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Exclusividad como Rasgo de la Sociedad


"A lo largo de la historia, la humanidad ha creado espacios llenos de misterio, poder y exclusividad, accesibles solo a unos pocos elegidos"

Desde complejos palaciegos hasta centros de conocimiento esotérico, estos lugares no solo han servido como bastiones de la élite gobernante, religiosa o intelectual, sino que también han fascinado e intrigado a aquellos fuera de sus muros.

Estos lugares, protegidos por barreras tanto físicas como simbólicas, han sido centros de poder, sabiduría y rituales, reflejando las jerarquías y valores de las sociedades que los crearon.

La exclusividad de estos lugares a menudo se derivaba de su importancia para la estructura social, política o religiosa de una cultura.

Exclusividad a lo largo de la historia


La fascinación por estos lugares exclusivos revela mucho sobre el valor que las sociedades colocan en el conocimiento, el poder y la santidad, así como en la identidad y la comunidad.

A continuación, presento varios ejemplos:

En el corazón de Beijing, durante siglos existió la llamada "Ciudad Prohibida", la cual se erguía como un bastión del poder imperial, un vasto complejo donde solo la élite gobernante y sus sirvientes más cercanos podían pasear por sus patios y palacios.

Este lugar, con sus muros impenetrables y sus estrictos protocolos, no solo representaba la distancia divina entre el emperador y sus súbditos, sino que también encarnaba la concepción del universo según la cosmología china, donde el emperador actuaba como el mediador entre el cielo y la tierra. La exclusividad de la Ciudad Prohibida era un recordatorio constante de la jerarquía y el orden del mundo.


Paralelamente, en Europa, durante el Renacimiento, las bibliotecas secretas, tales como la Biblioteca Vaticana, se convirtieron en cámaras del saber, custodiando manuscritos antiguos y textos raros, accesibles solo a un círculo cerrado de eruditos. Este resguardo aseguraba que solo aquellos con la sabiduría y el entendimiento adecuados pudieran acceder a sus profundidades.

Otro ejemplo histórico lo encontramos en la Inglaterra del siglo XIX, donde los clubes de caballeros ofrecían una visión de cómo la exclusividad podía formar y mantener las redes sociales y políticas entre la élite masculina. Estos espacios, accesibles solo mediante invitación y rigurosos procesos de selección, eran lugares donde se discutían asuntos de estado, economía y sociedad lejos de los ojos del público. Al igual que la Ciudad Prohibida, estos clubes funcionaban como microcosmos, aunque en este caso reflejaban y reforzaban la estructura social y el poder económico en lugar de la autoridad divina o imperial.

Incluso en tiempos de restricción, como durante la Prohibición en Estados Unidos, la naturaleza humana continuaba buscando espacios de exclusividad. Los "speakeasies", establecimientos que vendían de manera ilegal bebidas alcohólicas durante el periodo de la famosa ley seca en EE.UU., con sus entradas secretas y contraseñas, se convirtieron en lugares de resistencia y celebración, demostrando que la exclusividad también podía ser una forma de rebelión contra las normas impuestas.

Aunque operaban al margen de la ley, estos lugares mantenían la esencia de lo que significa ser exclusivo.

Exclusividad moderna


En la era de la información, donde parece que podemos saber casi todo en cualquier momento, nos encontramos constantemente con lo desconocido. Un ejemplo claro lo encontramos en el Área 51👽, posiblemente uno de los lugares más exclusivos en nuestros días. El velo de secreto que lo rodea alimenta la fascinación pública, siendo el enclave entre la seguridad nacional y el derecho público a la información que demanda la sociedad.

La esencia de la exclusividad, que hemos explorado a través de lugares históricos y modernos de poder y misterio, como la Ciudad Prohibida o el Área 51, se extiende también al mundo de las finanzas y la inversión. Al igual que estos lugares, cuyo acceso se reserva a unos pocos elegidos, en el ámbito financiero existen fondos de inversión, empresas y proyectos que, hasta hace poco, estaban fuera del alcance de la mayoría, accesibles únicamente para grandes bancos, gestoras de fondos o altos patrimonios. Estos vehículos de inversión, a menudo vistos como los "Área 51" del mundo financiero, encierran oportunidades y estrategias que pueden transformar significativamente el panorama económico para aquellos que tienen la llave para acceder a ellos.

La búsqueda de esta exclusividad, ya sea en el acceso a conocimientos ocultos en las bibliotecas secretas del Renacimiento, las innovaciones tecnológicas del Área 51, o en las oportunidades de inversión tradicionalmente reservadas para un selecto grupo, ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia. En este contexto, el valor de poder acceder a fondos de inversión exclusivos se basa en su potencial de ofrecer rendimientos únicos y oportunidades que se les escapan a los mercados convencionales.

Sin embargo, vivimos en la era de la transformación, donde las innovaciones tecnológicas, como la blockchain, junto con el auge de las plataformas de inversión en línea, están redefiniendo las reglas del juego establecidas hace años. Gracias a estas tecnologías se está democratizando el acceso a todas estas oportunidades de inversión que hasta hace poco eran exclusivas para un círculo cerrado de altos patrimonios e inversores, abriendo de esta manera un nuevo abanico de posibilidades donde la exclusividad ya no se define por el dinero o conocimiento que tengas, sino por la disposición a explorar y participar en nuevos modelos de inversión.

En este nuevo panorama de cambio y apertura surge Crescenta, como ese faro de innovación y accesibilidad.

Son la primera gestora digital enfocada en democratizar la inversión en capital privado, desmantelando las barreras que tradicionalmente han mantenido estos mercados fuera del alcance de la mayoría. 

Acceso a la exclusividad con Crescenta


Hasta ahora, la posibilidad de invertir en empresas que forman parte de nuestro día a día, pero que se encuentran fuera del ámbito bursátil, parecía un callejón sin salida para el inversor retail.

Empresas como Burger King, Spotify, SpaceX, Vinted o Airbnb, las cuales en sus inicios estaban respaldadas por estos fondos de capital privado y eran inaccesibles para el inversor minorista, ahora se encuentran al alcance gracias a nueva regulación que disminuye el mínimo necesario de inversión en capital privado y las nuevas innovaciones tecnológicas en la cuales Crescenta se encuentra a la vanguardia.

La inversión en capital privado, hasta ahora, era una forma de diversificar tu cartera que no siempre había estado al alcance de todos los inversores. Crescenta es la primera gestora digital que nos permite acceder a estos mercados privados.

Esta apertura no solo amplía el universo de opciones de inversión, sino que también ofrece una ruta hacia la diversificación y la rentabilidad a largo plazo, atributos esenciales para la estabilidad y crecimiento de cualquier cartera de inversión.

Los fondos de capital privado han demostrado ser mucho más rentables en comparación con los principales índices de renta variable, proporcionando de esta manera una solidez que permite a los inversores menor dependencia de las fluctuaciones diarias del mercado y un enfoque en el rendimiento sostenible. 
Crescenta, por lo tanto, no solo facilita el acceso a un sector históricamente exclusivo, sino que también empodera al inversor minorista con herramientas y oportunidades que antes eran dominio exclusivo de los inversores más adinerados y experimentados. 

Esta democratización de la inversión en capital privado es un reflejo de un cambio más amplio hacia la inclusividad y la igualdad de oportunidades en el ámbito financiero, una evolución que promete redefinir nuestra relación con la inversión y el concepto mismo de exclusividad.
Conoce Crescenta

Visto brevemente el objetivo que persigue Crescenta, creo que lo más adecuado es que os presente sus productos, como funcionan y cómo acceder a este mercado exclusivo de capital privado de la mano de la primera gestora digital. 

Fondos Activos


En este momento, Crescenta tiene dos fondos activos:

  • Crescenta Private Equity Buyouts Top Performers I, FCR:
Basado en la estrategia de Buyouts (posiciones mayoritarias en empresas maduras), este es un fondo de fondos de primer nivel como Cinven y EQT. El objetivo es limitar la inversión a unos pocos fondos seleccionados (5-7) y tiene un horizonte temporal de 10 años, donde espera una TIR anualizada de entre 15% y 18*%.
  • Crescenta Private Equity Growth Top Performers I, FCR
Basado en la estrategia de Growth (posiciones minoritarias en empresas con base tecnológica que presentan un alto potencial de crecimiento por ofrecer un producto o servicio innovador), este es un fondo de fondos de primer nivel como Insight o G Squared. El objetivo es limitar la inversión a unos pocos fondos seleccionados (5-7) y tiene un horizonte temporal de 10 años, donde espera una TIR neta objetivo superior al 18*% anualizada.
*TIR neta objetivo calculada en base a la media de retornos históricos de los fondos subyacentes en cartera. Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuro

Conoce Crescenta
Al ser una inversión con un horizonte temporal de 10 años, la inversión mínima es de 10.000 €, pero no te alarmes. Dicho compromiso de inversión no tendrás que desembolsarlo en el momento del compromiso, sino que es gradual, convirtiéndose en una buena palanca para el ahorro.

En primer lugar, se pedirá un 25% del capital comprometido y el resto se irá desembolsando gradualmente durante los primeros 5 años del fondo a través de las llamadas de capital 📞 (alrededor de un 20% al año).

La inversión en capital privado es una buena forma de diversificar tu cartera en un activo donde se pueden obtener grandes rentabilidades, aunque también con un riesgo de iliquidez mayor que el de las acciones cotizadas.

Como ves, ya no tienes excusas para no considerar la inversión en capital privado

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