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Factores culturales de China que funcionan en su contra

Apenas hace 40 años los chinos eran campesinos y convertirlos en ciudadanos de primer mundo ha sido un desafío. Sin embargo hay factores culturales de más larga data que siguen jugando en contra de China.

Cada país tiene sus calamidades culturales, esas conductas de la gente que no ayudan para nada a la hora de tratar de levantar un país.  Estos factores culturales trascienden la política actual o la de hace 50 años.  Y eso hace que la cultura afecte la política, pero en sí mismo no es un problema político sino cultural.

Por eso en este post no estoy calificando a los políticos de gobierno central sino que hablo de las malas costumbres con las que los políticos chinos deben lidiar.

La mentira para salvar la cara 


Hoy estamos acostumbrados en occidente a que los medios y los políticos nos mientan. La mentira es tan antigua, que el arameo antíguo usaba la palabra "demonio" que literalmente significaba "mentiroso".  Las leyendas urbanas terminaron convirtiendo al demonio en una criatura vampiresca con alas de murciélago, cuernos y cola. Y al cambiar esa definición, ahora ya no podemos desenmascarar a los demonios, porque ya perdimos la palabra que describía toda la malevolencia y los problemas que traen las mentiras.  De este modo la mentira no es un fenómeno exclusivo de Asia o de China.

Irónicamente en la historia de China, la mentira tuvo una connotación muy distinta y particular, con patrones que se repiten una y otra vez a lo largo de su historia..

Mentiras en la China Imperial

Viajamos al inicio de la guerra del opio en el siglo 19. La última dinastía china no era como las anteriores, que gustaban de las conquistas, sino que se limitaba a defender sus fronteras. En ese proceso olvidaron reforzar su fuerza naval.  Y fue así que el imperio inglés le aplicó la diplomacia del cañonazo para que permitieran la venta de droga en territorio chino.

Los ingleses derrotaron a los chinos y lograron hacerse de un sitio de entrada al país para distribuir la droga. Estas derrotas iniciales no fueron reportadas al emperador.  Es que la cultura china no es muy tolerante hacia el fracaso y en este caso habñia fracaso, por la razón que fuere, ya fuera o no culpa de los militares a cargo. Entonces por miedo, mentían, convertían la derrota en victoria.  Y así el emperador estaba tranquilo.

¿Cómo se va a disfrazar una derrota? te preguntas. Bueno, ya sabes, la vieja idea de que si escondes un problema debajo de la alfombra, con un poco de suerte nadie se dará cuenta y no pasará nada.  Imagínate como debió haber sido cuando por fin se entera del desastre.

Como ves, este problema es más antiguo que el PCCh, de modo que no le podemos achacar la culpa al gobierno y a los políticos actuales por este problema cultural, que es un problema muy viejo.

Mentiras en tiempos de Mao

Avanzamos en el tiempo. La revolución de Mao ya había sucedido. La muy jerárquica sociedad china, sigue sin tomarse bien los fracasos. Y los fracasados son simplemente desechados como basura.  El régimen comunista de Mao, un campesino que se hizo guerrillero, era bueno para lo militar, pero la gobernanza de estadista no era algo en lo que tuviera una muy particular habilidad, porque nadie le había preparado para ello.

Al estilo de comandante militar, el gobierno giraba la ordenanza de producir ciertas cantidades a cada uno de los gobiernos locales, donde también había campesinos que no sabían nada de administrar.  El régimen imponía cuotas de producción de alimentos que debían cumplirse a toda costa. 

Sin embargo cultivar es más dificil de lo que parece y muchas veces no se alcanzaba las metas de producción.  Como el papel aguanta lo que le pongan, los gobiernos locales reportaban a Mao haber cumplido las metas.  Es que o cumples o se te arruina la vida.  Y así es como el gobierno central de Mao disponía de los alimentos como si las cifras fueran reales.  Había momentos en que China regalaba alimentos mientras la gente moría de hambre.

Claro, llegó el momento en que la hambruna se hizo patente, porque la comida inexistente no se puede cocinar de la nada, como se cocina un libro contable.  Y fue entonces que las mentiras de los gobiernos locales se pusieron de relieve.   Podemos imaginar lo que debió haber sucedido cuando Mao se entera de que le mentían en los reportes de producción.  ¿Se parece a lo que experimentó el emperador cuando se entera de las derrotas ante los ingleses?  Pero esta vez había millones de personas muriendo de hambre con una comida que sólo existía en los reportes de los gobiernos locales.

Mentiras en materia de ingresos fiscales

Si leíste mi post anterior El problema de los impuestos en China y también Gobiernos locales en China maquillaron los libros te darás cuenta de que los gobiernos locales volvieron a mentir, pero esta vez respecto de los ingresos fiscales por un monto de $12 mil millones que se agrega al serio problema de la deuda.

Asimismo, hubo problemas con proyectos de vivienda, donde las constructoras se comieron el dinero de las viviendas en golosinas, y no terminaron las casas que el gobierno debía alquilar a la gente.  Para variar, el gobierno chino se entera cuando los ciudadanos finalmente se hartan de la incapacidad resolutiva de los funcionarios de gobiernos locales, y de la indiferencia de los juzgados. Y hoy tiene que sacrificar dineros para asistir a estos ciudadanos.  A muchos servidores públicos les han bajado el salario. Es que como vimos, China tiene un problema de impuestos, recauda muy poco.

Y como los gobiernos locales son buenos para crear un lío para resolver otro, ahora están cobrando multas a los pobres para recaudar dinero.  La recaudación se ha ensañado contra los conductores de motos y bicicletas, entre los que encuentras trabajadores que viajan en bicicleta a sus trabajos, y repartidores de comida. En el caso de los repartidores, parte el corazón verles recibir una multa por no haber usado direccionales al girar, o un policía empujando a un motociclista sin casco que termina cayendo en un desnivel al lado de la calle.  Es que te multan incluso si "modificas" la bicicleta.  ¿Le pusiste retrovisores a la bicicleta?  Multa. ¿Le pusiste un porta celulares a la manivela?  Multa.

Entonces miras toda clase de artimañas creativas de los chinos para evadir el problema. Miras a un repartidor echándose la bicicleta al hombro, e incluso se viralizó la compra de sillas de ruedas eléctricas por parte de trabajadores que ya no usan bicicletas. Entonces miras verdaderas caravanas de sillas de ruedas a vista y paciencia de los policías que no pueden poner multas a las sillas de ruedas.




Los chinos usan su silla de ruedas para llevar sus compras, e incluso pueden entrar a elevadores, y a la oficina con esas sillas, algo que no podían hacer con la bicicleta.

Lo que dicen es que el gobierno quiere promover que la gente compre coches eléctricos y deje de usar bicicletas. Pero atacan a la audiencia equivocada. Los pobres jamás podrán comprar un coche eléctrico.

No ayuda el hecho de que los gobiernos locales hayan aumentado significativamente los costes de alquiler de espacio de parqueo.  El dinero que el gobierno te quita, no se usa en consumo para reactivar la economía.

También han acudido a retrasar o no pagarle su salario a servidores civiles del gobierno y eso ha dado pie a protestas.

¿De donde viene la mentira?


Cuando la mentira no viene de la malevolencia y la mala fe, viene del miedo, miedo a represalias por decir la verdad, dar una mala noticia que refleja un problema.  La exitocracia china castiga el fracaso, aunque no sea culpa del fracasado. Entonces ante un problema, lo mejor es esconderlo hasta que estalla y ya es demasiado tarde.

En la cultura china altamente jerárquica, la comunicación vertical falla. Los problemas no se miran a tiempo porque no se comunican.  Y además las calificaciones de crédito social parecen confundir la crítica con el consejo, de modo que un ciudadano no puede avisar a altas autoridades que un problema está ocurriendo, porque eso se interpreta como un ataque a la autoridad.  Y así los problemas terminan causando incendios estresantes a los altos jerarcas en lugar de haberlo resuelto a tiempo cuando el problema era pequeño. 

El PCCh tiene dos opciones. O deja todo como está y repite los fiascos del emperador, de los reportes de producción de Mao y los fraudes contables en alguna otra área, o crea mecanismos de contracultura, que es casi el equivalente de tener a Xi Jinping creando una revolución francesa, para corregir un problema que no se resolvió desde la era imperial.

El problema es que el sistema castiga y premia las conductas incorrectas.  Sería aconsejable que los jerarcas que toman decisiones, estudien la teoría de juegos. Las personas toman decisiones dependiendo de lo que se encuentran en el camino.

¿Cómo hace el gobierno para distinguir la crítica de un disidente de un reporte de un ciudadano preocupado? Normalmente el ciudadano preocupado indicará un resultado de un PROCESO  que necesita arreglarse.  El funcionario a cargo seguro temerá que le culpen de ello, pero si en el PCCh son sabios, sabrán que un proceso diseñado para fallar, fallará, no importa quien lo realice.  Y en lugar de castigar, van a arreglar el proceso.

La ingeniería de procesos es lo que hace la diferencia entre una burocracia de 1940 y un proceso altamente eficiente. Robotizar lo fabril y no corregir los procesos en áreas de servicios es como poner llantas nuevas a un carro sin motor.  Eso sí, la ingeniería de procesos requiere cuestionar procesos, le duela a quien le duela, con la finalidad de hacerlos eficientes. 

La censura funciona en contra de la ingeniería de procesos.  Incluso en la crítica más agria de un disidente la mayoría de las veces es posible encontrar un fallo de proceso escondido.

Guerra de información a veces es tener más información que el enemigo acerca de los procesos propios que fallan, antes de que un enemigo los aprovehce.  Y por eso es que el elemento de le duela a quien le duela, es esencial para el jerarca enterarse a tiempo de los problemas pequeños antes de que se hagan grandes.

Si un proceso apunta a multar a los pobres, pero los pobres no tienen dinero para comprar un eléctrico, el proceso no funciona.  Si el problema fuera sólo de bicicletas, seria poca cosa. Pero como vimos, hay todo un problema cultural muy antiguo.  Hay un problema de teoría de juegos, que no es muy distinto de jugar juegos de guerra, pero la teoría de juegos es logística, y la guerra sin buena logística no funciona.

Ya vimos que este problema de atacar personas, en lugar de procesos, puede acarrear derrotas en una guerra o una hambruna de un pueblo, o un lío fiscal a los gobernantes.  La detección preventiva y proactiva de problemas de fallos en los procesos, en lugar de correctiva y reactiva, no sólo puede corregir problemas fiscales, sino que puede beneficiar al estado que al fin y al cabo ofrece servicios.  

Eso sí, al recibir reportes de procesos que funcionan mal, lo que se revisa son los procesos.  El proceso no ensucia a las personas, porque normalmente el diseño de las personas no está en manos de quoenes hacen funcionar ese proceso.  De esta manera se evita que haya quienes busquen ensuciar reputacion de otras personas.  Eso también significa que un funcionario no debería sentirse ofendido de que investiguen un proceso bajo su cargo, a menos claro, que haya algo ilegal allí que el funcionario quiera ocultar.

Una persona falla realizando un proceso, porque el proceso permite que falle.  Incluso la corrupción funciona, porque el diseño del proceso y su ejecutoria permiten que funcione.

Ya los ingleses (que son muy sistemáticos) aprovecharon esa debilidad de los chinos en la guerra del opio. Si los chinos no son igual de sistemáticos con sus propios procesos, imagínate el resultado futuro.

Y el PCCh hoy puede elegir si repetir los errores del pasado o trabajar en ese cambio de cultura organizacional tan necesario.  No va a ser fácil pero si el PCCh no lo hace, grandes problemas podrían aguardar a China, porque el pasado no se repite excactamente, pero rima. Y no es agradable para el gobernante cuando salta la liebre.

Te preguntarás por qué escribo sobre China y no sobre occidente. Resulta que el WEF admira a China (o al menos eso aparentan) y si China es el futuro nuestro, le deseo a los chinos el mejor presente para que nuestro futuro sea igual de bueno.

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