Aunque tengo a gala reconocerme ciudadano de la "galaxia Gutemberg",como bien nos definió Marshall McLuhan a los que los libros son más realidad que la propia realidad, no puedo por menos que reconocer que, a veces, una imagen vale más que ¡qué digo mil! un millón de palabras. He aquí la o mejor dicho, algunas imágenes de la reunión:
Esto es hoy la Unión Europea. Esta es la pesadilla a la que estos "líderes" europeos han llevado al sueño europeo que se gestó tras la II Guerra Mundial. Ahí están, como alumnos aplicados recibiendo los consejos, las órdenes y las oportunas reprimendas de su "sabio" maestro, el tutor Trump, que ejerce como tal en su despacho, el despacho oval, a dónde les ha llamado a capítulo.
Las formas siempre cuentan y en asuntos diplomáticos, cuentan mucho. Obsérvese el lenguaje corporal. Obsérvese quien habla y quienes reciben recogidamente sus palabras. Obsérvese la altura del sillón desde donde Trump ejerce de maestro y tutor y la de las sillas en las que se sientan los sedicentes líderes europeos, incluido el gañán de Zelenski, que hoy si va con chaqueta tras la reprmenda de la vez anterior. Sabemos también que la patética Ursula Von der Leyen quería hablar contra los rusos acerca de los (supuestos) secuestros de niños ucranianos, pero que ni pudo empezar a hacerlo pues Trump la cortó de salida Y todo esto tras ser recibidos en la Casa Blanca como el personal de servicio en comparación con el detalle y los honores que Trump prodigó a Putin en Alaska la semana anterior. Las comparaciones pueden ser odiosas, pero normalmente son ilustrativas.
No les bastaba la humillación del "acuerdo" comercial, a lo que parece el masoquismo de los líderes europeos necesitaba aún mayor castigo para alcanzar satisfacción. Europa estará muerta hasta que no se deshaga de sus élites, lo cual parece complicado a menos que siga siendo tan antidemocrática como lo es hoy. Porque merece la pena no olvidar que, hoy por hoy, la Unión Europea es menos con certeza menos democrática que la Rusia de Putin.