El 17 de Julio de 1.683, desde su residencia en Belle-Isle en Mer, Vauban un ingeniero militar que alcanzó el grado de Mariscal de Francia y archiconocido por sus fortalezas con forma de estrella (foto actual de Rocroi), escribía a Losvois, Ministro de la Guerra de Luis XIV. En dicha carta hacía una lúcida exposición de los males que acechan a quien solo mira el precio y desatiende la pericia, la experiencia y la honestidad que reside en quien busca el beneficio real del cliente no un mezquino ahorro que conduce a la mediocridad. La lectura de este documento siempre me ha impresionado. Disfrutad.
De ahí bastante, Monseñor, para hacerle ver la imperfección de esa conducta; abandonela pues, y, en nombre de Dios, restablezca la buena fe; encargar las obras a un contratista que cumpla con su deber será siempre la solución más barata que podréis encontrar.”