Últimamente parece que no dejo de coleccionar muertos en mi blog, pero es que son los tiempos que tocan...
Si en el último post de hace sólo unos días comentábamos la debacle del hedge fund OptionSellers, hoy toca hacerlo del Bitcoin.
Pero me dirán: "¡espera! ¡el Bitcoin no ha muerto! Ese fondo del que usted me habla sí, está liquidado desde el pasado viernes, pero el Bitcoin sigue bien vivo y activo. De acuerdo que su cotización haya bajado casi un 80% desde máximos, pero son caprichos de los mercados, malvados especuladores que se ceban poniéndose en corto contra el Bitcoin".
Pues mucho me temo que no es así: el Bitcoin está herido de muerte
¿En qué me baso para hacer semejante vaticinio ? ¿Soy consciente de que eso implicaría, entre otras cosas, que tengamos que presenciar actos de autocanibalismo? (No es ninguna broma, el fundador de la compañía de seguridad informática McAfee, John McAfee, se apostó que se comería su propio pene si el Bitcoin no alcanzaba el millón de dólares vs. dólar en 2020).
Pero vayamos por partes..
Hace ya casi 1 año, el 7 de diciembre de 2017, en plena orgía de la cotización del Bitcoin, y con su cotización en máximos histéricos (errrm.. perdón, históricos) el que aquí les escribe se atrevió a escribir unas líneas para advertir que el Bitcoin era posiblemente, una de las mayores burbujas especulativas que se habían conocido. Vale, tuve potra, lo reconozco (mucha potra, de hecho). No tengo ninguna bola de cristal, y no había ninguna forma de saber que aquel preciso día se iba a marcar el máximo del Bitcoin. Pero el hecho es que lo fue.
Se ofrecieron evidencias palpables y fehacientes de que lo que estábamos contemplando no era la revalorización de un activo al alza, sino más bien la formación de una burbuja de libro. Acertamos por pura potra el techo, pero lo que no fue potra es el convencimiento de que era una burbuja y que, antes o después, iba a estallar.
De igual forma, ahora que somos conscientes de que la cotización del Bitcoin se ha pegado un buen castañazo y la burbuja ha hecho "plop", tampoco sabemos hasta cuánto va a seguir escarbando, y no tenemos ninguna bola de cristal para saber cuándo tocará suelo.Recordemos que el límite es 0.00, y hasta allí todavía le queda mucho recorrido.
Sin embargo, tenemos el convencimiento de que que, esta vez, hay evidencias palpables y fehacientes de que lo que estamos contemplando no es un simple activo cotizando a la baja, ni siquiera el pinchazo en diferido de una burbuja, si no más bien los estertores de un enfermo terminal que está a punto de fenecer. En los últimos días se han producido una serie de hechos que, además de hacer que su cotización caiga al entorno de los 4.000 (cuando hace casi un año rozó los 20.000), han encendido todas las alarmas.
¿Cuales son estos hechos?
Basta con echar un vistazo a este artículo para echarse las manos a la cabeza. De toda la información allí recogida, hay un dato extremadamente preocupante:
El Departamento de Justicia de Estados Unidos estaría investigando si el épico rally que se vivió a finales del año pasado se pudo deber en parte a una manipulación de los precios mediante una trama que involucraría al bróker Bitfinex y a la criptodivisa Tether.
¿Por qué es tan grave este hecho?
Pues porque si la manipulación de precios ya es un hecho gravísimo en cualquier acción o bono, en una moneda, ya sea virtual, real u occipital, es directamente su sentencia de muerte. Una moneda que ha sufrido una manipulación de precios jamás podrá utilizarse como medio de cambio o pago, y mucho menos como depósito de valor (que son 2 de las propiedades fundamentales de una moneda, cualesquiera que sea).
Por tanto, de demostrarse finalmente este hecho, y si el Departamento de Justicia de EEUU concluye que se manipularon los precios del Bitcoin, la fiesta se habrá acabado definitivamente.
Y si a todo eso unimos los hechos como los curiosos enfrentamientos entre el australiano autoproclamado señor y creador del bitcoin y por otro al apodado como 'bitcoin Jesús' por su "apego a las normas ortodoxas" el sentido común nos tendría que resonar muy fuerte en nuestra cabeza y decirnos: "¿Pero esto qué c*j*nes es? ¿qué puñetera broma es todo esto?
En fin...tomen sus propias conclusiones, y abríguense fuera que hace mucho frío....El emperador está desnudo...