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El mercado del gas en Europa – III
 
       Ni Europa ni mucho menos otras zonas del Planeta Tierra están preparadas para un abastecimiento y consumo energético sólo dependiente de energías de máxima sostenibilidad como la eólica y la solar, por otra parte no exentas de su problemática específica. Por otra parte la tecnología y la innovación están transformando positivamente aspectos clave de emisiones y sostenibilidad en determinados mercados y productos, no precisamente greenwashing o “lavado verde” y engaños publicitarios sino auténtico progreso en la sostenibilidad y en menores emisiones contaminantes. 
       La Comisión europea se ha dado cuenta por fin de la grave realidad del momento histórico que nos toca vivir y sin cejar en sus objetivos para 2050, inalcanzables e inasumibles en el corto y medio plazo,  que realmente está muy lejos a tres décadas visa nada menos, propone en un borrador pionero y clarificador que las centrales nucleares y las del gas puedan, con determinadas condiciones, ser incluidas en el catálogo y taxonomía de energías verdes y sostenibles, algo que deberá ser aprobado por el Parlamento de Europa.  La polémica está servida y se alzan muchas voces a favor y en contra, tanto de grupos políticos, fuerzas sociales, ong´s así como países enteros. Tienen que tomarse decisiones urgentes y prioritarias en el contexto geopolítico y geoestratégico de los tiempos que vivimos, con realismo y pragmatismo, no cabe el romanticismo, el buenismo y el ecologismo folclórico que sigue arraigado con sus mantras y dogmas independientemente de la innovación tecnológica, las restricciones económicas, financieras así como las dependencias energéticas específicas de cada país, sobre todo en estos momentos de fuerte tensión en los mercados energéticos y ante un invierno que puede implicar una crisis energética colosal. 
       Se trata sencillamente de modular bien las próximas semanas, meses y años para alcanzar los objetivos medioambientales y de sostenibilidad para 2050 en cuanto a cero emisiones contaminantes,  con una transición adecuada mediante las oportunas inversiones y tecnología que permitan que no haya problemas de suministro y graves dependencias energéticas con consecuencias muy funestas para las Economía y las Finanzas, también para las empresas,  el empleo, pensiones, etc.  Finanzas por supuesto sostenibles y comprometidas medioambientalmente con la Europa de los Ciudadanos y un mundo con cero emisiones.    
       Las plantas nucleares serán consideradas verdes y sostenibles si reciben permiso antes de 2045 y adjuntan un plan financiero de viabilidad coherente para eliminar de manera segura los residuos nucleares; Francia está por supuesto de acuerdo.  Las plantas de gas serán consideradas verdes y sostenibles si reciben el permiso antes de 2030, sustituyen a otras más contaminantes, cumplen ciertos requisitos como emisiones inferiores a 270 g de C02 equivalente por kWh y adquieren determinados compromisos de emisión antes de 2036; Alemania está por supuesto de acuerdo. Oponerse a estos planteamientos ni es progresista, ni realista ni ecologista, es sencillamente una gruesa miopía ecologista y financiera, un suicidio energético colectivo que puede impedir los objetivos cero emisiones en 2050 y que puede arrastrar a determinados países a una crisis como nunca antes en la Historia.
 
   Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista / 
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