La energía es un sector absolutamente estratégico, como se demostró el pasado lunes. Un país avanzado, sin energía eléctrica, prácticamente, no funciona.
Si el apagón hubiera durado más de dos días, como hubiera ocurrido si no existiese la actual estructura de generación basada en gran parte en renovables que tenemos, las implicaciones hubieran sido incalculables.
Solo pensar en aquellas personas cuya dependencia vital se debe a máquinas eléctricas o electrónicas nos podría dar estadísticamente el número de posibles fallecimientos que hubiesen ocurrido en esas inquietantes circunstancias.
La reticencia de las compañías eléctricas a suministrar todos los datos en bruto, a los técnicos asociados al gobierno, indica que el modo de funcionamiento de los días pasados implicaba un riesgo que, aunque calculado como bastante improbable, lo tenían contemplado.
Muy curioso además que el fallo proviniese de granjas solares de un tamaño considerable en Extremadura que además funcionan sin la seguridad que proporcionaría una electrónica de potencia que simulase una inercia sintética similar a la de un gran generador mecánico. Justo las que estaban al lado de la línea de drenaje de Almaraz y esto no es casual como nos quieren hacer ver.
Dicha central estaba prácticamente al 25% de su capacidad de generación porque los precios del mix se habían hundido y los dueños de las centrales optaron por reducir de manera muy considerable su aporte a la red reduciendo de esta manera la capacidad para estabilizar la sincronía de la frecuencia.
Me explico un poco más, técnicamente, se puede hacer funcionar a una granja o central solar como si fuera una hidroeléctrica, una central de ciclo combinado o una nuclear. Es decir, como generadores mecánicos que pueden llegar a tener una masa de cientos de toneladas y que por propia inercia conservan la frecuencia de la red durante los segundos necesarios que duran las oscilaciones incontroladas o aleatorias y así poder intervenir sin que se caiga el suministro.
¿Cuál es el problema entonces? La extrema codicia de los dueños de dichas centrales. Iberdrola, por ejemplo, dueña de las centrales solares de Extremadura, se está ahorrando el coste y mantenimiento de las instalaciones de electrónica de potencia anteriormente mencionadas.
¿Cómo permite REE esta "insegura" manera de funcionar? Porque están en connivencia con los dueños de este cortijo que es España, las grandes compañías eléctricas. Además de su soberbia al pensar que lo tenían todo controlado.
Las generadoras hacen esto por dos motivos:
1. Ahorro de costes, cuestan una pasta.
2. Maximización de beneficios, pues los paneles solares funcionan a plena carga siempre, algo que es incompatible con un funcionamiento como el de un generador sincrono de gran masa. Por tanto, dicha electrónica debería de bajar la potencia de generación para tener un remanente y poder regular. ¿Cuál es el inconveniente entonces? Que producirían menos. Es decir, menos beneficios.
Es más que evidente que REE ha funcionado como juez y parte y siempre beneficiando la misma parte, la de las eléctricas, como corresponde a una compañía cuyo 80% está en manos privadas.
Nadie en su sano juicio entendería que una compañía al 100% pública permitiese este leonino comportamiento de las compañías generadoras.
Por tanto, y resumiendo, no se puede entender desde el punto de vista de un ciudadano corriente, no de un inversor, o un accionista de REE, como carajo dicha compañía no es al 100% estatal.