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Versos sueltos

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Versos sueltos
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605 / 638
#4833

Re: Versos sueltos

.

Que el clavel y la rosa, 
¿cuál era más hermosa?

El clavel, lindo en color, 
y la rosa todo amor; 
el jazmín de honesto olor, 
la azucena religiosa, 
¿Cuál es la más hermosa?

La violeta enamorada, 
la retama encaramada, 
la madreselva mezclada, 
la flor de lino celosa. 
¿Cuál es la más hermosa?

Que el clavel y la rosa, 
¿cuál era más hermosa?

autógrafo

Gabriel Telles (Tirso de Molina)

 

 

¡Sed muyfelices!

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4834

Re: Versos sueltos

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Pastorcico nuevo 
de color de azor, 
bueno sois, vida mía, 
para labrador.

Pastor de la oveja, 
que buscáis perdida, 
y ya reducida 
viles pastos deja; 
aunque vuelta abeja, 
pace vuestras flores. 
Si sembráis amores 
y cogéis sudor; 
bueno sois, vida mía, 
para labrador.

autógrafo

Gabriel Telles (Tirso de Molina)

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4835

Re: Versos sueltos

.

 

Segadores, afuera, afuera, 
dejen llegar a la espigaderuela.

Quién espiga se tornara 
y costara lo que costara 
porque en sus manos gozara 
los rosas que hacen su cara 
por agosto primavera.

Segadores, afuera, afuera, 
dejen llegar a la espigaderuela.

Si en las manos que bendigo 
fuera yo espiga de trigo, 
que me hiciera harina digo 
y luego torta o bodigo 
porque después me comiera.

Segadores, afuera, afuera, 
dejen llegar a la espigaderuela.

Si yo me viera en sus manos 
perlas volviera los granos, 
porque en anillos galanos 
en sus dedos soberanos 
eternamente anduviera.

Segadores, afuera, afuera, 
dejen llegar a la espigaderuela.

autógrafo

Gabriel Telles (Tirso de Molina)

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4836

Re: Versos sueltos

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  YO NO TENGO SOLEDAD

Es la noche desamparo 
de las sierras hasta el mar. 
Pero yo, la que te mece, 
¡yo no tengo soledad!

Es el cielo desamparo 
si la Luna cae al mar. 
Pero yo, la que te estrecha, 
¡yo no tengo soledad!

Es el mundo desamparo 
y la carne triste va. 
Pero yo, la que te oprime, 
¡yo no tengo soledad!

autógrafo

Gabriela Mistral

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4837

Re: Versos sueltos

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TODAS ÍBAMOS A SER REINAS

Todas íbamos a ser reinas, 
de cuatro reinos sobre el mar: 
Rosalía con Efigenia 
y Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido 
de cien montañas o de más, 
que como ofrendas o tributos 
arden en rojo y azafrán,

Lo decíamos embriagadas, 
y lo tuvimos por verdad, 
que seríamos todas reinas 
y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años, 
y batas claras de percal, 
persiguiendo tordos huidos 
en la sombra del higueral,

De los cuatro reinos, decíamos, 
indudables como el Korán, 
que por grandes y por cabales 
alcanzarían hasta el mar.

Cuatro esposos desposarían, 
por el tiempo de desposar, 
y eran reyes y cantadores 
como David, rey de Judá.

Y de ser grandes nuestros reinos, 
ellos tendrían, sin faltar, 
mares verdes, mares de algas, 
y el ave loca del faisán.

Y de tener todos los frutos, 
árbol de leche, árbol del pan, 
el guayacán no cortaríamos 
ni morderíamos metal.

Todas íbamos a ser reinas, 
y de verídico reinar; 
pero ninguna ha sido reina 
ni en Arauco ni en Copán.

Rosalía besó marino 
ya desposado en el mar, 
y al besador, en las Guaitecas, 
se lo comió la tempestad.

Soledad crió siete hermanos 
y su sangre dejó en su pan, 
y sus ojos quedaron negros 
de no haber visto nunca el mar.

En las viñas de Montegrande, 
con su puro seno candeal, 
mece los hijos de otras reinas 
y los suyos no mecerá.

Efigenia cruzó extranjero 
en las rutas, y sin hablar, 
le siguió, sin saberle nombre, 
porque el hombre parece el mar.

Y Lucila, que hablaba a río, 
a montaña y cañaveral, 
en las lunas de la locura 
recibió reino de verdad.

En las nubes contó diez hijos 
y en los salares su reinar, 
en los ríos ha visto esposos 
y su manto en la tempestad.

Pero en el Valle de Elqui, donde 
son cien montañas o son más, 
cantan las otras que vinieron 
y las que vienen cantarán:

—«En la tierra seremos reinas, 
y de verídico reinar, 
y siendo grandes nuestros reinos, 
llegaremos todas al mar».

autógrafo

Gabriela Mistral

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4838

Re: Versos sueltos

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    CANCIÓN REAL A UNA MUDANZA

Ufano, alegre, altivo, enamorado,
Rompiendo el aire el pardo jilguerillo,
Se sentó en los pimpollos de una haya,
Y con su pico de marfil nevado
De su pechuelo blanco y amarillo
La pluma concertó pajiza y baya;
Y celoso se ensaya
A discantar en alto contrapunto
Sus celos y amor junto,
Y al ramillo, y al prado y a las flores
Libre y ufano cuenta sus amores.
Mas ¡ay! que en este estado
El cazador cruel, de astucia armado,
Escondido le acecha,
Y al tierno corazón aguda flecha
Tira con mano esquiva
Y envuelto en sangre en tierra lo derriba.
¡Ay, vida mal lograda,
Retrato de mi suerte desdichada!

De la custodia del amor materno
El corderillo juguetón se aleja,
Enamorado de la yerba y flores,
Y por la libertad del pasto tierno
El cándido licor olvida y deja
Por quien hizo a su madre mil amores:
Sin conocer temores,
De la florida primavera bella
El vario manto huella
Con retozos y brincos licenciosos,
Y pace tallos tiernos y sabrosos.
Mas ¡ay! Que en un otero
Dio en la boca de un lobo carnicero,
Que en partes diferentes
Lo dividió con sus voraces dientes,
Y a convertirse vino
En purpúreo el dorado vellocino.
¡Oh inocencia ofendida,
Breve bien, caro pasto, corta vida!

Rica con sus penachos y copetes,
Ufana y loca, con ligero vuelo
Se remonta la garza a las estrellas,
Y, puliendo sus negros martinetes,
Procura ser allá cerca del cielo
La reina sola de las aves bellas:
Y por ser ella de ellas
La que más altanera se remonta,
Ya se encubre y trasmonta
A los ojos del lince más atentos
Y se contempla reina de los vientos.
Mas ¡ay! que en la alta nube
El águila la vio y al cielo sube,
Donde con pico y garra
El pecho candidísimo desgarra
Del bello airón que quiso
Volar tan alto con tan corto aviso.
¡Ay, pájaro altanero,
Retrato de mi suerte verdadero!

Al son de las belísonas trompetas
Y al retumbar del sonroso parche,
Formó escuadrón el capitán gallardo;
Con relinchos, bufidos y corvetas
Pidió el caballo que la gente marche
Trocando en paso presuroso el tardo:
Sonó el clarín bastardo
La esperada serial de arremetida,
Y en batalla rompida,
Teniendo cierta de vencer la gloria,
Oyó a su gente que cantó victoria.
Mas ¡ay! que el desconcierto
Del capitán bisoño y poco experto,
Por no observar el orden
Causó en su gente general desorden,
Y, la ocasión perdida,
El vencedor perdió victoria y vida.
¡Ay, fortuna voltaria,
En mis prósperos fines siempre varia!

Al cristalino y mudo lisonjero
La bella dama en su beldad se goza,
Contemplándose Venus en la tierra,
Y al más rebelde corazón de acero
Con su vista enternece y alboroza,
Y es de las libertades dulce guerra:
El desamor destierra
De donde pone sus divinos ojos,
Y de ellos son despojos
Los purísimos castos de Diana,
Y en su belleza se contempla ufana.
Mas ¡ay! que un accidente,
Apenas puso el pulso intercadente,
Cuando cubrió de manchas,
Cárdenas ronchas y viruelas anchas
El bello rostro hermoso
Y lo trocó en horrible y asqueroso.
¡Ay, beldad malograda,
Muerta luz, turbio sol y flor pisada!

Sobre frágiles leños, que con alas
De lienzo débil de la mar son carros,
El mercader surcó sus claras olas:
Llegó a la India, y, rico de bengalas,
Perlas, aromas, nácares bizarros,
Volvió a ver las riberas españolas.
Tremoló banderolas,
Flámulas, estandartes, gallardetes:
Dio premio a los grumetes
Por haber descubierto
De la querida patria el dulce puerto.
Mas ¡ay! que estaba ignoto
A la experiencia y ciencia del piloto
En la barra un peñasco,
Donde, tocando de la nave el casco,
Dio a fondo, hechos mil piezas,
Mercader, esperanzas y riquezas.
¡Pobre bajel, figura
Del que anegó mi próspera ventura!

Mi pensamiento con ligero vuelo
Ufano, alegre, altivo, enamorado,
Sin conocer temores la memoria,
Se remontó, señora, hasta tu cielo,
Y contrastando tu desdén airado,
Triunfó mi amor, cantó mi fe victoria;
Y en la sublime gloria
De esa beldad se contempló mi alma,
Y el mar de amor sin calma
Mi navecilla con su viento en popa
Llevaba navegando a toda ropa.
Mas ¡ay! que mi contento
Fue el pajarillo y el corderillo exento,
Fue la garza altanera,
Fue el capitán que la victoria espera,
Fue la Venus del mundo,
Fue la nave del piélago profundo;
Pues por diversos modos
Todos los males padecí de todos.

Canción, ve a la coluna
Que sustentó mi próspera fortuna,
Y verás que si entonces
Te pareció de mármoles y bronces,
Hoy es mujer; y en suma
Breve bien, fácil viento, leve espuma.

autógrafo

Antonio Mira de Amescua

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!
 

 

 

 

 

 

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#4839

Re: Versos sueltos

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  SUPRASCRIPÇIÓN

            I

Al muy prepotente don Juan el segundo, 
aquél con quien Júpiter tuvo tal zelo, 
que tanta de parte le fizo del mundo 
quanta a sí mesmo se hizo del çielo; 
al grand rey d'España, al Çésar novelo, 
al que con Fortuna es bien fortunado, 
aquél en quien caben virtud e reinado; 
a él, la rodilla fincada por suelo,

autógrafo

Juan de Mena, 1444

 

 

 

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#4840

Re: Versos sueltos

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   ROMANCE XIII
  LA ZAGALA DESDEÑOSA

Si me quieres como dices,
Deja el desdén, zagaleja,
Que nunca bien hermanaron
El amor y la aspereza.

Opón cruda los desdenes
Si otro zagal te festeja,
Que a dos escuchar a un tiempo
Es hacer a ambos ofensa.

Uno sea el escogido.
Mas cuando feliz lo sea
Goza en paz de su ternura,
Y él en libertad te quiera;

Y celébrete entre todas,
Y en derretidas finezas
Pagándole tú benigna,
Su llama exhalarse pueda.

Que en el amor los rigores.
Son cual hielo en primavera,
Que al Mayo roba sus galas,
Y a los ganados la yerba.

Y el favor plácida lluvia
Con que Abril al campo alegra,
Que hace florecer los valles,
Y espigar la sementera.

Favorece, y no desdenes,
Que no toda la belleza
Está en unos lindos ojos,
O en una dorada trenza.

La beldad erguida y vana
Es bien cual pomposa yedra,
Que embeleso de los ojos,
Ninguno estéril la aprecia:

Mas al agasajo unida,
Cual vid de racimos llena,
A cuya sombra apacible
Gozosos todos se sientan;

Y cuyos vástagos verdes
Cuando en el olmo se enredan,
Ornándolo con sus hojas
Con sus abrazos lo estrechan.

Flor de un día es la hermosura,
Y el tiempo tras sí la lleva;
Y si en mis palabras dudas,
Toma una lección en Celia.

Celia la célebre un día
Por su beldad hechicera,
Que despreció a mil rendidos
Cuanto envanecida necia;

Y hoy ultraje de los años,
Busca en sus ardores ciega
Quien la sirva, y todos huyen;
Quien la mire y no lo encuentra.

Voló con su nieve y rosa
De sus ojos la viveza,
Y rugosa y sola y triste
A un seco rosal semeja.

Solo la bondad sencilla
Que cariñosa aunque honesta
Oye a su zagal querido,
Y le corresponde tierna;

La que con sus gracias ríe,
Y con él baila en la fiesta,
Y en el seno pon sus flores,
Y con otras su amor premia;

La que viendo en él su esposo,
Ni se esquiva ni avergüenza
De qué a ella todos por suya,
Y a él por su amante los tengan:

Esta siempre como el alba
Brillando en su luz primera,
A cuantos la ven rendidos
Guarda en su dulce cadena.

Los años no la obscurecen,
Ni los cuidados la aquejan,
La emulación la perdona,
Y la envidia la respeta;

Siendo aunque en edad tardía
Su agrado y felices prendas
Delicia de los zagales,
Como encanto de las bellas.

Sé pues afable, Amarilis,
Cesa en los desdenes, cesa;
Que en tu júbilo y donaires
Bien ese rigor no suena: 

Ni te formaron los cielos
Así extremada y perfecta,
Para que tan altos dones
Míseramente se pierdan.

Sé afable con quien te adora,
Y verás toda la aldea,
Si ora tu altivez murmura,
Celebrar tu gentileza.

Así cantaba Belardo
De una zagala a las puertas;
Y ella asomándose airada
Que calle y parta le ordena.

autógrafo

Juan Meléndez Valdés

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

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