La gestión activa siempre ha sido la opción predominante entre los inversores de fondos de inversión, sin embargo, cada día más, la gestión pasiva va cogiendo más fuerza. Ello se debe en gran medida a que muy pocos gestores han demostrado con el tiempo la posibilidad de batir al mercado. De este modo, ante la gran cantidad de fondos de gestión activa que no logran batir al índice, la gestión pasiva se impone como una gran alternativa. ¿Qué opciones tenemos dentro de la gestión pasiva?
Fondos indexados
Los fondos indexados tienen como objetivo final replicar, lo más cerca posible, el comportamiento de un determinado índice, tanto los movimientos alcistas como los bajistas. Es aquí dónde radica la principal diferencia característica entre los fondos de gestión activa y los fondos indexados. Mientras que los fondos de gestión activa buscan conseguir rentabilidades superiores a las del mercado, los fondos indexados intentan obtener la misma rentabilidad que su índice de referencia.
De este modo, los fondos indexados no necesitan un equipo gestor y por tanto, gozan de unas comisiones de gestión mucho inferiores, además de exigir, por lo general, un capital mínimo de inversión más bajo que los fondos de gestión activa.
En cuanto a la fiscalidad, cuentan con los mismos privilegios que los fondos de gestión activa. Es decir, se pueden realizar traspasos de unos fondos a otros y sólo se tributan los beneficios tras la venta de las participaciones. Aquí os mostramos algunos ejemplos de fondos indexados:
Fondos Indexados | Comisiones | ISIN |
Amundi Index MSCI North America | 0,30% | LU0389812347 |
Vanguard European Stock Index Fund | 0,35% | IE0007987690 |
Pictet-Europe Index R EUR | 0,74% | LU0130731713 |
ING Direct Fondo Naranja Ibex 35 | 1,10% | ES0152741031 |
Evo Fondo Inteligente Ibex 35 | 1,12% | ES0133565012 |
ETFs
Los ETF (Exchange Traded Funds) son otra clase de fondos que tienen como finalidad replicar un determinado índice. Sin embargo, se diferencian de los fondos indexados en que los ETF cotizan en el mercado de valores y por tanto, funcionan como las acciones. Es decir, la negociación de los ETF se realiza en la bolsa, de modo que pueden comprarse y venderse con facilidad durante las horas en las que el mercado está abierto.
La replica realizada por los ETF puede ser de dos formas:
- Réplica física: este tipo trata de replicar de forma idéntica un índice bursátil. Por ejemplo, si un ETF replica de forma física el IBEX 35, deberá estar compuesto por acciones de empresas que componen dicho índice en la misma proporción. Es decir, que el peso de las acciones que componen la cartera tengan el mismo peso en el ETF que en el IBEX 35.
- Réplica sintética: este caso es algo más complicado, ya que la cartera del ETF no está formada por la compra de acciones que componen el índice, si no que la inversión se realiza mediante derivados (swaps) , es decir, realizando acuerdos con la otra parte. Este tipo de réplica es muy común en mercados poco líquidos, dónde existen dificultades para vender o comprar las acciones con facilidad, como puede ser el caso de los mercados emergentes.
Dado que los ETF funcionan como las acciones, y carecen en todo momento de equipo gestor, su principal ventaja son las bajas comisiones, que en la mayoría de casos se suele situar por debajo del 0,6%. Además, como son valores que cotizan en bolsa, no tienen comisión de suscripción, mientras que los fondos indexados si pueden tenerla. No obstante, dado que la compra-venta de ETF debemos realizarla a través de un bróker, estaremos expuestos a la comisión que nos cobre dicho bróker por realizar la operación.
A continuación os mostramos algunos ejemplos de ETF:
ETF | Comisiones | Ticker |
iShares Global Govt Bond UCITS ETF | 0,20% | IGLO |
Vanguard FTSE Emerging Markets UCITS ETF | 0,25% | VDEM |
Lyxor Ibex35 (DR) UCITS ETF | 0,30% | LYXIB |
SPDR® S&P US Dividend Aristocrats UCITS ETF | 0,35% | UDVD |
PowerShares FTSE RAFI Europe UCITS ETF | 0,39% | 6PSC |
Conclusiones
La batalla entre los fondos indexados y los ETF sobre ver quién será el ganador dominante en la gestión pasiva es un hecho. Durante el último año hemos podido ver como los ETF han ido comiendo terreno a los fondos indexados, gracias en gran medida, a la extensa variedad de ETF que podemos encontrar en el mercado. A través de los ETF, tenemos la oportunidad de invertir en valores muy específicos como pueden ser la Marihuana o la inteligencia artificial. Además, se pueden realizar operaciones intradía, mientras que la compra-venta de participaciones en el fondo se realiza al valor liquidativo de cierre del día.
La ventaja de los fondos indexados es su simplicidad en cuanto a la operativa, sin embargo suelen tener unas comisiones algo más elevadas que los ETF, aunque debemos tener en cuenta las comisiones por operación que nos cobrará el bróker en la compra-venta de ETFs. Ahora bien, si seguimos la filosofía de la gestión pasiva, comprar y esperar, esas comisiones del bróker, en términos absolutos, serán inferiores a las comisiones de gestión de los fondos indexados. Además si tenemos en cuenta el objetivo final de la gestión pasiva, replicar un determinado índice bursátil, los ETF suelen lograr réplicas más exactas.
No obstante, los ETF también presentan desventajas frente a los fondos indexados. Principalmente, tienen una fiscalidad menos favorable en comparación con los fondos indexados. Los ETF, funcionan como acciones y por tanto, tributan de igual manera. Es por ello, que a través de los ETF no tenemos la oportunidad de realizar traspasos sin tributar previamente por nuestras plusvalías.
En definitiva, si nuestra intención es invertir en sectores específicos los ETF son nuestro producto, pues tendremos mucha más variedad dónde elegir. Sin embargo, si nuestra inversión va dirigida a la réplica de los índices bursátiles más comunes, la ventaja fiscal que obtenemos a través de los fondos indexados, compensará el pago de una comisión algo superior.