Muy acertado tu análisis, especialmente al distinguir entre lo que debería sorprender y lo que realmente sacude al mercado. El dato de importaciones, como bien apuntas, no es estrictamente "malo", sino más bien una consecuencia esperable del adelanto de compras ante la amenaza arancelaria. Pero claro, el mercado no siempre premia la lógica económica, sino la narrativa momentánea. Y ahora mismo, la narrativa dominante es la del miedo.
Sobre el ADP, otro ejemplo: “malo” en el titular, pero perfectamente razonable si consideramos el entorno de desaceleración moderada y los ajustes empresariales tras los excesos post-COVID. El problema, como mencionas, está en esa parálisis inducida por la guerra comercial y la expectativa permanente de nuevas represalias o alivios. Es una especie de política de shock suspendido: nadie se atreve a tomar decisiones hasta saber qué hará el otro.
Respecto al dato de empleo de este viernes (el "manipulado", como dices con sorna), lo más probable es que también venga flojo pero no catastrófico... justo en ese margen en que permite a la Fed no subir tipos, pero sin justificar bajadas. Y eso también es una forma de bloqueo.
Lo de los "torpedos económicos" suena a amenaza más geopolítica que monetaria, pero no es descabellado en este contexto. EE.UU. sabe jugar con herramientas financieras como nadie: control de capitales, restricciones a empresas extranjeras, bloqueos regulatorios, uso del dólar como arma... aunque como bien dices, aún estamos lejos de ese escenario, al menos oficialmente.
Si en julio no hay señales de deshielo arancelario, la reacción puede ir más allá de lo financiero y meterse en la economía real, con parálisis comercial, distorsión de precios y nuevas tensiones de suministro. Y ahí sí que se acabó el teatro: lo pagarán los consumidores y los márgenes empresariales.