Hombre, generalizar, algo generalizas. Este párrafo es tuyo:
"Por eso hoy juro que no entiendo a los empresarios, que salen a la palestra. Todos los días me niego a pensar que todos los empresarios son iguales, pero el caso es que revisando las declaraciones todos los días, nos encontramos una uniformidad que asusta. Todos los santos días nos encontramos con sus cartas a los reyes magos, de tal forma que de alguna forma todo el mundo tiene que sacrificarse por ellos y ellos lo que tienen que hacer es pedir ayudas, pedir negocio en los despachos,(la famosa colaboración pública-privada, o ese gran robo), bajadas de sueldo, peticiones para que el gobierno pare luchas de precios, que se despida a cuanta más gente mejor… y por supuesto, que ellos no paguen impuestos y que el déficit se reduzca."
Lo que yo entiendo de lo escrito es que dices que no quieres generalizar, pero que no puedes resistirte.
El categorizar primero, para caracterizar desfavorablemente después, sencillamente me parece que es una mala táctica; sus efectos secundarios pueden hacer que el remedio sea peor que la enfermedad... en el caso presente más paro.
Como ejemplo me gustaría proponer un paralelismo: Algunas ideologías políticas y sociales ponen los intereses del grupo por delante de los del individuo, con la idea de que del mayor bien colectivo se derivará un mayor bien individual. Los experimentos reales llevados a cabo, los más impactantes los de los regímenes nazis y comunistas, han dado resultados totalmente encontrados con esa teoría. En realidad, de perseguir el mayor bien para el estado lo que se deriva un MENOR bienestar para la mayoría.
Siguiendo esa analogía, en el caso presente creo que sería mucho más productivo que nos centrásemos en cuales son las cualidades deseables en las personas, y los defectos individuales que debemos combatir en nosotros, antes de separarnos por categorías y dedicarnos a arrancarnos la piel a tiras unos a otros.
Y, dado que España no es un país de grandes empresas, yo no le prestaría tanta atención a lo que puedan decir los representantes de las pocas que hay. Al fin y al cabo son cuatro gatos, y su incidencia sobre el empleo es relativamente menor (la atención que reciben de los medios es desproporcionada hasta el absurdo).
Si yo estuviera en posición de poder lo que me preguntaría es qué clase de reformas podrían hacerme a MI más atractiva la idea de abrir mi propio pequeño negocio.
Personalmente hice mis pinitos en el mundo empresarial en la década de los 90, y recuerdo muy bien de aquella época todos los problemas, pegas y preocupaciones que me amargaban la vida, día sí y día también, y lo cierto es que el sueldo de mis [pocos] empleados no era la primera, ni la segunda, ni siquiera la tercera de ellas. Terminé abandonando el negocio, pero no obligado, sino por hartazgo, el mismo motivo por el que cada vez que pienso en la posibilidad de volver a establecerme me sale un sarpullido.
...y el que tanta gente hable tan mal de los empresarios no es que me anime precisamente.
En cuanto a si veo oportuno que tengamos más comportamientos, declaraciones, y medidas como las que citas... pues está claro que no. De hecho lo que yo vería más oportuno no es sólo que hubiera menos de esas, sino que medios y ciudadanos dejaran/dejáramos de dar tanta importancia a las [anecdóticas] declaraciones de 4 personas que, por mucho que salgan en la tele, apenas se representan a sí mismas, y a poca gente más.