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El gran cuento chino de los ETFs e indexados

Todos los días me llegan a mi correo nuevos gurús de la inverson pasiva.

Poco menos que venden los ETF y la inversión indexada como la solución definitiva.

La pastilla azul.
La vía fácil.
El “haz esto y olvídate”.


Y eso es un mantra que le mola a todo el mundo.

Nos encanta una promesa que no exige pensar.

Pero vamos a destripar esto con calma.



Porque el problema no es el ETF.


Como pasa con el trading, el problema es cómo se está vendiendo.




1. “Invierte y olvídate”


La mayor mentira de todas.

Invertir y olvidarte no existe.

Existe:

  • Invertir y mirar el gráfico cada mes.


  • Invertir y sufrir cada corrección.


  • Invertir y dudar cuando llevas un -20%.



Si de verdad la gente se olvidara, no habría pánico cada vez que el mercado cae.

La indexación no elimina las emociones.


Solo las aplaza.




2. Rentabilidad histórica ≠ rentabilidad personal


Aquí está la trampa fina.

“El S&P 500 da un 8–10% anual”.

Sí.


En media.
En teoría.
En libros.

Pero la rentabilidad real del inversor medio es mucho menor.

¿Por qué?

Porque:

  • Entra tarde.


  • Sale mal.


  • Aporta cuando todo va bien.


  • Deja de aportar cuando todo va mal.



No falla el índice.
Falla el humano.


Pero claro. Eso no te lo cuenta el gurú inversor que tiene su membresía....






3. El DCA no es magia, es anestesia


El DCA se presenta como algo casi espiritual.


Para el que no lo sepa, el DCA es la hucha de los abuelos.


Ir aportando cantidades pequeñas periódicamente.

“Aporta pase lo que pase”.

Bien.

¿Y cuando llevas 3 años aportando y tu cuenta está plana?
¿Y cuando ves que otros ganan dinero activamente mientras tú esperas?

Ahí es donde se rompe el discurso.

El DCA no te hace rentable.
Te hace constante.

Y constancia sin criterio no es virtud.



Es obediencia.




4. El ETF no te da control, te lo quita


Invertir en indexados es delegar totalmente.

Tú no decides:

  • Qué empresas pesan más.


  • Qué riesgos estás asumiendo.


  • Cuándo reducir exposición.



Tú solo confías.

Y confiar está bien… hasta que deja de estarlo.

El problema es que la mayoría confía porque no sabe hacer otra cosa, no porque haya elegido conscientemente ese camino.




5. El elefante en la habitación: el tiempo


Este es el punto que nadie quiere tocar.

“Esto es para el largo plazo”.

Vale.

¿Y si tienes 35, 40 o 45 años?
¿Y si necesitas resultados antes de 25 años vista?
¿Y si no puedes permitirte esperar dos décadas para “ver si funciona”?
¿Y si aparece un evento para el que necesitas la pasta?

La indexación es fantástica si tienes tiempo infinito y cero presión.

La mayoría de la gente no tiene ninguna de las dos cosas.




Los ETF no son malos.
La indexación no es una estafa.

Pero no es la solución universal que se vende.

Es una herramienta más.


No una religión.
No un dogma.
No un salvavidas emocional.

Y sobre todo:


No te hace mejor inversor.
No te quita los miedos.
No te enseña a pensar.

Solo te dice:


“Haz esto… y espera”.

Y esperar, muchas veces, es solo una forma elegante de no decidir.


PD:

"Fumando espero, al hombre que mas quiero"

(Sara Montiel- Indexada profesional)



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