Hola,
@guruspainEl "
mal" comportamiento del Ruffer tiene una causa muy concreta: su forma de invertir. La metodología de Ruffer es analizar cómo pueden desarrollarse los acontecimientos, pero son indiferentes a la fecha de inicio del acontecimiento y su velocidad. Después preparan la cartera para lo que creen probable que suceda, pero admiten su desconocimiento sobre cuando sucederá.
Ruffer, a principios de año, sostenía que el 2023 iba a ser un año de mucha incertidumbre (recesión, inflación, política monetaria, etc...); por tanto, han posicionado la cartera conforme a esta visión. De hecho, Jonathan Ruffer en su carta de principios de año hizo una metáfora que ilustra lo anterior: un coche circula por una carretera de montaña con un acantilado a un lado y pasa por encima de una mancha de aceite. La estabilidad previa pasa a una inestabilidad. En ese momento, es impredecible si el coche irá a la izquierda o hacia la derecha (hacia donde está el acantilado). No obstante, si coche se va hacia la izquierda: el conductor corregirá –e, inevitablemente, sobrecorregirá– girando el volante en la dirección inflacionaria.
Según los gestores la incertidumbre y los indicadores económicos de principios de año y que, a día de hoy persisten, apuntan a una corrección extrema en todos los mercados de activos. La cartera está posicionada para un mercado bajista. Sin embargo, como todos sabemos, a pesar de todos los indicadores y riesgos de principios de año, tanto las economías como los mercados mostraron una sorprendente “resiliencia”: el crecimiento siguió siendo positivo en las principales economías y los resultados empresariales fueron mejores de lo esperado. Ahora bien, los riesgos de un mercado bajista continuan y, a día de hoy, la palabra “recesión” está presente en la mayoría de informes de gestoras y noticas económicas.
Tal y como expone Ruffer en su último informe (julio 2023) “Nuestro rendimiento en el primer semestre de 2023 ha sido uno de los peores desde el inicio fondo. No obstante, somos optimistas sobre la forma de las carteras tal como están”. Son optimistas por dos razones: porque ya han pasado por resultados similares en el pasado (en cada caso han anunciado una corrección importante en el mercado) y, en segundo lugar, porque las perspectivas macroeconómicas apuntan a problemas específicos que se avecinan, “problemas contra los que nos hemos protegido especialmente”. En periodos similares adoptaron estas estrategias que se comportaron bien durante una crisis, pero que resultaron equivocadas en el período previo a ella.
Desde el inicio del año hasta hoy, han protegido más la cartera han aumentado un 10% renta fija a corto plazo (actualmente 37% de la cartera), han rebajado su posición en bonos de largo plazo, mantienen liquidez (10%) y han reducido parcialmente su exposición a materias primas.