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SORPResa

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Página
11 / 27
#81

Re: SORPResa

(PÁGINAS 111-112)

Completó 100 repeticiones y descansó unos minutos.
El cuello solo se entrenaba con altas repeticiones.
Todo el gimnasio estaba cubierto de espejos, se observó a si mismo con satisfacción.
El cuello de David era como un pequeño tronco, llamaba la atención.
En aquellos momentos, las venas del cuello parecían mangueras, un par de horas después de entrenar eran menos espectaculares, aun así se notaba que tenía una buena vascularización.
Lo mismo le sucedía con las venas que surcaban sus brazos y sus piernas, especialmente con las de los gemelos.
Era vital tener un cuello poderoso.
Un vez contemplando un combate de entrenamiento de kick boxing, observó como uno de los luchadores caía al suelo desmayado tras recibir el impacto de una patada en el cuello, unos centímetros por debajo de la mandíbula. Fue como si se le apagaran las luces.
El tipo que se derrumbó estaba bastante fuerte y el que le propinó el golpe pesaba veinte kilos menos, pero el tipo fuerte tenía un cuello de pájaro.
Cuando este hombre recuperó la conciencia decía que se sentía débil como un bebe, si hubiera sido una pelea callejera podrían haberle hecho cualquier cosa.
Un cuello robusto hubiera resistido mucho mejor el golpe.

Si tienes que pelearte con alguien mucho más fuerte que tu, pero con un cuello corriente o pequeño, dale un golpe con todas tus fuerzas en la zona lateral del cuello, unos centímetros por debajo de la mandíbula. En personas con mala salud puede provocar incluso un fallo cardiaco, en personas sanas una pérdida de conciencia que lo dejará a tu merced.
**********************************

“-Yo solo quería ser rico, más rico que los Echevarría de México y más rico que cualquiera de los ricos de Colombia, AL PRECIO QUE FUERA Y UTILIZANDO LOS RECURSOS Y LAS HERRAMIENTAS QUE LA VIDA PUSIERA A MI DISPOSICIÓN.
Me juré a mi mismo que, si a los 30 no tenía un millón de dólares me suicidaría de un tiro en la sien.”
Pablo Escobar

El resto de la semana bursátil transcurrió de forma comica.
Era como una antigua película en blanco y negro.
El Jugador era como Charlie Chaplin, ganaba algo, perdía bastante más, se enfadaba, se alegraba, se quejaba, se justificaba y a toro pasado veía con claridad absoluta donde estaban sus errores.
David era el villano de mirada bicolor que asomaba la cabeza detrás de la esquina y estaba atento para ejecutar operaciones en la dirección contraria a las realizadas por el jugador.
Cuando el señor Andrés decidía cerrar una operación con ganancias, entre 20 y 50 puntos, era casi seguro que en la siguiente operación se mostraría más confiado y perdería mucho más, entre 100 y 200 puntos.
Y cuando perdía mucho más, se mostraba más cauteloso y pasaba a perder entre 20 y 40 puntos.
En cuanto ganaba algo, otra vez se volvía a repetir la misma pauta.
David estaba fascinado con este comportamiento.
Al finalizar la semana sus beneficios ascendían a casi 5000 euros. Continuaba bastante apalancado porque reinvertía todas las ganancias, necesitaba ganar musculo financiero y no sabía cuanto tiempo iba a durar aquella situación.
Aquello era fabuloso, pero no quería ilusionarse demasiado.

(CONTINUARÁ.....)

#82

Re: SORPResa

(PÁGINA 113)

OCTAVA PARTE

“Cuando todos piensan igual, es que ninguno piensa mucho”
Walter Lippman

“TIPPING POINT”
Punto donde un cambio gradual se vuelve brusco

1

Se suele decir que morirse es algo que sucede solo una vez en la vida.
Lo que nadie te dice es que antes de que esto suceda puedes rozar la muerte y salvarte por los pelos en el último segundo.

Podría haber estudiado psiquiatría, para mi estudiar el comportamiento de los demás es una especie de hobby. Algo innato.
También me he estudiado a mi mismo, por eso se muy bien el origen de algunos de mis miedos.

Cuando tenía cuatro años estuve a punto de morir, supongo que tuve suerte. Odio depender de la suerte, por eso intento mantenerme alejado de ella todo lo que puedo. Pero que yo no quiera saber nada de ella, no cambia las cosas. Me guste o no me guste, la suerte existe.
Como iba diciendo, con cuatro años estuve a punto de irme al otro barrio.
Lo que pasó fue lo siguiente.
Me desperté por la mañana en cuanto sonó mi despertador de Mickey mouse.
A pesar de la oposición de mi madre, mi padre me lo había regalado con la intención de que me las arreglara por mi cuenta para despertarme por las mañanas y llegar a tiempo a la guardería.
Se esperaba de mi que me recordara de colocar la alarma y de que me levantara en cuanto esta sonara.
Un par de veces me olvide de poner la alarma, o sucedió que sonó, le di y volví a quedarme dormido.
Los días que había sucedido esto mi padre me obligaba a quedarme en casa para que comprendiera que tenía que responsabilizarme de las consecuencias de mis acciones, tenía que ser capaz de “sostenerme sobre mis propias piernas” .
Con cuatro años lo único que yo comprendí, es que si algo fallaba con el maldito despertador me quedaría encerrado en casa.
Así que a esa corta edad, nació mi primera obsesión.
Seguía un ritual todas las noches entre semana, consistente en revisar 3 veces seguidas si había colocado la alarma y en cuanto esta sonaba, abría los ojos inmediatamente, encendía la luz, me imaginaba que era Superman o Spiderman, y de un salto me incorporaba y salía corriendo como un cohete en dirección a la cocina, donde mis padres orgullosos de que me las arreglara por mi cuenta me esperaban con el desayuno preparado.

(CONTINUARÁ....)

#83

Re: SORPResa

(PÁGINAS 114-115)

Como iba diciendo, me desperté automáticamente en cuanto sonó mi despertador de Mickey mouse.
Abrí los ojos, encendí la luz, y en ese mismo momento noté que algo iba mal. Intenté levantarme como siempre, incorporame de golpe, dar un salto en la cama y caer como un gato sobre el suelo de madera.
Pero esta vez no pude.
Todo me daba vueltas.
Notaba que algo me cubría la nariz y parte de la cara.

Me toqué y al mirar mi mano la vi cubierta de sangre.
Me di la vuelta y contemple que la almohada había cambiado de color, excepto en el hueco ocupado por mi cabeza. Estaba manchada de sangre.
Parecía que alguien había tirado un cubo de pintura roja.
Yo sólo tenía 4 años y no entendí nada de nada.

Como por alguna razón misteriosa no tenía fuerzas para levantarme de un salto, me arrastré hasta el borde de la cama y en cuanto mis pies tocaron el suelo me puse de pie.
Al ponerme de pie me sentí muy débil, tan débil que odie mi propio cuerpo. De ahí proviene, en parte mi obsesión por estar fuerte en todos los sentidos.
El asunto termino a los pocos segundos, simplemente todo se volvió de color negro.

Me desperté escuchando los gritos histéricos de mi madre y de mi padre.
Sólo duró unos segundos, enseguida me envolvió la oscuridad.

El siguiente recuerdo es el de estar tumbado en una cama de hospital.
Mis padres nerviosos, pero aparentemente un poco más tranquilos, escuchaban las explicaciones del médico.
Un enfermera les avisó de que acababa de abrir los ojos.
Mi madre me acarició y me dijo que me curaría y muy pronto estaría en casa. Mi padre sólo pudo decirme que tenía que ser fuerte, así que mi obsesión por ser fuerte se reafirmó.

El médico les dijo a mis padres que me había quedado con la “vida mínima”, porque la pérdida de sangre que yo había sufrido debería de haberme provocado la muerte.

En otras palabras, he muerto, pero he resucitado.

El asunto era que sin ningún motivo conocido, había sufrido una hemorragia nasal masiva.
Por algún motivo que desconozco mi cuerpo, ante el viejo dilema de lucha o huye, decidió luchar.

Desde entonces siempre he optado por la lucha.

De regalo me quedó un miedo terrible a los hospitales, y eso me provocó una obsesión por estar fuerte y sano para no volver nunca más a ingresar en ningún centro hospitalario.
También recibí otro regalo, miedo mortal a que me saquen sangre.
Ningún problema si me hago una herida o si se la hacen los demás, es únicamente el detalle de que me saquen sangre.

Como estoy obsesionado por controlar mi salud y conocer todos mis números, todos los años me hago un chequeo, y el 60% de las veces que me han tenido que sacar sangre, no he tardado ni un minuto en desmayarme y revivir la debilidad que experimenté de niño, al recobrar la conciencia.

A veces funciona mirar para otro lado, otras veces no funciona nada.

Imagínate a un tipo de 95 kilos de peso con tan sólo un 7% de grasa corporal, lo suficientemente fuerte como para levantar 110 kilos en press de banca, 90 kilos en curl con barra, 193 kilos en peso muerto y 207 kilos en sentadilla.

¿Cuál es el arma secreta para que caiga redondo?.

Sólo se necesita una persona que le extraiga sangre, aunque sólo sea una gota, y el tipo fuerte se desmayará como una niñita.

(CONTINUARÁ.....)

#84

Re: SORPResa

(PÁGINAS 116-117)

2

“¿Por qué caer en la depresión buscando un trabajo que sola da para malvivir?
Hacerse empresario, pero de los de verdad. CAPAZ DE COMERCIAR CON TODO Y DE HACER NEGOCIOS HASTA CON LA NADA. Ernst Junger diría que la grandeza se halla expuesta a la tempestad. Lo mismo repetirían los boss, los empresarios de la Camorra.
Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a si mismos como fin.”

Gomorra autor Roberto Saviano

“ Amancio y mi tío hablaban a todas horas de que tenían que crear su propio negocio.
Hay que hacer algo, hay que montar algo, decían.”

Caños Caramelo, hablando de Amancio Ortega y de su tío Javier Caños Caramelo, antes de que ambos iniciaran su propio negocio.

Cada dos o tres semanas, David y Natalia acudían a comer a casa de alguno de sus respectivos padres. Aquella vez tocaba con los padres de Natalia
.Ambos ejercían de funcionarios.
Su padre trabajaba en Correos y la madre era enfermera en el Hospital, al igual que su hija.
La única opción de vida que entendían era la del asalariado. Estaban ciegos a cualquier otro modo de vivir. Cuando David les hablaba de alguien que había montado un negocio y estaba ganando un montón de dinero, se sentía como si estuviera tratando de convencer a un ciudadano de la edad media de que la tierra era redonda. Sus mentes no habían evolucionado, realmente no comprendían el punto de vista de un emprendedor. Y lo peor era que jamás lo entenderían. Jamás.
Para ellos los negocios era una actividad practicada por unas criaturas especiales denominadas empresarios. A los padres de Natalia, nunca se les ocurriría montar una empresa. Sus pensamientos al respecto eran similares a los del 99% de la población Española. Tenían un espíritu pasivo, atascado por la idea (equivocada), de que un salario proporcionaba una mayor seguridad.
En el fondo ese modo de pensar sólo reflejaba una cosa, cobardía.
Era tan triste, pensada David.
En lo que a la economía se refiere, lo único de lo que se habían preocupado era de encontrar un puesto de trabajo. Y ahora a medida que envejecían, sólo esperaban que cuando les llegara el momento de jubilarse, el estado pudiera pagarles una pensión.
Sus mentes no concebían otra forma de vida. Era más sencillo formar parte del rebaño de borregos que tener que pensar por si mismos (pensar de forma distinta).
El que cobra un sueldo depende de la inteligencia del que le paga, porque es incapaz de montar algo por su propia cuenta.
Al depender de si mismo, un emprendedor se ve obligado a ejercitar su cerebro, y encontrar soluciones para poder ganarse el sustento.
Mientras servía la comida, la madre de Natalia le decía que así no iba a ninguna parte, que se buscara un trabajo como Dios manda.
-Mira al hemano de Natalia.. Estudió una carrera y ahora está trabajando en Madrid, de auditor, en una empresa importante, y cobrando un sueldazo.
Si, claro, pensó David. Trabajando once o doce horas. Matándose a currar para hacer ricos a los propietarios.
Antes se hubiera puesto a discutir, pero esta vez David la dejó hablar, sin rebatir sus argumentos.
Discutir con personas de ideas fijas, le dejaba agotado. Era un acto tan inútil como propinarle puñetazos a un muro de piedra.
Últimamente no dejaban de bombardearle con ese tipo de mensajes.
El padre de Natalia tenía un montón de acciones de Telefónica compradas a finales de los ochenta, siempre le decía lo mismo, comprar y mantener.
El padre de Natalia no tenía muchos conocimientos bursátiles y no sabía que las grandes empresas podían ir poco a poco perdiendo poder y eso se terminaría reflejando en el precio de las acciones.
El momento de telefónica había sido en los noventa.
Al empezar a comentar la marcha de la bolsa, David sólo dijo que estaba recuperándose, no dijo nada de la forma en que lo estaba haciendo.

(CONTINUARÁ.....)

#85

Re: SORPResa

Interesante relato. La verdad es que suena a autobiográfico en algunas partes.
Espero la siguente entrega
Un saludo

#86

Re: SORPResa

En este país la gente no se lee la letra pequeña de los contratos, en el primer post la letra pequeña dice "yo no soy ninguno de los personajes".

Claro que a lo mejor eso se ha dicho para despistar y que el personaje en cuestión no sea fácil de identificar.

Eso suena un poco retorcido, pero con los humanos nunca se sabe.

Me estoy acordando de una cosa.

Papá elefante cruza el río, Mamá elefante cruza el río, bebe elefante cruza el río y dice:
-Ya hemos cruzado los CUATRO.

Le tengo que preguntar una cosas señor Castronnics, ¿Porqué el bebe elefante dice ya hemos cruzado los CUATRO?

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