que resuelve bien el problema, y las desviaciones de costes y tiempos son pequeñas. Darwin lo habría descrito como un problema de adaptación al entorno: si el cambio en el entorno es brusco y drástico, las especies se extinguen; si es progresivo, las especies se adaptan y salen mejoradas.
Y después de este rollo, supongo que ahora se entiende mejor cuál es el problema del enfoque malo de "Independencia Financiera", ¿no? es un plan que tiene todos los males de la antigua metodología del software: se hace una gran planificación al principio, se van destinando muchos recursos durante mucho tiempo sin recibir nada a cambio, y se confía en que en un momento dado se obtendrá el resultado que se había planificado... y se confía en que eso será lo que aún seguiremos queriendo, para cuando sea que ocurra.
La problemática que aparece aquí es muy similar a la que ocurre con los planes, que expliqué en Planes de pensiones: Buenos para casi nadie y Más sobre planes de pensiones y ahorro para la jubilación: Una gran planificación a muy largo plazo puede salir mal por factores externos (crisis, fiscalidad, inflación, tipos de cambio), o por factores nuestros (problemas propios, problemas de un familiar, errores, cambiar de idea), o puede incluso salir según lo previsto y que para entonces no nos guste la idea que planificamos décadas atrás, con una edad y unas circunstancias totalmente diferentes.
Por eso no conviene embarcarnos en estas grandes planificaciones que nos cierran opciones; hay que ser ágiles, e ir buscando el mejorar dando pasos en el corto plazo que nos vayan dejando en una situación cada vez mejor, a la vez que nos acercan al objetivo de largo plazo, y mientras ir incorporando las circunstancias que puedan ir surgiendo, buenas o malas, a la hora de decidir cuál será el siguiente paso; quizá acabemos de dueños de un restaurante, o de fotógrafo de restaurantes, o como ayudantes de un chef de talla mundial... ¿es mejor una vida de mínimos para luego con suerte vivir sin trabajar, o una vida de hacer cosas que nos gustan, sin dilapidar pero sin racanear? Be agile, my friend!
PD: La gente da por supuesto que si intentas conseguir el máximo de dinero, conseguirás el máximo de dinero; sin embargo, la realidad es que si te pones a hacer lo que te gusta, probablemente lo harás mejor que si haces cosas que sólo haces por dinero, y en no pocas ocasiones acabarás destacando y quizá ganes más dinero que si te enfocas sólo en el dinero!