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La mayor hipocresía: ¡la preocupación por el precio del petróleo!.

 

El mayor cachondeo al que asistimos es la supuesta y recurrente preocupación de las autoridades por el precio del petróleo y por el resto de las commodities. De hecho otra vez se habla del riesgo para la economía de la imparable subida de los precios de los combustibles y la energía.

Los efectos sobre el poder adquisitivo de los consumidores y sobre los costes de las empresas, (y por tanto por la tan traída y manida competitividad), son claros y devastadores y absolutamente nadie los pone en duda. Sin embargo, lo curioso de la situación es que absolutamente nadie hace nada con el mínimo sentido para tratar de frenar los precios de las gasolinas, (salvo Argentina).

Quizás debemos entender de una santa vez, (y siento ya llevar tantos post a cuenta de esto), que realmente la preocupación de las autoridades por el precio del petróleo no es a cuenta de los efectos de tal situación sobre la economía, sino que cuanto más alto está el precio del petróleo más difícil que será que suba, lo cual es en realidad el objetivo de absolutamente todo el mundo.

Hoy ha sido Luis de Guindos en China, el que ha minimizado el impacto del precio del petróleo en la situación española, ya que según él, los precios elevados del petróleo son ocasionados por factores coyunturales, basados en factores geopolíticos.  Sin embargo, debemos entender que en realidad los precios del petróleo han subido de forma espectacular, mientras se cerraban pozos y refinerías por falta de demanda, mientras las reservas se incrementaban hasta máximos históricos y sobre todo sin que existiesen factores geopolíticos, que curiosamente surgen cuando comienzan a caer los precios del petróleo.

Sí se quieren saber los precios del petróleo, tenemos que tener en cuenta las actuaciones de los bancos centrales, tanto al inyectar toda la liquidez que sea necesaria, como incluso en decisiones de tipos de interés que afectan al tipo de cambio y que en definitiva acaban afectando al precio del petróleo. En este sentido es muy relevante recordar los post en los que trataba de recoger las decisiones del banco central europeo, (en teoría tan preocupado por la inflación) y la evolución del precio del petróleo en función de estas decisiones.

Con toda la liquidez que sea necesaria, con una economía destrozada en la que no hay demasiadas alternativas y con las decisiones convenientes de los bancos centrales para que suba el precio del petróleo, la realidad es que sólo puede existir un resultado. Una subida espectacular de los precios, que no está basada en absolutamente nada, o lo que coloquialmente se suele conocer como una burbuja, que en este caso será la segunda vez que se hincha, para solucionar los problemas de deuda, (si en 2007-2008 sirvió para evitar los problemas del estallido de las subprime), hoy estamos exactamente igual.

Pero no son solo los bancos centrales los que han estado maniobrando para conseguir que suban los precios de los combustibles. Tenemos que tener en cuenta que todo el esquema se basa en los precios de las gasolineras que son los que al final pagan todos los gastos incluido el precio en los mercados financieros, más los costes y beneficios de toda la cadena necesaria para que el petróleo del yacimiento se convierta en gasolinas en los coches. Por esto es importante no tocar absolutamente nada para que al final los autoservicios puedan poner los precios que les de la real gana sin tener problemas por aquello de competir. Estamos ante un monopolio de libro, certificado ya por la comisión nacional de competencia en una sanción ridícula por toda una serie de tácticas que al final lo que logran es que todo el mundo contribuya generosamente en la compra de un bien necesario para que todo el mundo cubra sus huecos a golpe de burbuja.

Por supuesto, todo esto aderezado con toda suerte de tácticas innovadoras que no son más que trampas burdas, engañando a todo el mundo como aquel famoso episodio de la bajada de los límites de velocidad, (que había coincidido con otras medidas similares o incluso contrarias en otros países).

El caso es que está claro que en todo este episodio de las subidas de las gasolinas, como en todo, lo que estamos es asistiendo a una redistribución de la renta, aligerando unos bolsillos para llenar otros, destrozando la economía y la competitividad para generar unos beneficios en los mercados financieros al precio que sea.

Y el colmo de la hipocresía es que ahora nos encontremos con el tal Luis de Guindos, que recordemos que dirigía una de las entidades que se ha venido abajo tan solo dos meses después de que el precio del petróleo y el resto de las commodities se derrumbasen en 2008, se encuentra en la misma situación y vuelve a decir lo mismo que en 2008; aquello de reducir salarios, para reducir efectos de segunda ronda, que si el petróleo no es un problema, que si los problemas de la economía son menores y sobre todo que al final todo es culpa de las situaciones ajenas y que los gobiernos y entidades financieras no tienen nada que ver… ¡y vaya si tienen que ver!.

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