Hay varios factores a considerar, unos económicos y otros de temperamento.
No hay fórmula única idéntica para todos por igual. Al final tendrás que tomar tu propia decisión y asumir sus consecuencias.
Personalmente prefiero dormir más tranquilo sin temor a no llegar a fin de mes, por lo que prefiero disponer de liquidez para imprevistos. Si además obtienes buenas condiciones para amortización anticipada, en caso de mejorar claramente tu situación podrías realizar pagos a cuenta reduciendo el tiempo en vez del capital, obteniendo ambas ventajas: pagar relativamente "poco" cada mes y, si la cosa mejora, reducir tiempo.
Al revés, pagar "mucho" y, en caso de necesidad, alargar el tiempo para reducir la cuota, suele ser más complicado de conseguir, aunque no imposible.
Un seguro de vida (con invalidez) que incluya cada año el capital pendiente de amortizar (o el porcentaje no asumible por los supervivientes) puede tranquilizar también a la familia si el tiempo es tan extenso y no disponen de medios para afrontar los gastos si tu faltaras (Dios o sus representantes terrenales no lo quieran ...)