Con respecto a la policia, en mi caso particular, siempre he sido un defensor de su gestión, máxime en lo que respecta al terrorismo, poniendo muchas veces su vida en juego, para salvaguardar a la población de posibles atentados con victimas inocentes.
Tiene razón además el cuerpo de policia cuando se consideran muñecos de pim pam pum y el problema estriba en que el político tira la piedra y esconde la mano, muy típico y característico de un perfecto cobarde, ya que después de generar el problema les envio a mis fuerzas de seguridad y problema solucionado.
La casta conlleva con sus malas prácticas a Spain, antiguamente denominada España, al estado actual de cosas gracias a su nefasta gestión, a su abuso de poder, a sus prevaricaciónes, dilapidaciones y corrupción en general y como no podia ser de otra manera, cuando la
población se ve esquilmada en su economia y recortada en sus derechos, algunos fundamentales, pues logicamente protesta y sale a mnifestar su malestar y repudio por la situación que le toca soportar.
Es una relación causa efecto como si de dos vasos comunicantes se tratara, de forma y manera que el líquido que entra en uno de ellos, conduce indefectiblemene hacia el otro.
Y como ya se comentó, cuando la conflictividad social aflora, este descontento se manifiesta en la calle y en las manifestaciones antigubernamentales y es aquí cuando elementos incontrolables, se mezclan con intereses inconfesables, por parte de elementos perfectamente controlados, que de todo hay,de forma y manera que irrumpen con la condición de pacífica de una reunión intentando boicotearla y deslegitimarla de cara a la opinión pública.
Es a estos elementos,a los subversivos y partidarios de la violencia y a los infiltrados "ex profeso" a los que hay intentar erradicar y desterrar por todos los medios, de las legítimas reivindicaciones de la población en general.
Lo mismo que hay elementos indeseables entre los manifestantes, existen miembros dentro de las fuerzas armadas que aunan tal condición y que al verse revestidos de un uniforme y de cierta autoridad abusan de ella dejando en evidencia el prestigio del colectivo al que representan.
Lo primero que tiene que hacer un representante legal que pretende hacer velar la misma, es cumplirla él en primer lugar, ya que en caso contrario mal vamos, ya estamos hartos de gente subiendo a los púlpitos soltando discursos en una dirección y actuando justo en la contraria y en ese sentido el anonimato de las placas policiales de cara a no poder identificar a sus
titulares habla poco y mal de su dirigentes que permiten tal situación, saltándose impunemente la ley que pretenden hacer valer y que en un supuesto estado democrático esa práctica tiene un nombre muy feo: FASCISMO.