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La teoría de las ventanas rotas

17 respuestas
La teoría de las ventanas rotas
La teoría de las ventanas rotas
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La teoría de las ventanas rotas

¿Han oído hablar alguna vez de la teoría de las ventanas rotas? Es una teoría sobre el contagio de las conductas inmorales o incívicas. Tiene su origen en un experimento que llevó a cabo un psicólogo de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, en 1969. Abandonó un coche en las descuidadas calles del Bronx de Nueva York, con las placas de matrícula arrancadas y las puertas abiertas. Su objetivo era ver qué ocurría.

Y ocurrió algo. A los 10 minutos, empezaron a robar sus componentes. A los tres días no quedaba nada de valor. Luego empezaron a destrozarlo.

El experimento tenía una segunda parte: abandonó otro coche, en parecidas condiciones, en un barrio rico de Palo Alto, California. No pasó nada. Durante una semana, el coche siguió intacto. Entonces, Zimbardo dio un paso más, y machacó algunas partes de la carrocería con un martillo. Debió de ser la señal que los honrados ciudadanos de Palo Alto esperaban, porque al cabo de pocas horas el coche estaba tan destrozado como el del Bronx.

Este experimento es el que dio lugar a la teoría de las ventanas rotas, elaborada por James Wilson y George Kelling: si en un edificio aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque es divertido romper cristales, desde luego. Pero, sobre todo, porque la ventana rota envía un mensaje: aquí no hay nadie que cuide de esto.

Nuestros ayuntamientos conocen bien esta teoría. Cuando aparece un grafito en una pared, si no se borra pronto, toda la pared -y las de las casas próximas- aparece llena de pintadas. De ahí la importancia de mantener siempre la ciudad limpia, las calles en orden, los jardines en buen estado... También la policía lo sabe, y por eso considera importante atajar no sólo los grandes crímenes, sino también las pequeñas transgresiones.

El mensaje es claro: una vez que se empiezan a desobedecer las normas que mantienen el orden en una comunidad, tanto el orden como la comunidad empiezan a deteriorarse, a menudo a una velocidad sorprendente. Las conductas incivilizadas se contagian.

Y las personas civilizadas se retraen. Wilson y Kelling lo explicaban así: "Muchos ciudadanos pensarán que el crimen, sobre todo el crimen violento, se multiplica, y consiguientemente modificarán su conducta. Usarán las calles con menos frecuencia y, cuando lo hagan, se mantendrán alejados de los otros, moviéndose rápidamente, sin mirarles ni hablarles. No querrán implicarse con ellos. Para algunos, esa atomización creciente no será relevante, pero lo será para otros, que obtienen satisfacciones de esa relación con los demás. Para ellos, el barrio dejará de existir, excepto en lo que se refiere a algunos amigos fiables con los que estarán dispuestos a reunirse".

Y esto vale no sólo para el orden público, sino para otras muchas facetas de la vida social. Si en una empresa se descuidan algunas normas éticas, el ambiente se deteriora. Si se falsea la contabilidad para pagar menos impuestos, mentir a los empleados es más fácil -y también a los directivos, y a los propietarios-. Si lo que cuenta es la rentabilidad a corto plazo, se descuidan las normas de seguridad e higiene en el trabajo y las de seguridad del producto o del servicio, se trata a las personas con menos respeto, el cliente es cada vez más un objeto y no una persona cuyas necesidades hay que satisfacer...

En estos casos, ni la policía ni los servicios de limpieza del Ayuntamiento pueden hacer nada, como ocurría en el caso del coche abandonado, de los grafitos o de la suciedad en las calles. La solución corresponde a los ciudadanos mismos, sin machacar el coche abandonado y contribuyendo a mantener la ciudad limpia. Y recuperando las conductas cívicas y morales en la familia, en la empresa, en el club deportivo, en la ciudad, en los medios de comunicación, etcétera.

El filósofo Kant dio hace muchos años una regla muy útil: actúa siempre de modo que tu conducta pueda ser considerada una regla universal. ¿Te gustaría que todos rompiesen los coches, pintasen las paredes, mintiesen, robasen o defraudasen? ¿No? Entonces esas conductas no deben ser llevadas a cabo, aunque sean muy agradables -ya hemos dicho que romper cristales es un placer, aunque algo salvaje- y muy beneficiosas para uno mismo.

Entre otras razones porque adoptar esas conductas nos empeora a nosotros mismos como personas, como ya dijo otro filósofo, Aristóteles, hace aún más años. Si no quieres ser mentiroso, no digas la primera mentira, porque... la próxima vez será más fácil.

#2

Re: La teoría de las ventanas rotas

Muy bueno, uno de los mejores mensajes que he oido o leido.

en españa, comparada con el extranjero, generalmente el alcalde o gobernador local, tienen muchísimo complejo a la hora de castigar al ciudadano, y es yo creo porque tienen cierto complejo sobre su legitimidad, es decir, dificilmente un alcalde podrá ser exigente con su pueblo y sus ciudadanos, si por la noche antes de dormir le rondan todas las recalificaciones y chapuzas que hace a lo largo del día, en el fondo sabe que el es el primer chorizo.

no tiene valor moral para reprender a los ciudadanos.

la dejadez política en españa, se da también en italia, grecia, portugal, latinoamerica, en general en el norte de europa, el ciudadano es bastante más sancionado por actividades incivicas que aquí en españa.

#3

Re: La teoría de las ventanas rotas

Las “ventanas rotas” pueden ser muy diversas e incluso cada persona puede tener la suya particular, en mi caso es la mesa donde tengo el ordenador, basta con que acumule dos papeles para que en una semana no encuentre el teclado.

Así que como bien apunta Maño H2o nos hacemos la siguiente reflexión: ¿no sería aplicable esta teoría al problema de la educación en colegios, institutos y demás? Y lo que es también importante: ¿No es igualmente la causa de la tremenda burbuja inmobiliaria que hemos tenido? (El todo vale, corrupción urbanística, fraude en VPO, pagos en negro…). ¿No está esta tesis también en el origen de los desmanes del sistema financiero?. Todo vale, te regulo poco, te perdono mucho, te consiento todo.

A lo cual yo también me pregunto ¿Estaríais dispuestos a aceptar un programa de “Tolerancia cero” frente al fraude fiscal?. No olvidemos que la economía sumergida supone más de un 20% del PIB (más de 200.000 millones de Euros).
Euribor blog

#4

Re: La teoría de las ventanas rotas

Quizá sea la razón por la que imponer el uso de uniformes tiene un efecto aparentemente tan desproporcionado en la reducción de problemas en los centros de educación secundaria (hasta el punto de que en muchos países se han introducido en la escuela pública).
Otro ejemplo confirmatorio podría ser la reducción de la criminalidad en NY, que se basó en una política de tolerancia cero con las pequeñas infracciones, lo que tuvo mucho éxito para disminuir la criminalidad de todo tipo.
Saludos

#5

Re: La teoría de las ventanas rotas

Efectivamente Art,creo que te refieres al mandato del famoso alcalde Giuliani.
El alcalde republicano Rudy Giuliani adoptó también esta medida, de manera más firme, en la ciudad de Nueva York, desde su elección en 1993, bajo los programas de “tolerancia cero” y “calidad de vida”.

Así que, la política de “tolerancia cero” de Giuliani fue parte de conjunto más amplio de reformas, muchas de las cuales, ya estaban avanzando desde 1985. Giuliani hizo que la policía fuera más estricta con las evasiones de pasaje en el metro, detuvo a los que bebían y orinaban en la vía pública y a los “limpia parabrisas” que limpiaban los vidrios de los coches y demandaban remuneración por el servicio. Las tasas de crímenes, menores y mayores, se redujeron significativamente, y continuaron disminuyendo durante los siguientes 10 años.
Saludos

#6

Re: La teoría de las ventanas rotas

Te puedo asegurar lipziz, que la mayoría de los ciudadanos abogarían por una tolerancia cero.

pero habría que medir donde empieza ese cero, porque por ejemplo, para mi aparcar mal el coche ya es un acto incivico.

#7

Re: La teoría de las ventanas rotas

El artículo es de Antonio Argandoña y fue publicado en El País el 18 de octubre de 2004, y me parece fenomenal que lo hayas rescatado, Lipziz. La verdad es que eres uno de los rankianos que sube contenidos más interesantes.

Es cierto que Giuliani la aplicó con éxito, como se explica en el blog de Euribor, pero también es cierto que fue respaldada desde todos los niveles. En España es prácticamente imposible que se pueda aplicar con los políticos diciendo cada día una cosa, los maestros sin autoridad alguna, los policías haciendo la vista gorda en unas cosas y siendo quisquillosos en otra, los jueces dictando sentencias como les viene en gana, y los padres sin querer enterarse de nada.

El caso de Pozuelo y la sanción de volver a casa a las 10 de la noche no deja de ser paradigmático.

#8

Re: La teoría de las ventanas rotas

Gracias Gallardo,me gusta rastrear por la web,y cuando encuentro algo interesante intento compartirlo con mis compañeros "rankianos".
Bueno,yo también considero buenísimos los analisis que haces en tu blog,me parecen muy interesantes y muy acertados.
Sobre lo que dices en el poder aplicar esta interesante teoría,creo que hay muchos intereses,al igual que se podría aplicar a la economía,mas de un susto nos hubieramos ahorrado.
Simplemente hace falta voluntad,por que si se ha aplicado y ha tenido exito,pues se puede intentar en cualquier parte del mundo,incluido nuestro querido país,donde el pelotazo,el cortoplacismo,el dinero fácil,campa a sus anchas.
Se me ocurre la política de mano dura que se sigue en el Pais Vasco con los brotes de terrorismo de la "Kale Borroca".
Un saludo.