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Participaciones del usuario Contracorriente

Contracorriente 09/09/10 18:41
Ha respondido al tema Carta de Oscar Molina
Estimado Señor Molina, Me veo en el penoso deber de contestar a su carta. Penoso deber, sí, ya que es una lástima que a una persona con su formación haya que recordarle determinados hechos como los que le relato a continuación. En primer lugar, me gustaría llamar su atención sobre una palabra: SOLIDARIDAD. Parece que el concepto no lo tiene demasiado claro, ya que se queja en su carta una y otra vez de que trabaja “más de la mitad del año para el Estado”. Pues no, perdone, pero eso no es así. Usted no trabaja la mitad del año “para el Estado”. Trabaja usted esa mitad del año para que el resto de sus conciudadanos pueda tener un acceso básico a la sanidad, a la educación, a las pensiones, a la prestación por desempleo. Mejor dicho, no trabaja usted para los demás, sino que trabaja “para todos”, incluyéndole a usted mismo y a su familia. Porque si usted decide no llevar a sus hijos a un colegio público, o decide no usar la sanidad pública, me gustaría recordarle que nadie le está negando su derecho a usarlos si en un momento determinado desea hacerlo. Tampoco se le niega a usted el derecho a percibir una pensión, como tampoco se le niega el derecho a percibir un subsidio por desempleo si (Dios no lo quiera) la empresa para la que trabaja decidiera que sus servicios no son necesarios. Así, que, en definitiva, lo que usted paga como impuestos tienen una razón: SER SOLIDARIO con aquellos a los que la vida no ha tratado tan bien como a usted. Por cierto, ser solidario también implica hacerlo sin que nadie se lo agradezca. ¿O es que si ayuda a cruzar la calle a un anciano, se queda esperando hasta que le den las gracias? La SOLIDARIDAD se debería hacer sin esperar nada a cambio, si es que se es una persona de bien. En segundo lugar, quería preguntarle acerca de la educación pública. Si, como usted mismo afirma, sus hijos van a un colegio privado, y por tanto, no la conoce de primera mano ¿cómo es que se atreve a calificarla de “fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento”? Tengo 33 años, y yo siempre he estudiado en la enseñanza pública, y desde luego, eso no me ha impedido licenciarme en Economía. Desde luego, no me considero ningún IGNORANTE. Así que déjeme hablarle de algo que conozco de primera mano, algo que, sin conocer bien, usted se permite descalificar. Ya que habla usted de adoctrinamiento (supongo que refiriéndose a Educación para la Ciudadanía), le contaré que, entre 3º y 5º de EGB, en mi clase (de un colegio público, le recuerdo) había un crucifijo, y teníamos que rezar al entrar y al salir de clase. Esto ¿es o no adoctrinamiento?. En Mayo, mi profesora nos hacía cantar “con flores a María” Esto ¿es o no adoctrinamiento? Había todavía algún profesor, cuando ya estaba yo en 6º de EGB, que, cuando te colocabas en la fila a la entrada de clase, te gritaba ¡a cubrirse!, lo cual yo en aquel entonces no tenía ni idea de lo que era (lo que sí sabía es que si no tocabas con la mano el hombro de quien te precedía, te ganabas un tortazo). Esto ¿es o no adoctrinamiento? Cuando nos llevaban de excursión al Alcázar de Toledo, nos ponían una grabación de un tal coronel Moscardó, grabación que terminaba con un “Mi general, sin novedad en el Alcázar” Esto ¿es o no adoctrinamiento? Y le pongo todos estos ejemplos, vividos por mí en primera persona, para ilustrarle de cómo se adoctrinaba en épocas anteriores en el colegio; no le voy a hablar de adoctrinamiento en la época de mis padres, en las que si querías jugar al fútbol como actividad extraescolar, tenías que estar afiliado a la OJE; sólo se lo pongo estos ejemplos de “residuos” del adoctrinamiento que se practicaba en los colegios en épocas pretéritas, residuos que en mis años de infancia aún perduraban en las escuelas públicas. Ni por un momento, puedo pensar en que una asignatura como Educación para la Ciudadanía se acerque, ni de lejos, al adoctrinamiento que yo mismo sufrí en mis carnes, y no digamos la que por desgracia tuvieron que soportar mis padres. ¡Que yo sepa, a mi hijo no le obligan a afiliarse a las Juventudes Socialistas si quiere jugar en el equipo del colegio! En tercer lugar, llegamos al turno de los políticos. Mire, señor mío, los políticos están para tomar decisiones, unas nos gustarán mas, otras menos. Por ejemplo, a mi me puede parecer aberrante que el Gobierno de mi país se gaste dinero en armamento, que recordemos, sirve para matar. No me diga usted que un F14 sirve para garantizar mi seguridad. Para garantizar mi seguridad, ya están los servicios de espionaje, que han de prevenir un ataque terrorista. Que yo sepa, un F14 no sirve para detener a terroristas. En cualquier caso, en mi mano está hacer que esos políticos que toman decisiones que no son de mi agrado, no vuelvan a tomarlas: no votándoles en las próximas elecciones. Pero si la mayoría ha decidido que gobierne una opción política, pues hay que respetarlo ¿no? De eso se trata la democracia: de RESPETAR la opinión de la mayoría. Acusa usted a los políticos de ser un “elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores” de “viajáis en coche oficial”. Sinceramente, es posible que haya abusos en cuanto un exceso de asesores oficiales, etc. Pero creo que es totalmente desproporcionada su crítica. ¿Se puede imaginar alguien al Presidente de Estados Unidos viajando en clase turista, en lugar de en el Air Force One? Pues de la misma manera, no me imagino yo al Rey o al Presidente del Gobierno de España viajando en clase turista. Igualmente, no me imagino a una Administración Pública que funcione correctamente sin Ministros, Secretarios de Estado, y Directores Generales. Igual que en las empresas tiene que haber Directores Generales, mandos intermedios y curritos, pues en la admón. Pública no vamos a poner al Ministro a hacer fotocopias. Todos los países avanzados tienen admones. Públicas similares a la de España, por lo tanto no debe ser todo tan “elefantiásico” como usted lo pinta. Declara usted a los políticos “incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad, no nos protegéis del desempleo” Yo no temo por mi seguridad personal, y eso que, como soy un currito de los que se levantan a las 6 de la mañana, seguramente tendré muchos menos medios para garantizarla que alguien con su estatus económico. En el tema del empleo, simplemente, me remito a lo apuntado anteriormente sobre la SOLIDARIDAD: para algo están los subsidios de desempleo, para que no se muera usted de hambre mientras encuentra otro trabajo. Y sigue “inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados” Vamos a ver: yo tengo a dos bisabuelos muertos en la guerra civil: uno por cada bando. A mi bisabuelo paterno, lo mataron milicianos, y la familia de mi padre, cuando acabó la guerra, pudo enterrarlo en el cementerio como Dios manda. Sin embargo, a mi bisabuelo materno lo mató la Guardia Civil en el año 39, y lo echaron a una fosa común como a un perro. ¿Acaso no tiene derecho a que mi familia lo entierre como es debido? Eso no es reabrir un debate; es reparar una injusticia. En cuarto lugar, vamos al tema de los INSULTOS. ¿Cómo se atreve a quejarse de “Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”;? ¿Con que derecho se queja de que “si voto a quien no os mola, me llamáis asesino…”? Desde luego, quien un párrafo antes acaba de llamar “Sabandijas” a los sindicalistas, no creo que esté en la mejor disposición de exigir que no le insulten… Para terminar, sólo comentarle que en cuanto al canon digital que nos cobra la SGAE, puedo estar de acuerdo con lo que dice: “cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro”. Bueno, la verdad me gustaría que reflexionara usted y las personas como usted, y la SGAE puede sangrar a mi familia cuando, por fin, nos permitan que podamos enterrar a mi bisabuelo…
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Contracorriente 17/08/10 12:52
Ha respondido al tema Solbes, Zapatero y los pisos de “El País” entero.
Pues si. Pero esto no es exclusivo del ámbito de la política. Fíjate que en las facultades de economía siguen enseñando teorías que la realidad se ha encargado de refutar convincentemente. Por ejemplo, la curva de Laffer, que ya puso en práctica Reagan en los 80 en USA, con el consiguiente descenso en la recaudación. Pues no solo la siguen enseñando en las facultades, sino que todavía tienes que oir a tertulianos en la radio pregonandola a los cuatro vientos. Es como si en las facultades de Física se siguiera explicando y dando por válida la teoría del flogisto.
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Contracorriente 17/08/10 12:37
Ha respondido al tema Solbes, Zapatero y los pisos de “El País” entero.
Probablemente tengas razón, pero esta la tenía muy fresquita, de este fin de semana. Y es que me sienta bastante mal que un periódico al que se supone serio, les eche estos "capotazos" descarados al Gobierno. "El análisis de Solbes era correcto" Si... ¡ya lo hemos visto! ¡Correctísimo! Un análisis tan, tan correcto, que el ajuste en el sector inmobiliario sigue pendiente. Vamos, que el análisis es correcto, lo que es incorrecto es la realidad, lo incorrecto es la terquedad de los propietarios de los pisos que se niegan a vender en pérdidas. ¡No dejes que la realidad te estropee una buena teoría! Y esto lo dice un diario, se supone de prestigio, en un editorial. Igual, como es Agosto, tienen al editorialista de vacaciones, y el editorial de esta semana lo ha escrito el becario. Saludos.
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Contracorriente 16/08/10 13:27
Ha comentado en el artículo Prozac, "pensamiento positivo" y carné de financiero
Hola Ramón, ¿cómo te va el verano? Me alegro de saludarte de nuevo. Me parece que el segundo artículo que recomiendas es muy interesante. Va en la línea de lo que estoy pensando últimamente: que el capitalismo es un sistema que va a arrastrar de forma crónica crisis de demanda, si es que la sociedad no establece mecanismos de redistribución de la renta. A mi entender, durante los años 50 y 60 en los principales países de la OCDE el Estado aumentó la presión fiscal sobre los ricos (no en España, claro. Hace poco leí en un libro que la Hacienda española era "amistosa y comprensiva" con los grandes latifundistas en los años 40 - 50), y con esos fondos se financiaron políticas de corte keynesiano, que ayudaron a redistribuir la renta y, de paso, a un gran crecimiento económico. A mediados de los 70, creo que se cambió la forma de actuar. Las "revoluciones conservadoras" de Reagan y Thatcher eliminaron buena parte de las políticas redistributivas "adelgazando" el peso del sector público. Mi impresión es que, tras 30 años de keynesianismo, los capitalistas pasaron a pensar: "vaya, ¿para qué voy a permitir que el dinero que gano se lo apropie el Estado para construir hospitales y carreteras, cuando va a ser mucho mas provechoso para mi quedarme con ese dinero, llevarlo a los mercados financieros, y prestarlo a cambio de un interés?". Y en esas seguimos, con políticos como los del Labour Party en UK (o también ZP), asegurando que "bajar impuestos es de izquierdas" ¿También si se los bajamos a los ricos? Creo que aquellos polvos (la revolución conservadora) nos ha traido los lodos de la creciente inestabilidad financiera del capitalismo. Y si esto lo aderezamos con un 25% de brokers bipolares que tienen que medicarse para autoconvencerse cada día de que sus vidas son maravillosas, pues tenemos entre manos una bonita bomba de relojería. ¡El problema es que la bomba-burbuja es cada vez mas grande que la anterior! Saludos.
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Contracorriente 16/08/10 11:11
Ha comentado en el artículo Prozac, "pensamiento positivo" y carné de financiero
La verdad es que da un poco de yuyu que los mercados financieros puedan estar en manos de maníacos depresivos o con trastornos bipolares. No me extraña que que luego haya esos "subidones" y "resacas" en las cotizaciones. Y también me da un poco de pena que la gente que, supuestamente, tiene un buen trabajo y gana un buen sueldo, tenga que "aguantar la presión" a base de drogas, fármacos y sesiones de autoayuda y de pensamiento positivo. ¿Para qué? ¿Porque tienen la necesidad de sentirse mejor? Pues a lo mejor lo que deberían plantearse es si la clase de vida que llevan les hace felices. No creo que nadie les ponga una pistola en el pecho para obligarles a ser brokers, dealers o grandes ejecutivos, ¿no?. A lo mejor la felicidad no consiste en ganar una pasta gansa y tener un puesto de ejecutivo, sino en hacer aquello que realmente te haga feliz, aquello que realmente te satisfaga. Enhorabuena por el artículo, ¡ya estaba echando de menos su blog! Saludos.
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Contracorriente 13/08/10 10:38
Ha comentado en el artículo El gran fracaso, la energía
Hola Tomás, creo que tuviste muy buenas ideas. Buena idea lo de los detectores de presencia, como también lo de que el garaje se encienda por tramos. Seguramente, yo te recomendaría también los reguladores de intensidad de luz, sobre todo para las viviendas particulares (no se si técnicamente es factible combinarlo con los detectores de presencia en las áreas comunes del edificio, supongo que también, pero no estoy seguro al 100%). Son sencillos de instalar, simplemente sustituir el interruptor por un pulsador (no hace falta cambiar la caja ni nada). Lo puedes programar, por ejemplo, para que te regule la intensidad de luz al 90% o al 85%, el ojo humano no percibe la disminución de la intensidad de luz, pero el consumo se reduce entre un 20% y un 30% (fíjate que la disminución en el consumo es más que proporcional a la reducción de la intensidad lumínica). La única pega es la inversión: como tu muy bien dices, no es lo mismo si se hubiese proyectado para un edificio en construcción, que para uno ya terminado, donde tienes que cambiar elementos que son prácticamente nuevos. Además, los reguladores de intensidad te valen sin problema para bombillas incandescentes y halógenos, pero no para las bombillas de ahorro de energía normales y fluorescentes. Hay bombillas de ahorro de energía que también admiten regulación en la intensidad, pero son mas caras, con lo cual la inversión aumenta. Respecto a lo de generar vosotros, no estoy tan seguro, porque los paneles fotovoltaicos son caros, por lo que seguramente tardaréis bastante en amortizarlos. Igual si pilláis alguna subvención... Buen post (este, y toda la serie de la comunidad). Saludos.
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Contracorriente 12/07/10 01:09
Ha respondido al tema Zapatero y el diferencial futbolístico con Alemania.
Os juro que mi hijo sólo me ha pedido la camiseta roja cuando ha empezado la prórroga. Antes se la hemos puesto un poco "a la fuerza". Cuando estaba a punto de terminar los 90 minutos, se la hemos quitado y le hemos llevado a la cama. Y al poco, tenemos una ocasion, me oye gritar y me dice "papi, levántame, quiero ver a España". - ¿Te ponemos la camiseta? - Si. ¡VIVA ESPAÑA!!!!!
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Contracorriente 10/07/10 04:12
Ha respondido al tema Zapatero y el diferencial futbolístico con Alemania.
Antonio, mi hijo se llama Carlos, no Jordi. No quiero ser aguafiestas, pero yo no lo tengo nada claro, pese a lo que haya dicho el pulpo. Hoy mi hijo ha visto en la tele las noticias deportivas, y rápidamente me dice: - Papi, ¡quiero ver el futbol! - Hoy no es hijo. Es el domingo. El domingo vemos el futbol y nos ponemos la camiseta roja ¿vale? - No papi, ¡no quiero camiseta roja! ...Y te puedes imaginar, mi mujer partida de la risa, sin dejar de repetirme que soy un supersticioso y un maniático. Saludos.
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Contracorriente 10/07/10 03:58
Ha comentado en el artículo La demanda y el concepto de utilidad marginal
Hola Dobresengo. Muy buena pregunta. En realidad, la opcion A1 y B2 sí son equivalentes. Veámoslo con un ejemplo: Suponte que estás contratado en un restaurante como lavaplatos. Es una tarea fastidiosa, que sólo estás dispuesto a realizar por 10€ la hora. Para ti, el valor que das a 1 hora fastidiándote mientras lavas platos es 10€. Suponte que, en lugar de lavar platos, te proponen una tarea que te encanta tanto que la harías gratis (por ejemplo, llevar la caja del restaurante), por la que te pagarán 6€ la hora. ¿Dejarías de lavar platos, para llevar la caja, pese a ser el salario menor? La respuesta "racional" debería ser afirmativa, ya que has de sumar a los 6€ de salario, la satisfacción obtenida por dejar de lavar platos, que para ti son 10€. La ganancia total para ti es 6+10 = 16€, aunque a la hora sólo obtengas 6€ en el bolsillo. Lo que quiero poner de manifiesto con este ejemplo, es que, al igual que hay actividades fastidiosas que sólo haríamos por dinero, hay actividades placenteras a las que no renunciaríamos ni aunque nos ofrecieran dinero. Volviendo al ejemplo del concierto: A1 si es equivalente a B2, ya que si en A1 renuncias a ir al concierto, la pérdida que estás sufriendo por dejar de asistir es de 15€. Aunque monetariamente sólo has gastado 15€ en la entrada que perdiste, si renuncias a hacer una actividad que te gusta, estás registrando una pérdida adicional de otros 15€ Es decir, estás perdiendo exactamente la misma cantidad que en B2: 30€. Este fenómeno lo puedes observar fácilmente cuando hay un partido de futbol importante. ¿Por qué muchos socios de un club no renuncian a su entrada, pese a que la podrían vender en la reventa por muchísimo dinero? Porque para ellos, renunciar a ver a su equipo en directo tiene más valor que el dinero que pudieran obtener por su entrada. Si la vendiesen sin mas por lo mismo que les costó, en realidad estarían obteniendo una perdida. Saludos.
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