Me voy a Lisboa

El mercado de Santiago de Compostela, es una autentica gozada, con mucha gente que vende los productos que cultiva o elabora (panes y quesos fundamentalmente), el ambiente para mi es mágico, me transporta a muchos años atrás, la ultima vez (coño, si fuese la semana pasada, tal que hoy), me dieron ganas de comprar un pollo vivo que parecía un gallo chulete, un manojo de grelos, un saco de patatas, cuatro hogazas y un puñado de percebes, pero funciono la neurona de guardia, y me conforme con pensarlo, me ahorre un buen broncazo.

Un abrazo, campeona.

Na de na, los gorrinos los tiene bajo permanente vigilancia el amigo Jtorres, y no deja que se acerque nadie a ellos, por lo de la peste porcina claro, que es muy mirao.

Relajate, que te veo mas agobiado que el sastre de Camps y cia.

Un abrazote.

Bueno, es que juego con ventaja, no engordo ni con polvorones, la aguja de la bascula la tengo clavada en el 78, y mira que hago burradas, alguna vez parece que subo de peso, pero enseguida desaparece el efecto óptico, y eso ocurrió desde que deje de beber cervezas, creo haberlo dicho con anterioridad, serán cosas de la genética.

Un abrazo.

Estas tu sembrao, muy bueno el cartel, paso un chiste bajo en calorias.

Un marinero y un pirata se encuentran en un bar y se empiezan a contar sus aventuras en los mares. El marinero nota que el pirata tiene una pierna de palo, un gancho en la mano y un parche en el ojo y le pregunta al pirata: “¿Y cómo terminaste con esa pierna de palo?”
El pirata le responde: “Estabamos en medio de una tormenta y una ola me tiró al mar, caí entre un montón de tiburones. Mientras mis amigos me subían un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco.”
“!Guau!”, replicó el marinero. “¿Y qué te pasó en la mano, por qué tienes ese gancho?” “Bien….” respondió el pirata, “estabamos abordando un barco enemigo y mientras luchábamos con nuestras espadas contra los otros marineros, un enemigo me cortó la mano.”
“¡Increíble!”, dijo el marinero, “¿Y qué te paso en el ojo?”
“Una paloma que iba pasando y me cayó excremento en el ojo.”
“¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma?”, replicó el marinero incrédulamente.
“Bueno…”, dijo el pirata, “era mi primer día con el gancho.”

Saludetes.

Ufff lo siento.
Perdona, tio, lo di por sentado por lo del avatar. Mea culpa.
Y sí, con el puñetero follón del Bankia a los que nos ha tocado se ha juntado todo lo demás.
Me planteo la razón de que mi mujer y yo nos hallamos ido, y claro, solo siento alivio.
Todo de golpe todo de golpe. Revisiones médicas, los nanos rebotados, la declaración de hacienda jopelines ¿porqué no será en enero que es cuando tienes reciente el 2011.

Saludos pues y bienhallado compañero, disculpa una vez más mi error.

Eres un poli desconfiado. La caseta quedó en puras astillas y como comprenderás no es cosa de tener el piso lleno de porqueria.
¡COÑO, QUE SE LA ZAMPÓ ENTERITA!

Uffff, qué pasada, te puedo asegurar que se me han puesto los pelos como escarpias.
Que sensación. Me has cazado completamente. A eso me refería. Cualquiera que lo vea, no puede dejarle indiferente.
Y sí lo de las monedas mágicas es tan real como la vida mísma. Lástima que eso se pase con los años daría cualquier cosa por tener la capacidad de emocionarme como mis hijos y otro tanto por poder ponerme a llorar cuando me arrebata una emoción fuerte.
¿Porqué perdemos esa facultad con los años?.

Un abrazo.

Estaba famélico jajajja.

Un saludo. Siempre genial.