La economía china empieza a mostrar síntomas de desaceleración en medio de las tensiones comerciales con Estados Unidos, según apunta el debilitamiento observado en la evolución de la producción industrial y las ventas minoristas, así como el agravamiento de la contracción de la inversión en activos fijos, lastrada por el sector inmobiliario.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, publicados este viernes, en los primeros diez meses de 2025, la inversión en activos fijos acumuló una caída del 1,7% interanual, ahondando así el retroceso del 0,5% observado hasta septiembre, en lo que representa la peor lectura desde mediados de 2020.
Esta contracción de la inversión reflejó las dificultades del sector inmobiliario en China, ya que el dato aumentó un 1,7% interanual al excluir del cálculo la inversión en desarrollo inmobiliario, que registró un retroceso del 14,7%.
Asimismo, la producción industrial de China moderó su expansión al 4,9% interanual dedesde el 6,5%, mientras que las ventas al por menor crecieron hasta octubre un 2,9%, una décima menos que el dato hasta septiembre, lo que implica la lectura más débil en lo que va de año para ambas referencias.
Los datos publicados este viernes por la oficina estadística china se suman a los de la Administración General de Aduanas, que la semana pasada informó de una caída interanual del 1,1% de las exportaciones de China en octubre, la primera bajada de sus ventas al exterior desde marzo de 2024.
A pesar del empeoramiento de las cifras, la Oficina Nacional de Estadística de China ha afirmado que, en términos generales, la economía del gigante asiático se mantuvo estable en octubre.
Sin embargo, la oficina estadística reconoció la necesidad de tener en cuenta que "existen numerosos factores inestables e inciertos en el entorno externo", mientras que los ajustes estructurales internos se enfrentan a una "presión significativa" y el desarrollo económico estable se enfrenta a múltiples desafíos.
"Los datos de octubre, en general, no alcanzaron nuestras expectativas, lo que refuerza nuestra visión general de que el impulso económico será mucho más débil este trimestre", advierte Sheana Yue, economista de Oxford Economics, quien anticipa que el crecimiento del PIB en el cuarto trimestres se reducirá aproximadamente a la mitad con respecto al ritmo de los tres meses anteriores, aunque anticipa que el apoyo público que se mantendrá durante el resto del año evitará una caída drástica de la economía y debería garantizar que el crecimiento del PIB alcance el 4,8% en 2025.
"Dicho esto, las ambiciones políticas del Plan Quinquenal sugieren que es probable que se aprueben estímulos, incluso si existen riesgos significativos en su implementación", añade la experta.
De su lado, Lynn Song, economista jefe para China de ING Research, no considera urgente la implementación de nuevas medidas de apoyo a la economía por parte de Pekín, a pesar de la persistente debilidad de los datos de octubre, y considera probable que el crecimiento superior al previsto en los tres primeros trimestres del año mantenga a la economía en la senda correcta para alcanzar la meta de 2025 sin necesidad de una intervención adicional significativa.
No obstante, con los ambiciosos objetivos fijados por el primer ministro Li para 2030, junto con la meta del presidente Xi de duplicar el crecimiento para 2035, el experto advierte de que "se trata de una carrera de fondo, no de velocidad", por lo que es probable que la reciente pausa en los nuevos estímulos sea solo una pausa, y no un cambio de rumbo.
De este modo, los responsables políticos chinos podrían optar por reservar recursos para los objetivos de crecimiento del próximo año, incluyendo la posibilidad de una mayor flexibilización monetaria y seguir prestando apoyo fiscal al consumo y a las industrias estratégicas