En medio de la turbulencia y el escepticismo del mercado, Telefónica está tomando decisiones valientes que, aunque penalicen el corto plazo, tienen el potencial de relanzar su hoja de ruta de forma sólida. Y el hecho de que grandes inversores como BBVA, Criteria (Caixa) o SEPI estén apoyando esas decisiones da un respaldo institucional que no conviene subestimar. Además, la posibilidad de que Telefónica explore movimientos corporativos mayores, como adquisiciones o fusiones en su mercado local o europeo, le abre la puerta a un cambio estructural real. Si se ejecuta bien, podría transformar su posición competitiva en España y en Europa. Voy a ver el lado positivo.
Ahora necesita recuperar lo perdido en Bolsa y que a medio plazo empiece a demostrar.