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Adaptación al medio**: Cada día hay un ``sin techo´´ más*.

34 respuestas
Adaptación al medio**: Cada día hay un ``sin techo´´ más*.
Adaptación al medio**: Cada día hay un ``sin techo´´ más*.
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#1

Adaptación al medio**: Cada día hay un ``sin techo´´ más*.

Cada día hay un ``sin techo´´ más*.
METRO, viernes, 19-12-2003.

SOCIEDAD. Una persona se queda cada día sin hogar en Madrid. En la actualidad, 1.600 indigentes, con una edad media de 41 años, deambulan por la capital y 500 de ellos viven y duermen en plena calle, sobre todo en el distrito Centro. La inmensa mayoría son hombres frente a un 18% de mujeres. El 10% tiene estudios universitarios.

Éste es el nuevo perfil del vagubundo urbano madrileño, según revela un estudio elaborado por la Universidad de Comillas. La portavoz socialista en el Ayuntamiento se reunió ayer con representantes de www.caritas.es www.cruzroja.es www.rais-tc.org Faciam, San Martín de Porres y www.websolidarios.org ,las asociaciones que se ocupan de los ``sin techo´´, para conocer de primera mano su situación. (Una situación que se hace crónica en un año y cuya recuperación puede tardar hasta cinco años, según Cáritas).

Adaptación al medio**.

Las especies se adaptan al medio, y la mente de esa peculiar especie llamada hombre también. Eso explica el porqué de que aceptemos sin inmutarnos y casi sin sorpresa los aspectos más contradictorios y estridentes de la estructura social.Lo habitual termina siendo lo narural, y lo natural se asume como racional y ético.

Esta sociedad que se llama democrática, liberal, justa y europea y que va bien, recibe sin ningún sobresalto la noticia de que 1.600 personas viven en la indigencia. Reconozco que hablar hoy de los miserables es una ordinariez, y entiendo que convenga relegar tales temas a las secciones de SOCIEDAD de todos los periódicos. La economía es otra cosa, por supuesto, mucho más trascendente.

Además, ¿por qué vamos a escandalizarnos? Conviene aceptar que la vida es así y que esas 1.600 personas son felices en su indigencia con los mismos motivos que las personas corrientes somos felices en nuestra dificultad para llegar a fin de mes. Es de sobra conocido que la mayoría de los madrileños no somos indigentes. Todo es relativo.

En esta sociedad que llamamos social, democrática y de derecho todo el mundo encuentra coherente y ético que la gente quiera seguir como está. Nadie parece pasmarse. Las personas corrientes damos gracias a Dios por seguir siendo explotados con nuestros sueldos baratos. Los excluidos, que ni siquiera son explotables, quieren seguir en la economía informal. Si es que es lo que nos gusta, nos gusta el excendente empresarial, nos fascina el déficit cero, nos encanta la distribución de la renta, nos encanta lo bien repartida que está la riqueza.

No hay tensión , hay una paz engañosa, silencio aprendido, invisibilidad. Adaptación al medio: Cada día hay un ``sin techo´´ más.

#2

Re: Adaptación al medio**: Cada día hay un ``sin techo´´ más*.

Hola Feliz:
Esta es la sociedad que tenemos, formada por una gran mayoria cobarde y una minoria dirigente que cada vez nos explota más. Te doy las gracias por tus aportaciones al foro.
No todo en la vida es conseguir una cuenta bancaria al 3%.
Saludos.

#3

Re: Los habitantes de la calle.

La razón, pg. 6, 13/12/03 Paloma PEDRERO escribe ``Los habitantes de la calle´´:

Así llama Mónica Sánchez, en ``A ciegas´´, su imprescindible libro recién editado por www.rais-tc.org a los hombres y mujeres a los que un día se les quebró el corazón, o la mano del alma, o la última neurona convencional que guardaban en su cerebro. Así llama a todos los que un día se vieron abocados a buscar refugio en el cajero de un banco de billetes, en el metro, en algún albergue, en el hueco de un portal, en la estación de tren... Allí buscó Mónica durante tres meses de viaje a los habitantes de la calle. En todos los países de Europa encontró gente rota, amble o agresiva, fuerte o desconsolada. Pero todos a los que se acercó hablaron con ella, porque ella desprende confianza, y todos le contaron un pedazo de historia imaginada o real. Un hombre andaluz y ciego, habitante del asfalto del mundo, guió a nuestra escritora por esas calles europeas de Dios. Manuel, el cantaor, el dignísimo viejo que de crío vio cómo mataban a su padre por robar gallinas, la fue recomendando por teléfono dónde debía ir, con quién tenía que hablar, lo que no debía hacer: ``Si te intentan dar el palo y te libras, te largas y ya está. No los increpes. Antes la gente era más elegante en el robo. La necesidad tiene cara de hereje pero no de asesino. Y te prevengo. París tiene muchas violencias´´. Pero Mónica, regresó sana y salva, con la misma cara de niña y los ojos más grandes. El viaje fue largo y al principio del libro parecía que todo iba a ser triste. Luego, según ella iba conociendo la otra orilla, según iba dejando estaciones atrás, comenzó el vuelo. La niña se convirtió en paloma y descubrió el encanto de no llevar un macuto pesado, de no tener que acordarse de ninguna hipoteca, de no aferrarse a nada que no fuera mirar, comer algo en el instante del hambre, descansar cómodamente en cualquier yerba. E·ntonces las historias que le iban narrando dejaron de ser desoladoras y se convirtieron en poemas blancos y negros, rojos o violetas. Así, leyendo el libro, pudimos volar con ellos porque entendimos su risa y su esperanza. Entendimos que la frontera entre las dos orillas, la de los que vivimos cómodamente y la de los habitantes de la calle, es sutil, muy sutil. ¿Quién no conoce a alguien que un día se rompió? Fue por una muerte, un abandono, un divorcio, una dosis, una quiebra económica, una traición...¿A quién de nosotros no podía ocurrirnos? Y en la calle los hay que no quieren volver a resguardarse, pero los hay que sí. Y los hay buenos y los hay malos, como en todas partes. Y los que quieren volver nos venden revistas, nos miran a la cara, nos piden empleo. Y los que no, o no pueden, se acurrucan al lado de un letrero, de un perro o la botella. Y piden. Pero nosotros, con el bolsillo lleno, debemos dejarnos de pamplinas, de falsos argumentos que nos liberan de tener que mirarlos, y ayudarlos a todos. No hay que irse lejos para echar una mano. Aquí, en nuestras aceras, están los hombres rotos. Nuestro más cruel espejo.

Paloma PEDRERO.

#4

Re: Explotados y apaleados.

Metro Directo, www.metrospain.com Madrid, año 3, n2 534, pg. 6, Lunes, 22 de diciembre de 2003.

La Columna. Por Elisabeth Iborra, periodista.

Explotados y apaleados

*La situación laboral en este país se está saliendo del tiesto. Coincidiran conmigo en que nuestros salarios no han sido actualizados conforme exigiría la subida de los precios. Ni de lejos. La convergencia con Europa se estará evidenciando en que aquí cada vez hay más extranjeros nórdicos (disfrutando de sus pensiones y sueldazos), mientras en países como Inglaterra o Francia cada vez hay más españoles. Desde luego, en la igualdad de nuestro nivel adquisitivo no se nota. De hecho, muchos de los que emigran a tierras del norte lo hacen porque allí les ofrecen puestos que aquí ni soñarían y muchísimas más contraprestaciones, como ocurre con las enfermeras, tan cotizadas en Gran Bretaña.

*Los que nos quedamos en España, es decir, la mayoría de la población, nos debatimos entre el fin de mes y el afán de consumismo (o la mera supervivencia en los peores supuestos). Algo bastante perjudicial para el equilibrio mental de cualquier vecino que desee una vida medianamente digna. Haré un pequeño repasito, por si algunos siguen pensando que porque a ellos les vaya bien, los demás no tenemos motivos para quejarnos.

*Contratos de varios meses, que muchas empresas van encadenando para no convertirlos en indefinidos y conseguir así las ayudas de la administración; despidos masivos y comunicados por mail o por el guadia de seguridad del edificio (véase el caso de algunos de los más de 200 trabajadores expulsados de Antena 3, con quienes no tuvieron ni la menor piedad); despidos improcedentes por cometer el sacrilegio de quedarse embarazada, a quién se le ocurre, por favor. Explotación de inmigrantes sin papeles, sin contrato, sin seguro, sin derechos y hacinamientos de los mismos en zulos inhabitables: circunstancia que hace un siglo se definía como esclavitud pero ahora, como somos muy políticamente correctos y sumisos como borregos, nos llega a los oídos como el ruido del tráfico a través de las ventanas.

*Gente deslomándose por el salario mínimo interprofesional (si tienen la suerte de que un contrato se lo garantice), que en estos parajes es de 462 euros mensuales, en tanto que la media europea es de unos 1.020 euros: una diferencia de nada. Les juro que en Amsterdam me costó lo mismo cenar y salir de copas que aquí, y que en Italia he encontrado zapatos más baratos que en nuestras calles comerciales. Trabajadores autónomos incapaces de prever si comerán el mes siguiente y que a veces pagan a Hacienda más de lo que ganan, es decir, que pagan para trabajar. Desesperante.

*Pero lo peor de lo peor es que con tamaña instabilidad, precariedad, inseguridad, miedo a quedarse en el paro y, para colmo, sin subsidio; miedo a la competencia de uno más joven, o de un hombre frente a una mujer, o de uno mejor preparado, etc. nos tienen a todos agarraditos de donde ninguno queremos que nos agarren: Ranzón por la cual no nos rebelamos, ni prtotestamos, ni denunciamos irregularidades, ni vamos a la huelga, ni nos negamos a desobedecer órdenes que contravienen nuestros principios e incluso hacen peligrar nuestra integridad física...No sé si deberían tener en cuenta estos detalles sin importancia los jueces que han responsabilizado a un minero y a un obrero que se quedaron tetrapléjicos por los accidentes laborales que sufrieron. Es como acusar a todas las víctimas de la inseguridad en su trabajo de haberse suicidado.

[email protected]

#5

Re: ¿Conoce el Calendario Solidario?

Enero 2004
``Los pobres viven rodeados de barreras, están excluidos en todas partes. La pobreza es como estar rodeado de muros muy altos.´´
Muhammad Yunnus. Creador del Grameen Bank. www.grameen.com para traducir www.google.com

El Calendario Solidario quiere ser un recordatorio de los grandes problemas del mundo. El Calendario Solidario 2004 es una idea de la ONG Acción por la Infancia y sus fotos giran en torno a un tema común: la situación de los niños que viven en la calle. La recaudación de la venta de los calendarios irá destinada a la creación de proyectos de ayuda para los pequeños de las calles de Calcuta. Puede adquirir el suyo en www.accionporlainfancia.org y en librerías. Su precio es de 9€.

#6

Re: Tenemos la obligación de ayudar a quienes están ayudando.

La solidaridad de los ciudadnos debe actuar donde no interviene la hipocresía interesada de los gobiernos; la conciencia individual no debe diluirse en el manido argumento de que son los políticos quienes deben tomar la iniciativa. Tenemos la obligación de ayudar a quienes están ayudando, a todas esa personas y organizaciones que, empeñando su vida, llegan donde nuestra cobardía y comodidad no nos dejan. Son ellos los que devuelven la confianza en los seres humanos a las víctimas de la injusticia y quienes despiertan en nosotros sentimientos más nobles.

#7

Re: Notas insignificantes.

Educar Hoy, Revista de la Comunidad Educativa Cristiana, nº 90, diciembre de 2003, pg. 31.

Notas insignificantes.
Voy desde Cáritas, en la Plaza de la Catedral, a la Rambla.
Voy lentamente, fijándome por ver si encuentro amigos.
Sentada casi enfrente del obispado, una joven embarazada muestra ostensiblemente su embarazo. La conozco de la cárcel. La saludo. Me pide un papel para renovar su cartel de petición: ``Tengo hambre...´´.
Contento por el encuentro, me dice que hasta hace pocos días le pagaban una pensión. Ahora no. Y ayer otro mendigo le robó lo que había recogido.
Saludo al que está en la puerta lateral del claustro con sus dos perros.
Al entrar en la Plaza de San Jaime, un hombre encorbatado, casi elegante, cartera en mano, va chillando y gesticulando. La gente le mira, se sonríe...: está loco.
En la puerta de la Iglesia de San Jaime, dos mujeres gordas piden limosna. Nos saludamos. Con ellas, un hombre desconocido pide también limosna. Las mujeres no dejan que se les acerque demasiado. Es su terreno.
En la Plaza Real, sobre cartones, duermen dos jóvenes africanos. Y cerca, sentada en un banco, una mujer muy abrigada, en pleno verano, tiene a su alrededor seis bolsas de plástico llenas y un carrito viejo... ¿Qué hará con todo aquello?
Frente al Cosmos, donde entro a tomar un café, bajo la estatua de Pitarra duerme un joven panza arriba, a pleno sol. Nada le despierta.
Ni le despierta el borracho que a dos metros lee y comenta el periódico a gritos. Y va rasgando cada página. Babea y se ensucia su barba canosa. El borracho es conocido desde hace años.
Estando allí, se acerca para telefonear la buena mujer que llama desde muchas cabinas. No echa dinero. Descuelga. Y habla chillando. Habla con el rey, con el obispo, con el alcalde. Y cuelga a los pocos minutos, seria, orgullosa de haber hablado con tales personajes. He tenido que coger el autobús y no he encontrado a más marginales.
Todos son gente de la ciudad de Barcelona. Pero no cuentan para Barcelona.
Seguramente no están censados.
Seguramente no votarán en ningunas elecciones.
Ellos ``no son ciudadanos´´.
Todas las calles, ``céntricas y concurridas´´ llenas de paseantes, muchos de ellos extranjeros. Ellos no cuentan para nadie.
Para ellos el gran problema es sobrevivir durante un día más. Comer algo, dormir, si pueden, en una cama. Si intentasen hacerse con dinero para sobrevivir, robando a los transeúntes, les cogerían.
Precisamente, en el recorrido que he hecho hay muchos guardias urbanos, hay coches de policía, hay mozos de escuadra.
Pero todos ellos son para preservar la tranquilidad ciudadana de quienes no han de pedir ni han de robar para sobrevivir.
A todos estos marginales, la gran mayoría de la gente que pasa ni los ve.
Tal vez convendría instalar un sistema de campanillas para que nadie pudiese pasar sin verlos.

#8

Re: Un secreto en las noticias: la pobreza permanente del país.

Un secreto en las noticias: la pobreza permanente del país.
Por Ben H. Bagdikian.

http://www.zmag.org/Spanish/0702bagdikian2.htm