Bueno, Sunak es sincero desde su púlpito de multimillonario y su vida en la que rige el doble rasero: mientras él estaba domiciliado en un paraíso fiscal, les subía los impuestos a los británicos.
Es como el Sánchez, que va en avión privado hasta a mear y nos dice a los demás que vayamos a pata para ahorrar gasolina, y que no encendamos el aire acondicionado.