Todo cambia, pero lo que nunca cambia es que, aquello que ahora parece fundamental y definitivo, y que toda inversión debe basarse en ello, al final su importancia se diluye o era mucho menor de lo que pensábamos.
Todo inversor debe ver más allá de las modas del momento. El objetivo de la inversión es obtener una buena rentabilidad y ésta vendrá si elegimos bien y le damos su tiempo para madurar.
Hace años (en diciembre de 2018) publiqué este post en Rankia. Creo que puede resultar interesante ver lo que se pensaba entonces del sector financiero para comparar con lo que se piensa ahora y poder abstraernos del momento.
Todo el post sigue siendo muy bueno y lo suscribo íntegramente, pero contiene una parte dedicada al sector bancario que ahora considero de especial importancia.
La situación es muy distinta, el sector está de moda, el índice sectorial en España está consiguiendo una rentabilidad del 50% en lo que llevamos de año 2025 y el año anterior fue de casi un 25%, pero la oportunidad de comprar era entonces y no ahora. La mentalidad del inversor debe estar entrenada para poder detectar las oportunidades antes de se materialicen.
Esto es un “copia y pega” de la parte dedicada al sector bancario y hay que tener en cuenta que se publicó en diciembre/2018 pero a pesar de todo es tan actual como la mentalidad que debe tener todo inversor en valor.
“…cualquier expectativa que descuenta la bolsa en un momento determinado, puede producirse o no. Si no se produce y con el tiempo los resultados contradicen las expectativas, la bolsa corregirá la situación sin ningún problema y los inversores sufrirán las consecuencias de haber estado dentro, o de haber estado fuera del sector. Aun en el caso de que al final se materialicen las expectativas, si tardan demasiado tiempo en hacerlo, la bolsa también podría corregir y el efecto sería el mismo que si las expectativas son irreales.
Concretamente estoy pensando en el sector financiero y aunque hay alguno más como el de automoción, voy a céntrame solamente en el financiero.
Consideraciones sobre el sector financiero
El sector financiero en España, actualmente está cotizando a PERs muy bajos sobre los resultados que obtienen los bancos por su negocio actual.
Los bancos se van transformando continuamente, lo están haciendo y lo han hecho siempre. La rentabilidad que obtienen con su negocio ordinario actual, crece lo que crece la economía y es muy superior a la que obtenían antes de la crisis, a pesar de tener tipos negativos y tener en contra a todos los jueces, políticos y abogados que han movilizado a los clientes de activo para que no asuman las obligaciones contraídas en los contratos que firmaron ante notario.
A los bancos se les ha obligado por parte del regulador a doblar los recursos propios, a pesar de que su negocio no lo necesitaba pues, los bancos españoles (y digo bancos y no cajas de ahorros) han demostrado capacidad suficiente para sanearse por sí mismos solo con sus resultados y además han asumido los costes de saneamiento del banco que lo ha requerido y los de varias cajas de ahorros. Al doblar los recursos propios, la tasa de rendimiento se reduce automáticamente a la mitad. Por otra parte, los costes de saneamiento que son costes coyunturales y tienden a desaparecer, todavía tienen una gran influencia negativa en sus resultados y en algunos casos están provocando una reducción del 50% en sus resultados.
Todas estas circunstancias están influyendo de forma significativa en los resultados actuales de los bancos españoles, no obstante, si tuvieran el mismo capital que hace diez años, por el negocio actual, veríamos claramente que están obteniendo rendimientos mucho mejores que los de entonces.
Sobre las expectativas de futuro que provocan que coticen a PER muy bajos, debemos considerar que no hace tanto tiempo, e incluso ahora mismo, todas las noticias apuntaban a que los milenials no iban a entrar nunca en las sucursales y los bancos las tendrían que cerrar porque se iban a quedar sin clientes, que el negocio de los bancos estaba caduco y serían sustituidos por las fintech, etc... Son situaciones apocalípticas que iban a traer como consecuencia la desaparición del sector.
Si a ello incluimos la mala percepción social de los bancos (la ganada y la provocada interesadamente), en la que no voy a entrar, pero que, aunque hay argumentos en contra de sus actuaciones, también los hay a favor, tenemos una situación muy negativa que influye en la cotización de todo el sector.
A pesar de todas las previsiones, estimaciones y elucubraciones sobre el sector, estamos viendo que los bancos se están adaptando como han hecho siempre. La parte que les interesa de las nuevas tecnologías las asumen y las utilizan (esto no es nuevo, siempre ha habido nuevas tecnologías y los bancos las han incorporado) las sucursales no rentables y las duplicadas por la concentración del sector las cierran, por otra parte, cuando les interesa abren alguna oficina nueva. El personal que no es comercial lo van sustituyendo por otro más orientado al negocio. Si los tipos de activo son bajos o negativos, también lo son los de pasivo y el diferencial siempre les ha estado favoreciendo. Los bancos continuarán estando ahí durante mucho tiempo, pero
¿Podría haber un futuro sin bancos? Claro que sí, pero el sistema necesita el crédito para funcionar. Sin crédito no hay sistema y si no son los bancos alguien debe proveer de crédito a la economía. Se llamen como se llamen, alguien debe hacer su función y, en el caso de que en algún momento sean sustituidos, no será el año que viene, ni probablemente será el otro, pasarán años y los bancos seguirán estando ahí. No podemos estar descontando una situación que, por una parte, no sabemos si se va a producir y, en el hipotético caso de que se produzca, no podemos saber cuándo se producirá, aunque hay motivos para pensar que no será a corto plazo.
Los bancos todavía se están saneando por la crisis y la mitad de los resultados los han estado utilizando para cubrir fallidos. Conforme se van saneando y últimamente el saneamiento se está acelerando significativamente, cada vez necesitan dar menos costes de saneamiento y en consecuencia, cada vez los resultados van a ser mayores, independientemente de que suban los tipos o no lo hagan.
Desde mi punto de vista no tiene sentido pagar el PER que se está pagando actualmente por la práctica totalidad de las empresas del sector.
En este sector, podría darse el efecto contrario al de las .com. en 2002, cuando los inversores se dieron cuenta de que las perspectivas de aumentos astronómicos de beneficios en las .com no se cumplían, vendieron en masa y sus cotizaciones se hundieron. Ahora, cuando los inversores se den cuenta de que los bancos van a continuar y no van a desaparecer sino que van a absorber a las fintech que valgan la pena y que los resultados van a aumentar por la reducción de costes de saneamiento de forma que en algunos bancos se van a doblar, las cotizaciones podrían dar un salto importante y el PER, con esta hipótesis, debería pasar a su nivel normal que estaría sobre 15 veces resultados, pero no sobre los resultados actuales, sino sobre unos resultados que doblarían los actuales por la reducción de costes de saneamiento. Y esto no es algo que puede ocurrir en un futuro incierto e indeterminado, la reducción de costes ya ha empezado y seguirá de forma más agresiva en el futuro próximo.
Hay otros sectores en los que está sucediendo algo parecido. Últimamente las expectativas están pesando en los precios más que los resultados obtenidos y los que previsiblemente van a obtener las empresas a corto-medio plazo y tal vez por eso algunos inversores en valor están obteniendo malos resultados en sus inversiones medidas según los precios de la bolsa, aunque no es así si medimos por valor creado y por eso hay otros que vaticinan o directamente certifican la muerte de la inversión en valor, pero al final las expectativas se tienen que transformar en resultados y son estos los que determinarán el rendimiento a largo plazo de cualquier inversión y no los precios que temporalmente asigne la bolsa a las acciones.
Es mi sincera opinión, no es una recomendación. Cada inversor debe hacer su propia diligencia y tomar sus propias decisiones de inversión.