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Fondos de pensiones: ni públicos ni privados

El diario “Público” aprovecha que los fondos de pensiones privados se han hundido, lastrados por la crisis bursátil, para hacer una homilía exhortando a los fieles a seguir pagando religiosamente a la caja de la seguridad social.   

Es lógico que la prensa afín al partido que gobierna proponga una solución que deja unas ingentes cantidades de dinero en manos del poder. Este dinero se puede usar para comprar emisiones de deuda pública propia que respaldan un déficit galopante, aunque incumpla los más básicos parámetros de legalidad y seguridad que cualquier inversión a largo plazo de esa índole debería respetar.

El talantoso de ZP (no confundir con talentoso, que no es el caso) reparte el dinero de la caja como si fueran caramelos el día de la cabalgata de los Reyes Magos. Ha dado unos cuantos millones para financiar sindicalistos del otro lado del charco. Me parece muy bien apoyar las fuerzas vivas de la izquierda en cualquier lugar del globo (soy partidario de cuidar a todos los animalitos, incluidos los racionales o aspirantes a serlo, que están en vías de extinción), pero hacerlo con el dinero de pensionistas que no llegan al salario mínimo es mucha desfachatez. 

Otra estupenda utilidad de la hucha de las pensiones de los eZPañoles es utilizarla para pagar los votos del PNV y poder aprobar los presupuestos. A la vaca del estado ya no le queda leche que ordeñar ni se puede endeudar más para gastarlo en ofrendas al PNV. En esta situación, ZP no va a tener ningún reparo en ordeñar las vacas del pueblo y darle la leche a quien le mantenga en el poder con sus votos.

En este caso, y contra lo que dice la canción, las vacas del pueblo no se han escapao, riau riau, porque las maneja el gobierno sin dar explicaciones, las tiene en su corral, y puede negociar hasta con  las terneras que todavía no han nacido para seguir detentando el poder.

Puede que algunos que no me conocen y hayan leído hasta aquí piensen que soy partidario de los fondos de pensiones privados. Los que han leído mis posts anteriores sobre el tema saben que no es así. He dicho muchas veces que el ojo del amo engorda el ganado.

 
 

Ideas tontas para salvar a eZPaña de la quiebra

Estrategia con crudo para el fondo de pensiones

Carta abierta a los pensionistas presentes y futuros  

Propuesta de creación de un nuevo partido político

El silencio de los corderos

Con el dinero que ahorra el pueblo para poder vivir los mejores años de la vida no se debe jugar. La edad de la jubilación debería ser la mejor etapa de la vida. En esta edad se comprende que la mayor parte de las ideas por las que cada persona ha sacrificado parcelas importantes de su vida procedían de una tomadura de pelo de tamaño descomunal. Esta comprensión posibilita que se dedique a disfrutar de la vida dejando de lado esos deseos infantiles de reconocimiento, gloria, acumulación y ostentación en diferentes grados. Una vez liberado de ese lastre, podrá disfrutar de cada momento como si fuera el último.

Si en la edad dorada no se alcanza la felicidad, en gran parte puede deberse a la irresponsabilidad de haber delegado asuntos tan importantes como el dinero, la salud, la educación de los hijos y la organización de la sociedad. Delegar estos asuntos en políticos corruptos, científicos vendidos, traficantes de utopías, expertos a sueldo, burócratas vitalicios, sindicatos de opereta, líderes religiosos degenerados y ONGs que explotan el defecto humano puesto convenientemente de moda llamado “pensamiento políticamente correcto”, es una rendición incondicional ante los planes de los amos del mundo.

La mayor parte de integrantes de la especie humana delega sus asuntos importantes por pereza. Como a vago y perezoso no me gana nadie (perdón por la inmodestia, pero es verdad), creo que en esto puedo dar unos buenos consejos:

El objetivo de un vago es trabajar lo menos posible (debido a ello, para mi la ley del mínimo esfuerzo es sagrada). Hay dos clases de vagos: los vagos inteligentes y los tontos. La diferencia entre los dos está en que, el vago tonto no comprueba si su pereza le libera del trabajo o, paradójicamente, lo que hace es aumentar la cantidad de esfuerzo que tiene que realizar. En cambio, el vago inteligente, pronto aprende que haciendo las cosas enseguida, sin delegar, y antes de que surjan complicaciones, es cuando menos trabajo se necesita para solucionarlas sin riesgo de que se produzcan efectos secundarios indeseados.

El vago inteligente sabe con certeza que las pocas horas que se ahorra delegando cualquier asunto en algún experto a sueldo, se van a convertir en un trabajo para él que le ocupará cinco veces más tiempo del que se ha ahorrado. Esto es lógico por las siguientes razones:

  • Tiene que trabajar al menos las mismas horas para pagar las horas del experto en el que ha delegado (no importa que el experto esté subvencionado por el estado y al que delega le salga gratis en ese momento, al final pagará lo que vale, más el recargo habitual por burocracia y corrupción).
  • Los expertos cobran más que la mayoría a pesar de que saben menos (por tanto, para pagarles hay que trabajar más horas que han trabajado ellos). Esto lo consiguen creando una aureola elitista a su alrededor que se aprovecha de la pereza de los que les pagan, para aparentar que dominan parcelas en las que son absolutamente ignorantes y que nunca aplicarían para solventar los problemas de su propia familia. La pereza de los paganos impide que nadie compruebe realmente el nivel de conocimientos de los expertos. Se aceptan como dogma de fe.
  • Las personas en las que se delega la gestión de algo, muchas veces están designadas por el poder establecido en cada momento. En ese caso, se puede tener la certeza de que no harán nada contra los intereses de quienes les han sentado en su poltrona, aunque sus decisiones perjudiquen gravemente los intereses de quienes pagan sus servicios directa o indirectamente.
  • Otro coste extra para el perezoso es el brutal aumento de burocracia que conlleva la administración de servicios públicos, con la inclusión de enchufados que no dan golpe y muchos otros que trabajan al ralentí. Es un mal inevitable que ocurre en todas las empresas en las que los que mandan no sufren en su bolsillo la ineficacia o el despilfarro de recursos. En estos sitios, el que manda se preocupa de sus intereses personales o de los de su partido, el resto de temas le son ajenos.
  • Y, por último, tenemos los intereses personales de los expertos. Estos intereses se alimentan de las comisiones y sobornos que recibe el experto por ejecutar acciones y recomendar o elegir productos que benefician al que le paga la comisión o el soborno, y que perjudican gravemente los intereses, la salud, la educación o el bienestar de los que pagan con sus impuestos a toda la caterva de chupópteros, sinvergüenzas y ladrones. Estas comisiones y sobornos, también tendrán que salir del trabajo del perezoso, que se creía listo y pensaba que se había librado de trabajar sin sufrir ninguna consecuencia.

 

Realmente, ser vago no es malo, lo peligroso es ser lo suficientemente tonto para creer que alguien hará tu trabajo a cambio de nada. Un perezoso inteligente tiene que acatar la sagrada ley del mínimo esfuerzo, pero sabiendo que los reyes son los padres de las infantas de naranja o de limón, y que ni son magos ni vienen de Oriente. El cuento de la rana que al besarla se convierte en príncipe lo trataremos otro día en horario de adultos, debido a que el argumento puede dar mal ejemplo a los menores de 60 años.

Conclusión: en un mundo de delincuentes e irresponsables, tanto el dinero de la jubilación como el resto de bienes tangibles o intangibles, tienen que estar controlados directamente por sus propietarios, utilizando cualquiera de mis propuestas anteriores o cualquier otra en la que se tenga el control absoluto de la situación.

Arriba los de abajo

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  1. #26
    22/09/10 15:14

    Cuanta sabiduria se desprende del articulo. No falta ni sobra nada. Amen

  2. #24
    Manoleitor
    22/09/10 11:53

    Si uno esta sano de cuerpo y mente, la maquinaria humana de manera natural y sin darle instrucciones de ningún tipo, esta programada para realizar cualquier actividad gastando el mínimo de tiempo y energía. Es decir, es eficiente de por si, incorporado el error en su camino. Cuando se abandona esa seguridad instintiva a variados estímulos externos es cuando empieza a fallar. Arriba la inteligencia perezosa y sus acólitos mens sana y corpore sano

  3. #23
    Vallecas
    22/09/10 11:13

    Recuerdo haber leido algo sobre que por exceso de ordenes te avisan sobre la posibilidad de una multa en I.B, en mi caso me dicen de 2.000 $, por exceso de ordenes en GE, esas ordenes no existierón,
    tenia 2 ordenes puestas para cerrar las abiertas y se ve que lanzan continuamente al mercado, me indican de 328 ordenes enviadas.
    Por favor me podrias decir que es lo que hicisteis para resolverlo.
    (Por supuesto ya he quitado las ordenes de cierre y procuraré lanzarlas cuando estén + cerca del objetivo)
    Saludos

  4. #22
    Dalamar
    21/09/10 21:38

    Yo creo que hay que ser muy trabajador para trabajar lo minimo posible en esta vida, mucho mas trabajador que los demas.

  5. #21
    21/09/10 14:55

    Me ha encantado tu clasificación y definicón de cada tipo de vagos. Cuando yo digo que no soy hiperactivo sino vago redomado, nadie me cree. Les voy a enviar tu post para que vean que no les engañaba.
    En cuanto a lo de subvencionar a sindicalistas del otro lado del charco no lo sabía, pero me ha levantado una especie de rabia furiosa que me parece que me va a dar algo. Ya me parecía fatal que subvencionara a los sindicalistas españoles, pero que además lo haga con los extranjeros me parece una ofensa a los cotizantes españoles.
    Un abrazo y enhorabuena por tus post que siempre espero como un gran regalo.