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A quién quieres más, a mamá o a papá?

Pocas preguntas recuerdo más incómodas en mi infancia. Diría que solo estarían a su nivel “Ya tienes alguna amiguita en el colegio?” o “Qué has comido para crecer tanto?”. Sin duda preguntas que los adultos que las hacen creerán muy ocurrentes pero que apuesto a que odiaron cuando fueron niños. Pero imagino que pensarán “si lo sufrimos nosotros, ahora que se jodan ellos”. Pensándolo bien, me parece justo, creo que me acabaré uniendo a ese club.  
 
El caso es que estas semanas, con las bajadas tan importantes que están habiendo en muchísimas acciones (superando con creces el -50% desde máximos), me ha venido a la mente la pregunta de si mamá o papá. Y eso es porque ha vuelto el debate entre lo que considero los fans de mi madre (análisis fundamental) y los de mi padre (análisis técnico).  
 
Y es que los fans de mi madre, que obviamente detestan a mi padre, defienden que esas bajadas hay que vivirlas desde dentro, que si tienes convicción y has hecho un buen trabajo de análisis, el tiempo te acabará dando la razón. “El mercado a corto plazo es imprevisible e ineficiente, así que tienes que aprovecharte que el precio baja para comprar más acciones”. Escucho la voz de mi madre igual que cuando venía amablemente a decirme que no jugara a fútbol en el salón. Ni que decir tiene que venía provista de una zapatilla en la mano para tirármela a la sien. “Si yo digo que se holdea, se holdea aunque baje un 70%”. 
 
"El mercado me acabará dando la razón"
"El mercado me acabará dando la razón"
 
Luego están los fans de mi padre, que miran con superioridad y algo de condescendencia a mi madre y sus grouppies, diciendo que cómo te vas a comer una bajada del 50%, que el precio manda y que el resto da igual. “Las memorias anuales de una empresa sirven exclusivamente para cuando se acaba el papel higiénico”. 
 
Y ahí estoy yo, en medio de los dos bandos, enfrentados y difícilmente reconciliables. Por cuál decantarme? 
 
Por un lado está mi madre, el análisis fundamental, la responsable que yo esté hoy escribiendo esto. Con ella empezó mi interés en Bolsa, todo lo que leí durante el primer año fue sobre ella y mis primeros 15 filtros actuales se corresponden 100% con lo que ella me enseñó. Creo firmemente que es la base de todo.  Al final su base es lógica pura: compra algo excelente cuando, por causas pasajeras, esté a un precio mucho menor a su valor real. De cajón.  
 
Es por ello que mis inicios en este mundo consistieron en leer sobre estados financieros, sobre cómo valorar empresas, cómo interpretar los informes anuales o sobre la forma más óptima de calcular los flujos de caja futuros. Todo era como yo esperaba, perfectamente adaptado a mi mente ingenieril. Además acabé calculando unas valoraciones que parecían bastante lógicas: ciertas empresas muy sobrevaloradas y otras, las menos, infravaloradas o en su precio justo. Todo bastante lógico y correlacionado con lo que decían los grandes titulares macroeconómicos: un periodo muy alcista con sobrevaloración en muchas empresas y directamente niveles de burbuja en otras.  
 
En esas que empecé a invertir en 3 empresas que tenían un súper descuento bajo mi cálculo: Una de ellas fue maravillosamente bien ($TPL). La segunda fue muy bien ($REGN). Y la tercera… acabó rompiendo esa relación idílica que tenía con mi madre. Esa acción fue $LOPE.  
 
Para mí la valoración de esas empresas, a 3 años vista, debía ser más del doble del valor de aquel momento. El problema es que, en el caso de $LOPE, empezó subiendo al principio, luego se mantuvo y finalmente… acabó bajando un 16% en un día.  

  • Vamos a ver mamá, está bien que no suba y tenga que esperar pacientemente como me enseñaste. Pero seguro que tengo que comerme un -16% (al final acabó siendo un 40% de bajada desde máximos)? 
  • Tú confía en el camino hijo, al final te dará sus frutos y el precio se igualará con su valor 
  • Ya ya, pero quizá hay alguna forma de darme sus frutos sin necesidad de llevarme este castañazo 
 
En esas que aparece mi padre por la puerta, con sus gráficos, sus indicadores, sus retrocesos de Fibonacci y su método Wyckoff. 
 
  • Si es que hay que ser burro. Cómo no pones un stop loss, alma de cántaro? 
  • Plaza de Zaragoza, 5 de la tarde, un calor… Papá, no me vengas otra vez con eso del Stop Loss  
  • Tú mismo pero si lo hubieras hecho hubieras perdido solo un 5% y te hubieras evitado el otro 11%. Ahora a ver cuánto tardas en recuperarlo… si es que lo recuperas 
 
Me fui porque no tenía el chichi para farolillos, aunque de lejos le escuchaba decir que “encima pierde el tiempo analizando empresas cuando le debe traer al pairo si una empresa es excelente, normalita o un desastre. El gráfico manda”. 
 
"Un par de líneas más y lo tenemos"
"Un par de líneas más y lo tenemos"
 
Así que ahí estaba, entre el modo zen de mi madre y la mecha corta de mi padre. Pensando si alguno de los dos tenía razón. Hasta que me di cuenta que en verdad… los dos tenían parte de razón. No veo lógico comerme una bajada bestia por algo supuestamente excelente e infravalorado, entre otras cosas por el coste de oportunidad hasta que le acabe sacando rédito. Pero es que tampoco veo lógico olvidar el riesgo que corres de que una empresa quiebre o esté carísima, por muy bueno que sea su gráfico y el método Wyckoff te diga 'compra'. 
 
Por eso no me fiaba (ni me fío) de ninguno de los dos al 100% pero sí aprovecho las cosas buenas que tienen ambos bandos. Así es como se he modelado mi actual filosofía de inversión. Una filosofía que no cambiaré… hasta que alguno de los dos me coma lo suficiente la cabeza como para que la cambie. 
 
Así que, volviendo al título del artículo: a quién quiero más, a mi madre o a mi padre? “A ambos por igual”. Acaso hay otra opción?

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  1. Top 100
    #1
    04/02/22 23:01
    Si logras reducir ambos a un indicador, tienes dos indicadores.  Si logras llevarlos a la misma escala, puedes compararlos, y si los puedes comparar, les puedes asignar un peso para obtener una calificación general.