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La verdadera dimensión de la crisis del macrosector de la construcción

Axesor, compañía especializada en los servicios de información empresarial para la toma de decisiones, publica hoy  el estudio "La Verdadera dimensión de la crisis del sector de la construcción", elaborado por su Gabinete de Estudios Económicos.

1. Introducción.


En el largo periodo de bonanza vivido por el sector y sus actividades anexas, la rentabilidad de la actividad constructora crecía al abrigo de las subidas del precio del metro cuadrado en prácticamente todas las localidades del país, lo que evidentemente inducía la aparición de nuevas empresas e inversores en la búsqueda del alto beneficio. El elevado ritmo constructor nutría de pedidos la industria extractiva y manufacturera vinculada a la construcción, vaciaba los estantes de las empresas comercializadoras de materiales de construcción, muebles o electrodomésticos, y estimulaba la demanda de todo tipo de servicios vinculados a la misma, desde los servicios de arquitectura, jardinería o mudanza hasta el alquiler de maquinaria, pasando por los propios servicios de actividades inmobiliarias.

El estallido de la burbuja inmobiliaria y el parón de la construcción residencial suponen un giro de 360 grados para toda la actividad económica vinculada al “ladrillo”, un inesperado revés para muchas empresas que han quebrado o están en una situación financiera de extrema debilidad. Paro, quiebras, enormes deudas, que ya está absorbiendo la banca, y un exceso de viviendas que tardará tiempo en reducirse es el legado de años de excesos inmobiliarios.

En un contexto económico caracterizado por una fuerte contracción del crédito, la recuperación del sector va a depender sobremanera del papel que juegue el sector financiero y de la mayor o menor dificultad de acceso al crédito, de la evolución de la tasa de desempleo, de la evolución que siga el precio de los activos inmobiliarios y del componente demográfico, al que recientemente se ha sumado el fuerte incremento en la llegada de inmigrantes así como la demanda inmobiliaria por parte de inversores extranjeros, estando ambas variables que han impulsado la demanda de vivienda en España en los últimos años también en plena crisis.

2. Ámbito y objetivos del estudio.

 

El objetivo es ofrecer una visión cuantitativa y cualitativa del impacto real de la caída de la construcción en la economía, su efecto de arrastre hacia otras áreas cuya actividad depende en mayor o menor medida de la actividad constructora, así como las áreas geográficas más afectadas.

También aporta previsiones de recuperación a través del análisis de los factores clave como el comportamiento del precio de la vivienda, la evolución de la demanda y la flexibilización del crédito.

Para realizar el presente análisis se han dividido las empresas en dos grandes grupos. Esta  permitirá observar las diferencias existentes entre ellas y tener muy presente la dualidad de la estructura de la economía española referida a creación, disolución y cierre de empresas, capital societario invertido por las nuevas empresas creadas y concursos de acreedores.

Un primer grupo está formado por todas las sociedades vinculadas directa o indirectamente al sector de la construcción. No se incluyen las entidades financieras ni las tasadoras, así como ninguna sociedad clasificada según el criterio de nacional de actividades económicas dentro de los CNAEs 64, 65 y 66.

Este grupo incluye los siguientes sectores de actividad:

  1. Promoción inmobiliaria.
  2. Construcción.
  3. Actividades inmobiliarias.
  4. Industria vinculada al sector de la construcción, tanto industrias extractivas como industrias manufactureras.
  5. Distribución comercial vinculada al sector de la construcción.
  6. Otros servicios vinculados al sector de la construcción.

Los tres primeros sectores de actividad se engloban para el análisis en “Conglomerado de empresas promotoras, constructoras e inmobiliarias”, o “Conglomerado PCI”. La totalidad de los seis grupos de actividad lo denominaremos para facilitar la referencia a este amplio conjunto de empresas como Grupo de actividades dependientes de la construcción o Macro sector de la construcción. El segundo grupo estará formado por todas las empresas no incluidas dentro del primer grupo y que a partir de ahora recibirá el nombre genérico de Resto de sectores de la economía española o Actividades ajenas al sector de la construcción.

 

3. Sector de la construcción en España.

 

El conglomerado promoción‐construcción‐inmobiliario‐hipotecario español es un caso excepcional en el mundo. Prácticamente todos los indicadores son anómalos respecto a los del resto de países avanzados: alrededor de un 18% de viviendas están vacías, la vivienda en alquiler representa un reducido 13,5% del parque inmobiliario total; el 60% del crédito total de la economía está vinculado al sector inmobiliario; el 95% de los nuevos créditos se han concedido a tipo de interés variable; la construcción llegó a representar el 18% del PIB español, alcanzando el sector residencial casi el 9%. Finalmente, y especialmente en los últimos años, se iniciaron un número desproporcionado de viviendas, muy superior al del resto de países desarrollados en términos relativos.

El fuerte ritmo promotor y constructor, especialmente en la segunda etapa del auge inmobiliario (2003‐2007) impulsó la aparición de un extenso tejido empresarial, la creación de numerosas oportunidades de empleo y llevó la recaudación de ayuntamientos, de comunidades autónomas y del Estado a máximos históricos. El número total de sociedades activas de este macro sector o clúster de empresas (conglomerado PCI junto a empresas de la industria, comercio y servicios) alcanzó a finales de 2009 la cifra de 595.394, un 41,6% del tejido empresarial activo en ese momento (1.428.852 compañías).

La fuerte expansión del sector llevó aparejada un notable incremento del empleo en el sector de la construcción, cuya participación en el empleo total alcanzó el 13,8% en 2007, casi 5 puntos porcentuales más que en 1996. Desde el año 2008 se ha registrado un intenso ajuste de la inversión residencial, lo que ha reducido rápidamente su importancia en términos de PIB y de ocupación. Actualmente, el coste  en términos de empleo de la crisis inmobiliaria roza el millón de puestos de trabajo. Entre enero y julio de 2010 la tasa de variación de nuevas empresas creadas en España se recuperó ligeramente en términos interanuales, pero no le sucedió lo mismo al capital invertido por dichas empresas, que siguió cayendo en 2010, concretamente un 2,83% hasta julio, hasta los 3.126.885.255 euros.

Esto puede ser debido a una menor iniciativa empresarial o a una mayor dificultad para encontrar la financiación que permita crear una empresa.
Con el estallido de la crisis financiera internacional primero y debido a la crisis de deuda soberana después, las entidades financieras han acusado duramente la crisis en forma de dificultades de acceso a la financiación, dificultades que se traducen en falta de liquidez para las empresas del sector y para las familias, lo que impide que la demanda potencial existente de vivienda se transforme en demanda efectiva. La elevada exposición al sector de la construcción e inmobiliario, el incremento en la tasa de morosidad unido al deterioro paulatino experimentado por la calidad crediticia desembocó en una fuerte contracción del crédito para las empresas del sector así como para la adquisición de vivienda.

La contracción de crédito para actividades productivas hasta marzo de 2010 ha sido drástica para las empresas del sector de la construcción (‐20,81%). Sorprende, en este contexto, que la contracción del crédito a promotor e inmobiliarias haya sido de tan sólo un 0,55% en el mismo periodo. La explicación es necesario buscarla en la ausencia de devolución de los créditos por parte de los promotores, que están siendo refinanciados por parte de bancos y cajas a fin de evitar tener que reconocer deudas y ganar tiempo con la esperanza de una futura recuperación de las ventas de las nuevas promociones así como de lograr dar salida al importante stock de suelo urbano para nuevos proyectos recogido en los balances de promotoras, inmobiliarias y entidades financieras en la actualidad.

Sin embargo, la dimensión alcanzada por el macro sector de la construcción y sus sectores auxiliares en la última larga etapa expansiva de la economía española no ha sido la misma en todas las regiones. La región más diversificada y menos dependiente, con menos del 25% de la facturación de sus empresas proveniente de promotoras, constructoras, inmobiliarias, fabricantes, distribuidores o empresas de servicios vinculados a la construcción es Madrid, seguida de Navarra, Palencia, Vizcaya, Pontevedra y Barcelona. En el extremo opuesto, las provincias con empresas más expuestas a la corrección de los ingresos provenientes del ladrillo son Toledo, Málaga, Córdoba, Valladolid y Huelva. En todas ellas las compañías vinculadas a este macro sector superan el 45% de la facturación del total de empresas que operan en la provincia.

Creación empresarial
Si a las tres actividades núcleo del boom inmobiliario (promoción, construcción y actividades inmobiliarias) añadimos aquellas empresas en sectores relacionados con la construcción (incluida industria, comercio y otros servicios vinculados), en 2006 se crearon 72.687 empresas pertenecientes al macro sector de la construcción. 2010 se  estima que cierre con la creación de 24.046 empresas. Ello da idea del impacto diferencial de la crisis inmobiliaria sobre la creación de empresas. Frente a la caída de un 20% en creación de empresas de los sectores ajenos a la construcción en 2010 sobre el máximo de 2006, la creación de empresas en los sectores relacionados con la construcción (incluida la industria, el comercio y otros servicios) habrá caído un 67% en el mismo periodo.

La sobredimensión alcanzada por el sector PCI y el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 justifican el mayor impacto de la crisis en el sector PCI y sus actividades vinculadas. Todo ello nos lleva a concluir que, detrás de la caída media del 25% en la creación de empresas en España en el bienio 2008‐2009 como consecuencia de la crisis económica y financiera, se encuentra la sobredimensión de un conjunto de empresas promotoras, constructoras, industriales vinculadas a la construcción, de comercio al por mayor y al por menor, inmobiliarias, y de otro tipo de servicios de apoyo a la construcción, que, en su reajuste, ha llevado la caída en la creación de nuevas empresas en este macro sector de la economía nacional hasta el 35,8% de media en 2008 y 2009. Una dinámica empresarial dual, pues el azote de la crisis no ha sido, por el momento, tan drástico con el resto de sectores de la economía española, que han registrado una caída en la tasa de variación de nuevas empresas creadas del 17,6% de media en 2008 y 2009.

Un análisis más detallado por sectores indica que el mayor ajuste en la creación de empresas se ha producido en el sector de promoción inmobiliaria. El ritmo de entrada de nuevas empresas fue en el periodo comprendido entre 2004 y 2006 del 65,72% de media, esto es, se crearon un 65,72% más de empresas promotoras que en el trienio anterior (2001‐2003). Pues bien, en el periodo 2007‐2009 ese crecimiento del 65,72% se transforma en una caída interanual entre ambos trienios del 62,66%. Las Actividades Inmobiliarias y la Construcción son, por este orden, los sectores que siguen a promoción inmobiliaria en cuanto a lo que el desplome en la creación de empresas se refiere entre 2007 y 2009.

El primer semestre de 2010 fue testigo de una ligera recuperación en la creación de empresas en el conjunto de la economía española del 3,79%. Esa ligera recuperación es el resultado, por un lado, de un aumento en la creación de empresas en los sectores ajenos al conjunto de actividades promotoras, constructoras e inmobiliarias del 11,39% y, por otro, de la continuación en la caída en la creación de empresas que aún registra el conglomerado PCI, que en el primer semestre de 2010 fue del 8,74%. Por lo tanto, en los primeros seis meses de 2010 la recuperación en la creación de empresas en aquellos sectores ajenos al boom inmobiliario es notable. El conjunto de actividades vinculadas a la construcción sigue creando menos empresas que en el mismo periodo del año anterior, debido especialmente a que las expectativas a medio plazo son muy negativas en el ámbito de la construcción, promoción y actividad inmobiliaria.

Las previsiones apuntan a que 2010 cerrará con una nueva caída en el número de empresas promotoras, constructoras e inmobiliarias del 7,38%, que se sumará a la caída acumulada del 84,75% acontecida desde el inicio de la crisis inmobiliaria (2007). El histórico parón de la construcción se traduce en una caída también histórica en la creación de empresas dentro del ámbito inmobiliario. De crearse 72.687 empresas en el año 2006, estimamos que 2010 cerrará con la creación de 24.046 empresas en el conjunto de sectores vinculados a la construcción.

Evolución de la inversión Si el ritmo de creación de empresas fue espectacular, lo fue aún más la capacidad de las promotoras, las empresas de la construcción y las inmobiliarias (conglomerado PCI) para atraer inversión. El capital  escriturado por las nuevas empresas aparecidas en España ajenas a la actividad promotora, constructora e inmobiliaria entre 2004 y 2007 fue un 40,77% inferior al del periodo 1999‐2002. Sin embargo, el capital puesto a disposición de las nuevas empresas PCI creció un 66,77% en el mismo periodo de tiempo. Los incentivos a la inversión en el conglomerado PCI fueron tan altos que el capital invertido por parte de las nuevas empresas que llegaron al sector igualó el capital invertido (23.000 millones de euros) en el resto de sectores de la economía española en el periodo 2004‐2007.

Bajas empresariales

Los ceses de actividad y bajas oficiales de empresas del grupo de actividades vinculadas a la construcción entre 2007 y agosto de 2010 representan el 41,5% del total de la economía española, alcanzando las 153.048 sociedades. La crisis inmobiliaria y de crédito ha conllevado desde 2007 hasta agosto de 2010 el cierre o cese de actividad de 26.692 promotoras, 47.942 empresas de la construcción y 50.000 inmobiliarias. La caída de actividad y el cierre de estas empresas han arrastrado consigo 8.000 empresas vinculadas a la industria de la construcción, 10.000 distribuidores comerciales y 7.500 empresas de servicios vinculadas a la construcción. En total el efecto arrastre sobre industria y servicios se puede valorar en el cierre de más de 25.000 empresas. Si bien el porcentaje anterior tiende a reducirse en lo que llevamos de 2010, aun hoy, 1 de cada 3 de las bajas o ceses de actividad que tienen lugar en España están protagonizados por alguna empresa promotora, constructora o inmobiliaria.

Morosidad del sector  

Uno de los factores determinantes del cierre de muchas empresas del sector está siendo el retraso en los cobros y la morosidad empresarial. Orientativo del deterioro en los ratios de incumplimiento es el hecho de que el 22,09% de las empresas activas del sector de la construcción incurrió en algún tipo de incidencia por impago a lo  largo de 2009, frente al 6,5% de empresas incumplidoras en 2006. Al sector de la construcción le siguen en el ranking la promoción inmobiliaria y la industria manufacturera dependiente de la construcción, ambas con unos ratios de incumplimiento en 2009 del 17%. Mientras que el crecimiento del número de promotoras y constructoras morosas tendió a una cierta estabilización en el primer trimestre de 2010, el ratio de incumplimiento de las empresas vinculadas a la industria manufacturera dependiente de la construcción aumento un 15,50% con respecto al primer trimestre de 2009, lo que muestra las tensiones financieras existentes en esta industria.

Los retrasos en los cobros, la morosidad empresarial, la falta de crédito y la fuerte caída de la actividad llevaron muy pronto al macro sector a sentir la dureza de la crisis. Los concursos de acreedores crecieron en 2008 un 315% con respecto a los registrados en 2007. Dicho crecimiento se ralentizó en 2009, pese a registrarse un nuevo incremento en el número de sociedades concursadas del 86,46%. Las tasas de incremento en los concursos de acreedores para el resto de sectores de la economía española fueron de un 103,34% en 2008 y de un 97,84% en 2009. El total de insolvencias judiciales del macro sector de la construcción fue superior al total de concursos de acreedores del resto de sectores de la economía española juntos, tanto en 2008 como en 2009, lo que una idea de la dimensión y magnitud de la crisis inmobiliaria.

Pese al elevado número de concursos de acreedores en términos históricos,los primeros seis meses de 2010 han registrado una caída interanual del 22,18% del número de constructoras concursadas, del 18,64% de sociedades concursadas pertenecientes a la industria manufacturera dependiente de la construcción y del 38,16% de distribuidores concursados. Sin embargo, la promoción inmobiliaria, las actividades inmobiliarias y los servicios vinculados a la construcción (por ejemplo, servicios técnicos de arquitectura, servicios de mudanza, etc…), muestran, incrementos en el número de sociedades concursadas con respecto al primer semestre de 2009. Destaca el fuerte incremento de los concursos de  acreedores de las actividades inmobiliarias (+42,57%) así como de otros servicios relacionados (+28,30%).

Es un hecho muy destacable que el grupo de actividades dependientes de la construcción en España ha registrado un menor empeoramiento en el número de empresas morosas que el grupo de sectores ajenos a la actividad inmobiliaria a lo largo del primer trimestre de 2010.
Mientras que el número de sociedades mercantiles que incumplieron sus obligaciones de pago se incrementó un 6,45% con respecto al primer trimestre de 2009 en la actividad constructora y sus actividades auxiliares, dicho porcentaje se elevó al 10,11% en el global del resto de sectores de la economía española. Si bien es cierto que partían de niveles distintos de incumplimiento, la evolución recientemente seguida por la tasa de variación del número de sociedades morosas no relacionadas con la construcción está cerca de duplicar el experimentado por el universo inmobiliario de la economía española en el primer trimestre de 2010.

Deterioro de la calidad crediticia

El aumento en el número de impagos así como en las declaraciones de concursos de acreedores,entre otros factores,  desembocó en un paulatino deterioro de la calidad crediticia. La explicación de su deterioro en el sector inmobiliario puede realizarse atendiendo a los distintos factores que influyen en la calidad crediticia de las empresas: La probabilidad de incumplimiento; la exposición en el momento del incumplimiento; la severidad de la pérdida. Además el deterioro experimentado por parte del sector inmobiliario ha sido mayor que el experimentado por el resto de la economía española, como se puede apreciar en la tabla 10 siendo la variación del índice para el sector inmobiliario de un 197,75% desde 2007 a mediados de 2010.

Sin embargo, se puede apreciar como éste se concentra en los periodos 2007‐2008 y 2009‐2010 especialmente para el sector inmobiliario (tabla 10), mientras que en 2008‐2009 el deterioro es mayor para el conjunto de la economía. Este dato demuestra lo ya expuesto a lo largo del informe, el sector inmobiliario ha sufrido en mayor medida y en primer lugar los efectos de la crisis, la cual se transmitió al resto del tejido empresarial, desembocando finalmente en otra bajada acusada del sector inmobiliario.
Esta situación también se puede cuantificar mediante la prima de riesgo asociada a los créditos concedidos al sector inmobiliario, la cual se ha visto aumentada desde el 2007 hasta la primera mitad del 2010 desde 0,91% hasta el 8,81%. De tal manera que la rentabilidad exigida a un crédito para el sector inmobiliario (compuesta por la rentabilidad libre de riesgo más la prima de riesgo) se ha visto incrementada debido a la pérdida de calidad crediticia de las empresas.

4. Factores clave en la recuperación


Junto a la recuperación del crédito y el acceso a la financiación y la mejora en los plazos de cumplimiento de pago, otros factores que condicionaran el futuro del sector en los próximos trimestres serán las expectativas de mayores caídas de precios que existan entre los potenciales compradores, la influencia que los incentivos fiscales tengan sobre el comportamiento de los agentes, la evolución que siga el desempleo y la capacidad de pago de los hogares españoles y, finalmente, el ritmo de ajuste del stock de viviendas por vender, el cual, por un lado, indica a los compradores de vivienda la capacidad que tienen para presionar a los vendedores, y, por otro, predice caídas en los precios en los siguientes periodos. Debido a la fuerte caída de la actividad inmobiliaria y la aún mayor caída de la actividad promotora‐ constructora, la apuesta a corto plazo de las empresas del sector menos diversificadas y sin acceso al mercado exterior pasa por un impulso de la actividad de rehabilitación así como del alquiler, ambas favorecidas por las medidas adoptadas por el gobierno. Por lo que se refiere a la evolución del precio de los activos inmobiliarios, desde el máximo alcanzado en el segundo trimestre de 2008 y hasta el segundo trimestre de 2010, el precio de la vivienda, según los datos del Ministerio de la Vivienda registra una caída acumulada de un 12,02%. Ello ha condicionado la caída acumulada aún mayor del 31,36% del precio del suelo en las transacciones registradas hasta marzo de 2010.

5.Resumen:

 

Las principales conclusiones que se extraen son:

  • Las provincias más expuestas han sido Toledo, Málaga, Córdoba, Valladolid y Huelva, cuyos ingresos procedentes del sector superaban el 45% del total, mientras que el caso contrario se encuentran Madrid, Navarra, Palencia, Vizcaya, Pontevedra y Barcelona, con fuentes de ingresos más diversificadas.
  • A finales de 2009, las empresas vinculadas al sector ascendían a 595.394 compañías, un 41,7% del tejido empresarial español, lo que demuestra su gran relevancia como motor de la economía de nuestro país.
  • El coste de la crisis inmobiliaria en cuanto a empleo roza el millón de puestos de trabajo en la actualidad.
  •  El 41,5% de las bajas, entre oficiales y ceses de actividad desde 2007, las protagonizaron empresas relacionadas con el sector de la construcción, un total de 153.048 empresas.
  • La calidad crediticia del sector inmobiliario ha caído un 197,75% desde 2007.
  • La contracción del crédito hasta marzo de 2010 ha sido del 20,81% para empresas del sector de la construcción, mientras para promotoras e inmobiliarias ha caído tan sólo un 0,55%.
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  1. #2
    14/01/11 17:57

    "El estallido de la burbuja inmobiliaria y el parón de la construcción residencial suponen un giro de 360 grados "...¿no será un giro de 180º?.

    El pensar que las promotoras inmobiliarias pueden vivir del alquiler y que las constructoras pueden vivir de la rehabilitación es una quimera.

    Saludos

  2. Top 100
    #1
    13/01/11 21:30

    Y a la minima oportunidad, volveremos a repetir la jugada, por lo visto sin que funcione la hormigonera aqui no funciona nada.