OHLA vuelve a ser noticia tras adjudicarse un contrato importante en la República Checa valorado en unos 425 millones de euros, centrado en la modernización de la línea ferroviaria Brno–Přerov. Es una de las mayores obras que consigue en los últimos años y refuerza su presencia en Europa Central, donde está tratando de consolidar su cartera fuera del mercado doméstico.
El dato es positivo, sobre todo porque la compañía necesitaba buenas noticias tras unos resultados semestrales que, aunque mostraron un crecimiento notable del EBITDA (+46 %), siguieron reflejando pérdidas netas. La firma continúa pagando el peaje de una deuda elevada, costes financieros y márgenes ajustados en algunos proyectos.
Aun así, el contrato checo es una muestra de que OHLA sigue compitiendo en proyectos de gran envergadura y que su know-how en infraestructuras ferroviarias mantiene demanda. El reto ahora será ejecutar bien y sin desviaciones, ya que cualquier sobrecoste o retraso podría volver a empañar los avances recientes.
En resumen, se trata de una noticia relevante que da algo de aire a la compañía y puede mejorar la percepción del mercado sobre su capacidad de recuperación, pero aún queda mucho por demostrar en términos de rentabilidad sostenida y disciplina financiera.