La Historia dirá de él que tenía más cojones que el caballo de Espartero. Y es cierto. Porque hay que tener un par de huevos para hacer las cosas que Pedro Sánchez se atreve a hacer con solo ochenta y cinco diputados. Seguramente tenga muchos defectos, como cualquiera de nosotros, pero lo cierto es que aquí no hay más cojones que los suyos.
El pasado mes de diciembre aprobó un real decreto ley sobre los alquileres sin tener nada claro si con su ridícula minoría de diputados lo podría convertir en Ley.
Y se pegó la hostia.
En enero le tumbaron el Decreto Ley dejando con cara de gilipollas a los primos que habían arrendado sus propiedades durante el mes en que la norma estuvo en vigor. Un descrédito sin precedentes que no hizo más que aumentar la desconfianza de los inversores en España. Y la indefensión de los propietarios.
No me imagino cómo se le pudo ocurrir semejante locura, pues ni aunque le hubieran apoyado los comunistas de Podemos, sus socios de referencia, hubiera podido sacar adelante aquella ley con la oposición de la mayoría de centro derecha que había en el Congreso de los Diputados.
¿Y qué hace ahora el tío?
Hoy, con las Cortes cerradas y a apenas dos meses de la elecciones generales, el tipo ha puesto los huevos encima de la mesa y sin importarle un huevo que los listos de la clase sepamos que lo hace exclusivamente por motivos electoralistas, ha vuelto a dictar el mismísimo decreto ley pero vitaminado con alguna medida aún más del gusto de sus socios ultras.
Ojalá Rajoy, el más mierda entre los mierdas, hubiera tenido la mitad de huevos de los que tiene Pedro Sánchez.
Rajoy, en 2011, ni con la mayor mayoría de todos los tiempos tuvo la valentía de hacer lo que había que hacer. Tenía una inmensa mayoría en el Congreso de los Diputados, tenía mayoría en las comunidades autónomas y tenía mayoría en los ayuntamientos. Podría haber emprendido la reforma estructural que España necesitaba.
Pero no lo hizo. Rajoy se rajó. Ejemplo perfecto de lo que es ser un mierda.
Al principio del post comencé afirmando que este presidente del gobierno pasaría a la Historia como el más valiente, pero ahora añado que además también pasará a la Historia como el que más ha puesto en peligro las costuras de nuestras instituciones. Porque, a ver, esto de hoy no ha sido más que el último asalto de un filibustero de la política que no ha venido a servirnos a los ciudadanos sino a servirse sin disimulo. Con valentía, es cierto, pero también con irresponsabilidad.
Ha tomado al asalto las instituciones como si fueran de su propiedad.
Y ahora está tomando o va a tomar ciertas medidas que se van a cargar el esfuerzo conjunto de todos los españoles durante los últimos diez años. Todo el sufrimiento de los españoles durante estos años de crisis no van a servir para nada si este ambicioso consigue parar las ruedas de la economía a base de disparar el déficit.
Todas las medidas "sociales" que va a tomar estos días en los que la oposición no le podrá parar los pies por estar el Congreso de los Diputados cerrado van a disparar el gasto. Y no hay ni una sola medida que aumente los ingresos, con lo que el déficit se va a disparar, con las negativas consecuencias que en 2010 y 2011 comprobamos en nuestras carnes que esto causaba.
Por cierto, una pregunta, ¿porqué le llaman gasto social a convertir a miles de ciudadanos en parásitos?
De toda la vida se entiende que un hombre de bien es aquél que con el fruto de su trabajo mantiene a su familia y paga los bienes y servicios que consume. Por otro lado, es cierto que en un estado de bienestar moderno no queremos que haya gente que se quede atrás y que no pueda escolarizar a sus hijos, motivo por el que la educación es gratuita. Y como tampoco nos gusta que los ciudadanos sufran enfermedades cuya cura no puedan pagar, hemos desarrollado una Salud Pública que nos cuida estupendamente desde la cuna a la tumba.
Todo esto es gratis.
O sea, gratis no son estos servicios, porque pagarlos los pagamos entre todos los que pagamos impuestos, que no somos todos ni todos en la misma medida. De modo que haciendo que estén sufragados por el estado los gastos más gordos de las familias, y algunos otros que no viene a cuento citar ahora, aumentamos la igualdad de oportunidades y disminuimos la desigualdad de resultados.
Hasta aquí todo en orden.
Pero parece que todo esto no les basta a los parásitos sociales ni a los partidos que nos quieren convertir a todos en parásitos para que todos comamos de su mano y dependamos de ellos para todo.
A ver, digámoslo claro, a este tío lo único que le interesa es seguir gobernando caiga quien caiga. Por eso subió el sueldo mínimo interprofesional a pesar de que todos los economistas le advirtieron de que eso eliminaría de ciento cincuenta a doscientos mil puestos de trabajo de los ciudadanos menos cualificados. Las consecuencias dan lo mismo, lo que importa es que la medida se pueda vender bien entre los votantes que el psoe perdió entre 2010 y 2016. Y si tiene que entrar como elefante en cacharrería en el mercado inmobiliario lo va a hacer y punto.
Y así, con ese ánimo intervencionista el Gobierno de España ha decidido legislar contra el alquiler de viviendas, contra los arrendadores y contra los inquilinos. Porque, una cosa es cierta, el intervencionista siempre destruye aquello que intenta proteger. De manera que si en este asunto el gobierno pretende proteger a los inquilinos y contener el precio de los alquileres, podemos apostar a que el resultado será contrario al perseguido.
Una de las pocas cosas buenas que hizo el pésimo Zapatero, esa catástrofe con patas, fue legislar el mal llamado "desahucio express", que de express tiene muy poco pero que al menos ha reducido a la mitad el plazo para desalojar a los inquilinos morosos. Ese era el camino correcto, que luego continuó Rajoy con la reforma de la LAU en junio de 2013.
Tres son los mayores miedos de los arrendadores particulares:
1) Necesitar el piso para un hijo y no poder disponer de él por tenerlo alquilado.
2) Que no les paguen las rentas y se tarde mucho en desahuciar a los inquilinos morosos.
3) Alquilarle a una mala persona que les destroce la casa antes de irse.
Los dos primeros puntos los solucionaron Zapatero y Rajoy.
Y hoy se los ha cargado Pedro Sánchez poniendo palos en las ruedas del procedimiento de desahucio, que se va a alargar entre 4 y 6 meses por la necesidad de tener que avisar a las administraciones de que va a haber un desahucio, más la prórroga si estas no facilitan una vivienda de realojo, más el aumento "acojonante" del plazo mínimo del alquiler.
Y más cosas que conoceremos en cuanto se publique el decreto en el B.O.E.
Si alguien piensa que la nueva ley de arrendamientos urbanos es pro-inquilinos se equivoca. Una ley que reduce la oferta y sube aún más los precios no beneficia a los inquilinos. Es más, estas medidas van a perjudicar más a los ciudadanos con menos ingresos y más precarios. Es decir, a partir de ahora los pocos arrendadores que queden, antes de firmar los nuevos contratos de arrendamiento de 5+3 y 7+3 años van a mirar con lupa a los potenciales arrendatarios, eliminando de la ecuación a todos los que presenten el más mínimo riesgo financiero. Los que no tengan una saneada posición económica y laboral lo tendrán mucho más difícil a partir de ahora para alquilar.
Lo repito, el intervencionista siempre destruye aquello que intenta proteger.
Resumiendo, muy malas noticias para aquellos que necesiten alquilar vivienda porque con la nueva regulación tendrán menos oferta a mayor precio. Lamentablemente alquilar un piso va a ser aún más difícil y caro.
Aunque podría haber sido aún peor si los ultras de Podemos hubieran conseguido que las administraciones territoriales tuvieran mando en plaza para regular los precios del alquiler. En ese caso la subida de los precios hubiera sido supersónica.
Y yo me pregunto qué es lo que tendrán estos gilipollas contra los tenedores de casas, porque ahora que lo recuerdo los partidarios de este decreto ley fueron los mismos que hace un año votaron en contra de facilitar el procedimiento judicial para que los propietarios de viviendas okupadas, pudieran recuperarlas con mayor rapidez. Solo si eran personas físicas.
¿Y a vosotros qué os parece el nuevo decreto anti-alquileres?