¿Qué nos empuja a querer ganar dinero, mucho dinero? ¿Las ganas de vivir mejor? ¿Tener ropa de la mejor calidad planchada en el armario, los interminables viajes exóticos, las comidas elegantes? ¿Las gafas de diseño y los muebles caros, la alta calidad, la buena calidad, la mejor calidad en todo lo que nos rodea?
Para unos será, por encima de todo lo mencionado, la sensación de paz que transmite una cuenta bancaria con muchas cifras, el capital bien diversificado y generando rentas, los pisos alquilados, los paquetes de acciones, las participaciones en fondos de inversión, los dividendos anuales, los bonos y sus intereses.
Para otros, esa placentera sensación de saber que, pase lo que pase, tienen la vida resuelta. Que podrían parar de ganar dinero, podrían vender su parte de la empresa, retirarse, desanudarse la corbata y regresar definitivamente a casa, al terruño, y aún así, seguir llevando una vida súper cómoda sin necesidad de trabajar un solo día más de su vida.
Vives holgadamente, aunque no eres ni por asomo multimillonario. Pero no hay duda de que ya eres clase alta. Ni siquiera clase media-alta. Pero aún no eres multimillonario. Aún no. Todo lleva su tiempo, y tal vez llegue, tal vez no, pero, pase lo que pase, no te vas a quedar con una mano delante y otra detrás. Hace mucho que dejaste atrás esa posibilidad.
Pero para mí no se trata de eso.
¿Hay algo más aburrido que esa “libertad financiera” que consiste en dejar de trabajar y hundirte poco a poco en la mediocridad del nada que hacer, en el sopor de los programas de la televisión matutina, con Ana Rosa Quintana y Susanna Griso, en las siestas diarias de dos horas, en la confusión de los días de la semana?
La sensación de saber que, pase lo que pase, ya tienes la vida resuelta es ya una gran victoria, pero quedan muchas más batallas que podemos dar. Podemos averiguar hasta dónde somos capaces de llegar.
Por eso yo prefiero sustituir el concepto de "libertad financiera" por el de LIBERTAD FINANCIERA ACTIVA, que parte de las mismas sensaciones placenteras de quien tiene dinero más que suficiente, pero que todavía quiere seguir haciendo cosas más que interesantes.
Ya no se trata sólo de ganar dinero, aunque también se sigue tratando de dinero.
Pero como digo, ni el dinero sirve solo para rodearnos de cosas hermosas y de calidad, ni tampoco se trata solo de ganar mucho dinero.
El dinero, además de rodearnos de cosas hermosas y de proporcionarnos la placentera sensación de que tenemos la vida resuelta, el dinero es, sobre todo, una herramienta para actuar en el mundo, el medio más eficaz para conseguir continuar haciendo cosas, seguir transformando nuestro entorno.
¿Para qué, para conseguir ganar aún más dinero? No, aunque para eso también, pero sobre todo porque podemos hacerlo y, aún más, porque nadie más que nosotros somos capaces de hacerlo.
Estoy convencido de que 2021 nos va a dar la oportunidad de dar un gran salto adelante. Pero solo para aquellos empresarios que no se achiquen y sepan ver por encima de las ruinas que tenemos delante.
España es un país que nunca ha confiado en sus empresarios, que nunca ha confiado en lo que ha hecho ricos y prósperos a algunos países del mundo. En España siempre ha existido esa vieja idea de que si eres rico es porque le has robado el dinero a alguien.
Pero, como debería ser evidente, ser rico no es un delito. Ser rico es haber servido a la comunidad ofreciéndole productos o servicios por los que la gente está dispuesta a pagar. Si lo hace bien, el empresario que acierta con su oferta puede volverse multimillonario. El dinero que reciben esas personas no es acaparado por ellas en un sentido despreciable, sino ganado legítimamente.
El pasado mes de marzo, cuando todos estábamos encerrados en nuestras casas acochinados de miedo y nada invitaba a emprender, yo hice de tripas corazón y continué con mi idea previa de llevar a cabo un movimiento estratégico cuyo resultado es que 2020 sea mi año record en ingresos y en pago de impuestos.
Por eso os animo a que este año 2021 que ya se nos echa encima, todos sepamos ver por encima de las apariencias y empujemos lo máximo que podamos. Para enriquecernos nosotros, sí, pero también porque enriqueciéndonos estaremos también beneficiando al interés general.
El 2021 va a ser un gran año para quien lo sepa ver.
Os deseo a todos que en 2021 dupliquéis vuestros objetivos, que tengáis el empuje necesario y que, no solo eso, sino que además logréis todos y cada uno de ellos.