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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
2 ejemplos.
El del avión, una puta desgracia. Si fuera como viajero un acreditado nazi, podríamos estar diciendo que que suerte que ante un acto tan improbable hayamos tenido la fortuna de quitarnos de encima a un puto nazi.
Una familia que regentaba un bar en mi ciudad natal, en barrio donde me crié. Tenían un bar que les daba para vivir, bien sin apretura pero sin lujos. Les tocó la primitiva o bonoloto, no recuerdo. El acto reflejo es decir que qué suerte tuvieron porque eran 4M€ y es una lotería que te toque. Cerraron el bar, al cabo de un año la mujer se separó (desconozco los motivos) y pasados varios años se mató uno de los hijos en una moto de gran cilindrada. El padre de familia es hoy un desgraciado consumiendo los últimos días de su vida. Objetivamente, algo que se podía tildar de suerte, podría ser una desgracia.
A lo que voy es que son circunstancias en las que las interpretaciones pueden ser variadas e incluso opuestas. Y dependen siempre desde el prisma desde el que se miren. Una promoción laboral puede ser el origen de grandes problemas para unos y en cambio para otros una bendición. Y al contrario, un estancamiento laboral puede ser algo genial para algunas personas y en cambio una frustración para otras.
Desde hace muchos años no creo en la suerte.
El del avión, una puta desgracia. Si fuera como viajero un acreditado nazi, podríamos estar diciendo que que suerte que ante un acto tan improbable hayamos tenido la fortuna de quitarnos de encima a un puto nazi.
Una familia que regentaba un bar en mi ciudad natal, en barrio donde me crié. Tenían un bar que les daba para vivir, bien sin apretura pero sin lujos. Les tocó la primitiva o bonoloto, no recuerdo. El acto reflejo es decir que qué suerte tuvieron porque eran 4M€ y es una lotería que te toque. Cerraron el bar, al cabo de un año la mujer se separó (desconozco los motivos) y pasados varios años se mató uno de los hijos en una moto de gran cilindrada. El padre de familia es hoy un desgraciado consumiendo los últimos días de su vida. Objetivamente, algo que se podía tildar de suerte, podría ser una desgracia.
A lo que voy es que son circunstancias en las que las interpretaciones pueden ser variadas e incluso opuestas. Y dependen siempre desde el prisma desde el que se miren. Una promoción laboral puede ser el origen de grandes problemas para unos y en cambio para otros una bendición. Y al contrario, un estancamiento laboral puede ser algo genial para algunas personas y en cambio una frustración para otras.
Desde hace muchos años no creo en la suerte.
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