El rally que ha tenido la bolsa desde mediados del mes de abril, con una subida del 30 % del S&P 500, ya se considera el “rally más odiado de la historia”. Cuando una subida bursátil se la pierde mucha gente, los norteamericanos lo denominan “hated rally”. Y este tiene muchos “haters”. Además, tiene una característica especial: que se lo han perdido los grandes inversores, los inversores institucionales. 
Pero no es solo eso. Esta subida ha sido de esas en las que cualquier inversor ha podido sentirse rey del universo simplemente comprando en las correcciones sin pensárselo dos veces. “Buy the dip”, en la jerga del mercado. 
Cada vez que ha habido un problema, ya fuera geopolítico, comercial o financiero, los medios, las redes y la mayoría de los analistas decían que todo se iba al garete. Pero el tiempo ha demostrado que se trataba de oportunidades de compra. Lo vemos en el gráfico, donde las barras en color verde muestran la rentabilidad media del S&P 500 en la sesión inmediatamente posterior a una jornada bajista. La mayoría de las sesiones bajistas han sido, por lo tanto, oportunidades de compra. 
Gráfico: Rentabilidad media del S&P 500 en la sesión posterior a una sesión bajista 
La conclusión es muy parecida a la que dijimos cuando comentamos cómo los inversores institucionales se estaban perdiendo la subida: en este negocio, más grande no significa más listo. Muchos de los mejores asesores, gestores y analistas están en pequeñas “boutiques”. Y también vuelve a ponerse de manifiesto que últimamente los pequeños inversores se están comportando de forma más inteligente —y menos sesgada— que los grandes. 
También se demuestra, de nuevo, que las redes y los medios tienden a ser excesivamente pesimistas, porque la mayoría de la gente que opina o escribe en ellos no invierte en bolsa. O no invierte para clientes. Hablan desde la barrera y por lo tanto tienen una opinión sesgada, en la que, de forma intencionada o puramente reactiva, prefieren que no suba el mercado, ya que no ganan nada cuando sube. No tienen “skin in the game”, que dicen los norteamericanos. Es un dato a tener en cuenta por parte de los inversores. 
