Se jacta de que no necesita comprar ministros ni jueces, pero se le hacen un ovillo en el regazo cuando se echa la siesta.
Su nombre es el más repetido de España y no precisamente para bien. Para unos es el prototipo del banquero especulador sin escrúpulos y para otros es simplemente un ricachón más. Nadie se hace tan rico sin robar, dicen algunos tontainas. Pero a él estas y otras majaderías le traen sin cuidado, como si no fueran con él.
Ni siquiera la crisis económica le asusta, otras han sucedido y también se superaron. Es más, la ve más bien como una oportunidad. No tiene un pelo de tonto. En realidad no tiene ni un pelo de ningún tipo.
Ahora los indignados del 15-M andan chillando por las calles sus consignas de nacionalizar la banca, de perdonar todas las hipotecas y otras muchas sandeces. Es más , el partido gobernante ya se ha olvidado del "tenemos el mejor sistema financiero del mundo" y ahora están en el "alguna responsabilidad tendrán los bancos, que concedieron hipotecas al límite" y en el "sin duda los bancos están en el origen de la recesión".
Al fin y al cabo hay una inminentes elecciones que ganar.
Pero a él todo esto le resbala, son solo palabras y sabe bien que, gane quien gane las próximas elecciones, cuando el señor banquero se eche la siesta, el ganador se le subirá al regazo a ronronear.