En change.org suelen sacar propuestas que ayudan a conseguir una sociedad mejor; y no es raro que den fruto, sin ir más lejos recientemente Telecinco ha tenido que dar marcha atrás en su intento de extorsión a un ciudadano crítico, Pablo Herreros, gracias a una campaña masivamente apoyada desde múltiples frentes pero que se gestó desde esta propuesta de change.org.
Por eso precisamente me duele más el patinazo que han tenido ahora... cuando un cafre suelta una burrada, ni me inmuto (bueno, eso me gustaría, la verdad es que a veces también me cojo mis cabreos); pero cuando es alguien "de los tuyos" quien ataca la democracia y la libertad... pues eso, que no me ha gustado un pelo su nueva campaña "@HotelesHusa: cancelen la celebración del homenaje a Franco en uno de sus hoteles".
Franco fue responsable del golpe de estado que terminó con el gobierno democrático de la Segunda República y condenó al Pueblo español a 40 años de dictadura. En ese tiempo, Franco impuso un régimen de terror y fue responsable de crímenes de lesa humanidad. Entre ellos, la tortura, asesinato y “desaparición” de miles de personas aún enterradas en las cunetas todo el territorio español.
Vale, ¿y qué? Ya sabemos que no era ningún santo, pero esto es una democracia, ¿no? ¡Aquí hay libertad para ser franquista y manifestarlo públicamente! Si no, ¿qué mierda de democracia sería? ¡Con censura!! Por la misma regla de tres, yo podría estar en contra de cualquier manifestación a favor del PP (que apoyó la invasión de Irak en la que murieron muchos inocentes), o del PSOE (que ha sido un nido de corruptelas), o de la Iglesia (que a lo largo de la historia ha matado y torturado a mucha más gente que Franco), o de casi cualquiera... ¿quién dice donde vamos a poner el corte? Estar a favor de la libertad de expresión es algo que se demuestra cuando alguien expresa cosas que no te gustan... Y por eso, he iniciado una petición propia en Change.org: Petición a change.org: Retire su petición "@HotelesHusa: cancelen el homenaje a Franco" , animaos y apoyadla!!
Y eso me recuerda también a otro "bienintencionado comentario" que leí hace poco en Rankia acerca de Tristán, el subastero:
Sin duda Tristán ayuda a conocer bien el procedimiento de ejecución hipotecaria, sus leyes y su práctica. Pero su profesión y actitudes a veces son bastante... no sé como llamarlas. A fin de cuentas, su profesión no es que me guste mucho, lo admito.
Esto me recuerda mucho a las críticas que los afectados por los preferentes nos hacen a los que estamos ganando dinero comprando preferentes a precio de mercado... Llevo cuatro años avisando de la estafa de las preferentes, mucho antes de que el gran público supiera lo que era eso, y gracias a mis artículos hay bastante gente que se ha librado de que los "empufen"; pero luego, los pardillos estafados por el banco, en vez de cabrearse con el banco que les ha empufado, se cabrean conmigo porque se las compro al 35% y gano dinero con eso... ¡Hombre, pues si te parece mal, no me las vendas!! ¡Yo no te estoy engañando!! Lo que no voy a hacer es pagarte más de lo que valen, o perder yo dinero para que no lo pierdas tú...
Cuando oigo este tipo de cosas, me vienen a la cabeza varios pensamientos, desde el "qué atrevida es la ignorancia" hasta el "cuidado con lo que pides, no sea que lo consigas", pasando por "el infierno está lleno de buenas intenciones", pero nada lo describe tan bien como el "tratado sobre la estupidez humana", de Carlo Cipolla:
El análisis de costes y beneficios de Carlo M. Cipolla permite clasificar a los seres humanos en cuatro tipos de personas, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante en un sistema de coordenadas. Si representamos en el eje de abcisas el beneficio, positivo o negativo, que obtiene el individuo y en el eje de ordenadas el beneficio (+) o coste (-) que causa a los demás, podemos definir y estimar las coordenadas de los siguientes tipos:
Desgraciado (D): aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.
Inteligente (I): aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.
Bandido (B): aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.
Estúpido (E): aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.
Pues bien, es estúpido que a alguien no le gusten los subasteros, o los especuladores, porque cualquier medida que se tome en contra suya va a ir principalmente en perjuicio de las "víctimas" a las que se quería defender. Y como esto no es obvio, habrá que explicarlo...
La única regla que es realmente fiable en cuanto a los mercados y los precios es la ley de la oferta y la demanda: si hay más oferta (vendedores) que demanda (compradores), con toda certeza los precios bajarán, y viceversa, con independencia de cualquier otra consideración (lo que por ejemplo permite asegurar con rotundidad que los precios de la vivienda en España van a bajar con toda certeza en los próximos años, ya que no hay demanda y sí mucho excedente en oferta). Pues bien, ¿qué creéis que hace Tristan en las subastas, o yo en las preferentes? ¡Incrementar la demanda! O sea, hacemos subir los precios... si me critican porque compro a 35, ¿qué pasaría si yo no estuviera a 35 comprando? ¡Que tendrían que vender a 34 al siguiente que estaba comprando más abajo! ¿Qué pasaría si Tristan no ofreciera 50.000 por un piso que subastaban por una deuda de 20.000? Pues que se lo quedaría otro que sólo pujó hasta 45.000, y el dueño del piso, en vez de quedarse sin piso y con 30.000 euros (lo que queda tras pagar la deuda), se quedaría sin piso y con sólo 25.000 euros... a los empufados de las preferentes, igual que a los que les subastan el piso, lo que les interesa es que haya cuantos más "especuladores" (yo me veo más como inversor, pero tanto me da el nombre) y más subasteros mejor!! Cuanto mayor sea la demanda, menor será el agujero que sufrirán... y por tanto, queda demostrado que es estúpido que a alguien no le gusten los subasteros, o los especuladores, porque cualquier medida que se tome en contra suya va a ir principalmente en perjuicio de las "víctimas" a las que se quería defender.
Por lo tanto, y como reflexión final, queda mi comentario: ¡cuidado con las buenas intenciones!!... y dejo para otro día el explicar cómo las leyes que defienden a los inquilinos van en contra de los inquilinos, o las que defienden a los que contratan una hipoteca van en contra de los que contratan una hipoteca.
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