Te entiendo perfectamente, Alberto.
La okupa que vive en tu propiedad te está pidiendo mil quinientos euros por abandonarla y tú te preguntas cómo ha llegado la sociedad actual a estos niveles de indigencia.
Además te sientes solo y desprotegido a pesar de haber cumplido todos estos años con tus obligaciones tributarias.
No entiendes cómo es posible encontrarte tan solo ahora que necesitas que el Estado proteja tu derecho de propiedad.
Tampoco entiendes que a esta delincuente que ha usurpado una propiedad privada le estén pagando "por la patilla" un subsidio mensual de 600 euros.
Enero, seiscientos euros.
Febrero, seiscientos euros.
Marzo, seiscientos euros.
Y así todos los meses desde hace un montón de tiempo.
Además, su noviete, el padre de su hija, está en la cárcel, viviendo también a costa del Estado. Su coste para las arcas públicas es de 1.950 euros mensuales.
Y tú, mientras tanto venga a pagar impuestos.
Sobre cada euro que ganas: IRPF
Sobre el beneficio que obtenga tu pequeña empresa: Impuesto de Sociedades
Sobre lo que ahorres: Impuesto de Patrimonio
Sobre lo que te compres: IVA
Si te cobijas en tu propia casa: ITP
De lo que te haya sobrado, si lo donas: Impuesto de Donaciones
Y cuando te mueras: Impuesto de Sucesiones
Y ya si quedan algunas migajas, esas que se las repartan tus hijos.
Y mientras tanto tu okupa, sigue parasitando del dinero de tus tributos, en abril, seiscientos euros, en mayo, seiscientos euros, en junio, seiscientos euros y así para siempre. Como hicieron sus padres. Como harán sus hijos.
Y su novio, mientras tanto, unas temporadas estará en la cárcel a costa del contribuyente y otras temporadas estará en la calle, libre de hacerle daño a la sociedad con sus robos, sus agresiones y sus tráficos de sustancias ilegales.
¡¡Hostias!! es que tienes razón, ¿en qué momento hemos dejado de darle garrote a esta gentuza para comenzar a protegerles como si fueran especies en peligro de extinción?
Hasta hace dos telediarios estos detritus sociales malvivían como ratas desde que nacían hasta que eran ajusticiados por sus crímenes. Luego llegaron unos gilipollas muy progres y nos hicieron creer que si la sociedad les mejoraba un poco la vida dejarían de ser como son y podríamos reinsertarles como miembros útiles de la sociedad.
Pero no ha sido así.
Décadas de darles casa, subsidios, sanidad gratuita, escolarizar a sus niños, etc. no han servido de nada.
Al revés, facilitarles la vida ha hecho de efecto llamada y cada vez son más los ciudadanos que deciden dejar de ser útiles para la sociedad para comenzar a vivir a costa de ésta, parasitándola.
Y hasta hace una década el derecho a la vivienda de esta canalla se substanciaba en que se les medio regalaba una vivienda una vez en la vida. Ahora ya se les entrega una vivienda cada diez o veinte años. He conocido casos de familias que ya van por la tercera vivienda social adjudicada. Y eso que de las anteriores se les acabó desalojando por no pagar las letras de la hipoteca.
Y tampoco pagarán los alquileres sociales.
Nunca pagan nada.
Solo parasitan.
Y delinquen.
Con la complicidad de los partidos políticos.
O sea, con nuestra propia complicidad, que votamos a estos partidos políticos que permiten la perpetuación de este atrofiado y mal entendido "Estado de bienestar".
Pero ahora estás tú solo, Alberto.
El Estado de bienestar no está ahí para protegerte a ti.
Estáis tú y tu okupa.
Y ella te dice que no quiere saber nada de ti si no le das los mil quinientos.
Y como esta gentuza no tiene palabra es muy posible que cuando se los vayas a dar te diga que si estás dispuesto a darle mil quinientos, que también estarás dispuesto a darle dos mil.
Ellos son así, basura.
¿Que qué haría yo?
Tragar ese sapo y seguir con mi vida.
Y en las próximas elecciones recordar quién nos ha traído hasta aquí.