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Uno de los primeros post que publiqué en Rankia se titulaba: “De Borja, Lolo y otras especies” y lo publiqué en agosto de 2009. Fue uno de los que he reeditado en agosto de este año. Recomiendo otra vez su lectura porque se ha vuelto a poner de rabiosa actualidad.

Este post, en realidad, se refería al año 2008 y respondía a una petición de un usuario sobre la aventura que tuvimos en la página digital del periódico Expansión. Expansión no lo publicó (entiendo que no encajaba con lo que se esperaba en la época). En aquellos momentos, en los que todo el mundo hablaba de la futura hiperinflación, yo trataba de mostrar los riesgos y los efectos que traería la deflación. Uno de los lectores me pidió que redactase una especie de fábula en la que explicase lo que creía que ocurriría.

La economía española está centrada en la prestación de bienes y servicios básicos y en toda clase de negocios en torno a la administración pública (revisen el IBEX 35 y piensen lo que queda después de quitar concesionarias, constructoras de obras públicas y oligopolios que presten un servicio básico con una fuerte regulación); Esto viene derivado de la inexistencia de una clase media pudiente desde mucho antes del inicio oficial de la crisis. Explico esto porque, también a diferencia de lo que se decía (y dice) generalmente, la crisis no venía de que “los ciudadanos habíamos vivido encima de nuestras posibilidades”. La deflación se puede observar de manera mucho más sencilla en bienes elásticos, en aquellos bienes que cubren necesidades no básicas (de tercer a quinto orden en la pirámide de Maslow) . Lo sencillo hubiese sido exponer cómo iba a afectar la deflación a las empresas que fabrican bienes no necesarios ante una caída de la demanda y una débil clase media. Pero estos casos nunca fueron relevantes (ni por el consumo, ni por la estructura productiva) en España. Por lo tanto, busqué un sector que fuese básico, pero que tuviese alguna característica diferencial que hiciese que la deflación le afectase directamente.

Esas son las razones por las que busqué un ejemplo en el sector de la ganadería. Cumplía todos los requisitos: bien básico y además bien inferior desde el punto de vista de la elasticidad renta (un bien cuyo consumo se reduce al incrementar la renta), un sector con cierto poder frente a los políticos, subvencionado, con un sistema de cuotas y además con relativa protección e influencia política; a priori todo indicaba que serían de los últimos en verse afectados por una situación de deflación causada por la caída de las rentas. Pero el hecho de tener una nula capacidad negociadora contra un sector de distribución muy fuerte, organizado y en manos extranjeras y que la distribución (y todo el que haya hecho alguna vez un master en cualquier escuela de negocios) es consciente de que los consumidores tenemos productos de referencia, conducen al hecho de que tenían todos los papeles para convertirse en víctimas. Elegí una granja especializada en producción de huevos, pero finalmente fueron los productores de leche los que han saltado por los aires.

Recomendaría leer el post porque aparece casi todo lo que hemos leído estos días en los periódicos. Trataba de alejarme de la discusión sobre “culpables” o “victimas” por razones que deberían ser obvias: todo el mundo ha sido las dos cosas; por supuesto unos han sido más víctimas que culpables y otros al revés. Del tono del post se debería desprender de una forma clara que los ganaderos son más víctimas que culpables. Está aclaración es necesaria porque es importante entender que lo que sigue tras esta larga introducción debe ser entendido dentro de su contexto. Es importante entender que la crisis del sector viene derivada de la caída de las rentas de los consumidores. El hecho de que hayan caído hace tiempo (y de que hayan sido los primeros) viene derivado de la psicología de los consumidores y de que tengan nula capacidad de negociación con los distribuidores, que además tienen un gran poder político en España y Europa (sobre todo por las cadenas francesas) y están muy organizados. Es decir, las claves de este caso se concentran en la débil situación de la clase media y un desequilibrio en su capacidad de negociación con (y lucha contra) sus clientes (que no somos los consumidores, sino que son los distribuidores).

En este contexto debemos recordar que estamos a las puertas de elecciones generales y autonómicas en Galicia con un Partido Popular muy dañado. No hace falta ser un avezado politólogo para entender que dicho partido no puede perder el granero de votos del rural. Me gustaría recordar lo que había dicho Cospedal acerca de las movilizaciones de los preferentistas: “estos son de los nuestros”. Por esto se les ha permitido a los ganaderos hacer hasta ahora lo que han querido; además cuentan con la simpatía de gran parte de la población (en mi opinión son víctimas que están intentando sobrevivir en una situación límite y que hacen lo que tantas veces he pedido: luchar).

Esta semana han bloqueado completamente la capital de Galicia, han tomado Lugo, han rodeado la Xunta de Galicia, las arterias de la ciudad de Santiago están cerradas y el colapso es mayúsculo. Además, han bloqueado centros comerciales y el centro de distribución de la empresa Dia, sin el mínimo reproche desde la administración. Me gustaría que otro colectivo (y ahí muchos ejemplos) intentase hacer la mitad de esto sin oposición de la policía, sin críticas en los medios y sin ninguna discusión por las redes sociales ni opiniones de medios. ¿Recordamos la que se montó cuando Sánchez Gordillo entró en un Mercadona y se llevó productos básicos para un banco de alimentos? Pues los tractoristas han repartido leche gratis dos días; el segundo día, regalaban tetrabricks de la empresa Dia que los manifestantes habían “confiscado” en el bloqueo a su centro logístico en Santiago y nadie informa de ello,  a pesar de que incluso exista alguna foto.

Por ahora nos hemos encontrado con un preacuerdo que no firman todas las asociaciones. En este documento se establece que se va a poner en valor la leche y que las grandes superficies no van a utilizar la leche de gancho, ni van a iniciar guerras de precios en torno a la leche; que se va a establecer un “contrato tipo” y ciertas ayudas y subvenciones. Además se va a informar de la procedencia de la leche. Esto es un claro fracaso (aunque no lo sepan) de las organizaciones ganaderas. No acabo de entender cómo es posible que aún no se hayan enterado de qué va la historia.

Pueden ocurrir tres cosas; que el acuerdo se cumpla, que no se cumpla o que se cumpla parcialmente. Curiosamente los flecos vienen derivados por el temor (más que fundado) a que no se cumpla nada. Lo irónico del caso es que lo mejor que puede pasar (para los ganaderos) es que no se cumpla nada. Este es su grave error y no hace falta más que recordar las dos claves de la situación que antes exponía.

¿Mejora la situación de los consumidores? De alguna forma nos hemos comido los efectos de la movilización para que ahora nos digan que el plan es que tengamos que pagar más impuestos (por las subvenciones) y más caro un producto que además es ¡de los que miramos cuando vamos a la compra! (me gustaría recordar que todo esto viene porque la leche es un producto de referencia). No soluciona nada a los consumidores (y aunque empeore un poco) lo importante es que acaban de dilapidar bastante apoyo entre la ciudadanía. Una cosa es que luchen (y causen molestias) para que todos mejoremos; otra cosa es que luchen contra determinadas injusticias y el poder de mercado de los distribuidores; y una tercera es luchar para ponerse de acuerdo con los distribuidores para subir los precios de un producto básico y conseguir subvenciones.  En mi opinión son miopes que se han convertido en víctimas por su miopía (entre otras razones); pero en la opinión generalizada pasarán de ser víctimas a jetas.

La segunda clave era su papel en la negociación con sus clientes, los distribuidores y la industria. Pues de alguna forma han conseguido que el gobierno busque y patrocine acuerdos entre los distribuidores. De hecho, todo lo que ha ocurrido y el acuerdo que se ha comunicado es una bendición para los distribuidores. Por lo de pronto Día y Carrefour asumen (y explotarán) el papel de víctimas ante los distintos gobiernos; y ahora resulta que el gobierno les obliga a cesar una guerra de precios, a coordinarse  y un contrato tipo (que podrán imponer pero decidir si firmar o no) con sus proveedores. ¿Los ganaderos quieren garantías por escrito de que les van a imponer un contrato tipo y de que sus clientes se van a organizar para acabar con guerras de precios entre sí? ¿De verdad? ¿Más?

¿Cuánto cobran por la leche básica que se vende en el supermercado en torno a 60 céntimos? ¿Y por la que ha sido enriquecida con lo que sea que se vende a 1 euro? Estos son los precios que salen de unas dinámicas de mercado en la que están los comercios y los consumidores; pueden subir o bajar. Si se interviene en el mercado con todo tipo de propuestas y se logra que se dispare el precio de la leche, a los ganaderos se les pagará en función de otra negociación. Aunque efectivamente se lograse acabar con la guerra de los precios de la leche y esta subiese de precio ¿por qué iban a pagar más  a los proveedores unas empresas con un enorme poder previo que ahora se incrementa?  Creo que es momento de que entendamos que las medidas destinadas a “crear valor en la cadena” suponen que alguien cobrará más y que este alguien será quien tenga más poder.

En todo caso, va a ser difícil que la leche suba de precio en los puntos de venta. Entendamos que una superficie comercial tiene miles de productos y algunos de estos son de referencia para los consumidores; esto significa que si un comercio tiene infinidad de productos muy baratos pero la leche (y otros pocos productos más) cara será conocido como “caro” y al revés. Por lo tanto, será más fácil que las cadenas se pongan de acuerdo en los precios de aquellos productos que no sean referencia, subiendo los precios de la mayoría de los artículos y que sigan “compitiendo” en los productos más visibles. De esta forma “luchan” contra la deflación, apoyan a las familias y bajan el nivel de precios que percibe la gente mejorando la rentabilidad. Curiosamente esto vuelve a impactar sobre la situación de los consumidores.

En resumen, un desastre de estrategia y un montón de miopía aún a estas alturas. Una pena que se hayan tirado por la borda también este esfuerzo, este poder y esta capacidad de organización que han demostrado.

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  1. #7
    17/09/15 16:17

    Hola Mangelbar y Yo mismo,

    consenso entre los dos, ambos decís muchas verdades, y no lo podéis negar. Lo que hace falta es equilibrio, no todo para unos y poco o nada para otros, un termino medio, que yo creia que el gobierno estaba para ello, para mediar, que creo es su papel, pero no en detrimento de una parte. Seria bueno pensar que si no hubiera ganaderos, no habría leche, si no hay leche no hay industria lactea por lo tanto señores, seamos cuerdos.
    Es cierto que en Francia saben como hacerse oir y el pueblo los apoya, aquí no o al menos no tanto.
    Lo que sí no me ha gustado nada es que los ganaderos tiren la leche como vi en el telediario de ayer, eso no, eso no se puede tolerar. Pero vaya que me pasa lo mismo cuando los agricultores tiran su cosecha por culpa de la administración. Solución ya, señores! Nada de riñas!
    Salu2!

  2. en respuesta a Yo mismo
    -
    #6
    16/09/15 21:45

    Seguramente no haya entendido bien el post, ni leyéndolo otra vez creo que tampoco :/

    El tema que no me agrada del post es que da a entender es que pone de culpables a l@s ganader@s que no entienden la situación del mercado y que plantean y/o aceptan soluciones que son perjudiciales para ell@s, pero yo creo que l@s ganeder@s ni han planteado ni han aceptado ninguna de esas medidas como validas, no ha habido ningún acuerdo como ha manifestado la ministra, siguen con las protestas. Solo piden un precio por encima de sus costes, un precio en origen no un precio en supermercado, eso no se ha garantizado. Su única arma para la negociación es la protesta porque poder de negociación con la distribución y la industria no lo van a tener nunca, es bastante evidente que este no podrá ser nunca un mercado eficiente, y por tanto para que funcione la única forma es que este regulado para que la industria y la distribución no abusen en exceso de su posición dominante frente a los productores.

    Las subvenciones no arreglan nada evidentemente solo son parches temporales.

    La crisis de la leche que ya venia de largo, desde hace tiempo los precios ya estaban bastante ajustados a los costes, ahora la crisis se ha hecho mas intensa no solo por la eliminación de las cuotas lacteas en la UE, sino también por el veto ruso a los productos lácteos, aunque en España no se produce suficiente leche para el consumo nacional, los otros países que si que les sobra mucha leche lo colocan ahora donde pueden, incluso a precios por debajo del mercado subvencionando de tapadillo si hace falta la exportación, especialmente en forma de derivados lácteos: quesos y demás.

    En Francia los ganaderos si que tienen algo de poder de negociación ya que tienen el apoyo del gobierno y en general también de la sociedad, pudiendo así pactar un precio mínimo entre productores e industria (aunque no toda la industria lo cumple), aquí el gobierno no les importa nada el sector primario y además aquí las organizaciones agrarias-ganaderas no tienen ningún poder negociador ni de influencia en la opinión publica, desde el poder siempre se ha saboteado cualquier intento de organizarse que pudiera llevar a buen termino.

    De hecho es conocida la preocupación que mostró Tejerina cuando se multo a las industrias lácteas por pactar los precios en perjuicio de l@s ganader@s, no la preocupación por l@s ganader@s no, la preocupación por la industria al tener que pagar una multa irrisoria frente al agujero económico creado a las granjas http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/6531364/03/15/Competencia-acusa-a-las-lacteas-de-ganar-816-millones-de-forma-ilicita.html viendo esto es norma que tanto Tejerina como la industria planteen soluciones que no solo no solucionan nada sino que perjudican a la larga a la parte del sector que está en más debilidad.

  3. en respuesta a Yo mismo
    -
    #5
    16/09/15 11:49

    Gracias por tu respuesta, me ha aclarado muchos puntos, coincido contigo en que la cosa esta muy complicada, lo que dice ultimo es lo que escuche en un reportaje que trataba de ello, pero quien se lo cree, como bien dices algunos saldrían perjudicados.
    Salu2

  4. en respuesta a Martinaf
    -
    Top 100
    #4
    15/09/15 23:15

    El precio que cobran los ganaderos depende de la capacidad de negociación entre ganadero e industria. el precio que se pone en los mercados depende de las circunstancias del mercado. A nadie le importan los costes de otras personas, (cómo no le importan a un empresario los costes de una persona cuando le encarga su trabajo a cambio de un sueldo, o no le importan a Repsol tus costes cuando repostas).

    La única forma de mejorar es alterar la posición negociadora en el mercado, y todas las medidas la empeoran, por lo que empeorará.

    Respecto a las subvenciones, me gustaría llamar la atención sobre un pequeño detalle; las subvenciones lo que hacen es permitir que las grandes obtengan beneficios y en cambio apenas soluciona nada a las pequeñas. Además permite que los productores se las queden mejorando la capacidad de negociación. Leí en algún sitio que son como sangre que se inyecta ante alguien que se está desangrando.. pero se irá por la herida.

    Respecto a las cuotas de producción, me extraña que se liberalice, entre otras cosas porque esto no interesa a Francia. Los ganaderos podrían optar por producir más compensando precios bajos con volumenes más altos, pero esto machacaría a los Franceses.. ergo...

  5. en respuesta a mangelbar
    -
    Top 100
    #3
    15/09/15 23:09

    Creo que no has entendido bien el post. Te recomendaría leerlo otra vez.

    En ningún momento digo que pedir que se le pague el producto por encima de los costes sea descabellado. Sólo digo que no se han enterado de nada y por tanto no van a conseguirlo.

    Respecto a quien se le ocurrieron las ideas; Puede que no hayan sido los ganaderos pero están de acuerdo e incluso se han ido a Eroski y han obligado a retirar todas las leches que vendiesen por debajo de 70 cms, además de que han manifestado que no firman el acuerdo por que quieren garantías.

    Por lo tanto.. en fin, otra vez el post.Espero que alguien reflexione porque ya no es la primera vez que se cae en la trampa.

  6. #2
    15/09/15 15:26

    Hola,

    Una cosa esta clara, yo no entiendo mucho sobre coste de producción pero lo que no puede ser es que a un ganadero se le pague la leche a un precio mínimo, y los que vienen detrás sean los que pongan el precio que nosotros pagamos cuando vamos a la tienda. Yo sé que hay muchos gastos como el embalaje, tratamiento, etc... y deben de ser muy caros cuando pagamos lo que pagamos por un litro de leche según la marca que elijas.
    También sé que muchos ganaderos están subvencionados por la UE, pero según tengo entendido es para controlar la producción de leche.
    Escuche hace poco que todo esto se iba a liberalizar, las cuotas de producción quiero decir, no sé si estoy en lo cierto o no?, eso quiere decir que veremos el litro de leche más barato?
    Saludos!

  7. #1
    15/09/15 12:49

    Los ganaderos no piden todas esas cosas que han sido ideas de las otras partes en las "negociaciones" mas bien "imposiciones", lo que piden simplemente es la creación de una mesa de negociación en la que se encuentren presentes todos los eslabones de la cadena alimentaria, en la que la administración actúe de “árbitro” y propicie un acuerdo para la sostenibilidad del sector de vacuno de leche que garantice un precio digno por la leche, nunca por debajo de los costes de producción.
    Creo que pedir que se les page el producto por encima de los costes de producción no es algo demasiado descabellado ¿o si?


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