Está con la misma desesperación con la que se fue de vacaciones. Ya entonces dijo que iba a recortar el consultorio y hoy se alegra de haberlo hecho. Mi sensación es que solo disfruta con las clases de los viernes con Laura blanco, porque ahí no tiene al vulgo molestando con consultas impertinentes y puede ser el gran analista geopolítico que se piensa que es. Los lunes está cabreado y se pone a la defensiva con Rocío, con la que no tiene una conexión que le permita relajarse. En estas condiciones no debería hacer el consultorio, que, por otra parte, ha pasado de ser el más interesante a uno de los peores, porque no se molesta en hacerlo y se limita a decir que los valores que no acaban de superar máximos no sabe lo que van a hacer o que son una mierda, salvo el sector eléctrico, en el que sigue insistiendo pese a que la realidad no es la que él se empeña en contar